La EAFI Equam Capital inaugura 2018 cumpliendo tres años. Y el aniversario no es caprichoso, porque puede marcar un antes y un después en el negocio de la entidad. En primer lugar porque los inversores suelen dar mucha importancia a un track record mínimo de tres años a la hora de invertir en un fondo; en segundo término porque Equam Global Value, el fondo que asesora la EAFI, ha sobrepasado ya la marca de 50 millones de euros, otro hito importante de cara a la inversión; y por último, porque recientemente la entidad ha recibido el apoyo del gurú de la gestión value Francisco García Paramés que, a través de su matriz Santa Comba, comprará una participación minoritaria en la EAFI, lo que podría suponer el pistoletazo definitivo para su despegue.
Porque, aunque Alejandro Muñoz y José Antonio Larraz, socios y fundadores de Equam, son ampliamente conocidos en el mercado, la iniciativa de Paramés no solo ha contribuido a situar y dar visibilidad en el mapa de la inversión al fondo Equam Global Value -gestionado con criterios puramente empresariales asimilables a la metodología value empleada por Cobas AM-, sino que contribuirá a dar un apoyo de gran valor para Equam. “Hemos llegado a un acuerdo, aún sometido a la aprobación de la CNMV, que supone un paso importante para nosotros. El hecho de que Paramés y Cobas AM entren en el accionariado nos ayudará a impulsar de manera importante el crecimiento y el desarrollo comercial de nuestra entidad”, comenta Larraz, en una entrevista con Funds Society. Y la idea, añade, es poder también apoyarse en sus recursos para crecer en todos los frentes, no solo el comercial sino también en la capacidad de desarrollo de análisis, por ejemplo.
Aunque Larraz huye de las definiciones estancas, como puede ser la de la gestión value, reconoce que comparten una misma manera de invertir y el enfoque en el análisis empresarial, algo que se explica hurgando en los orígenes profesionales de los fundadores de Equam. “De cara a definir lo que somos y nuestra estrategia de inversión, es muy importante tener claro nuestros orígenes profesionales. Tanto Alejandro como yo, los dos socios del proyecto, no venimos del mundo de los mercados, sino del empresarial, de invertir sobre todo en compañías no cotizadas, participar en sus consejos de administración, en sus equipos directivos y en su desarrollo estratégico. Y eso marca nuestra forma de invertir, poco enfocada en los mercados y las cotizaciones y muy influenciada por entender el modelo de negocio de las compañías, sus estrategias y el valor de esos negocios, para luego aprovecharnos de los mercados a la hora de comprar”, explica Larraz.
Y, en lo que supone otro denominador común con el value investing, reconoce que le dan mucha importancia al precio, y son muy disciplinados a la hora de comprar y vender. “Al final hay muchas buenas compañías en el mercado, pero menos a precios razonables o atractivos. La clave es la paciencia: a la hora de invertir y analizar las compañías, nuestro horizonte temporal es largo, siempre pensamos en el largo plazo, en dónde puede estar la compañía en tres-cinco años, lo que no quiere decir que permanezcamos invertidos ese periodo”, indica el experto, haciendo hincapié en su carácter paciente, dispuestos siempre a esperar el tiempo necesario para aprovechar las oportunidades que brinde el mercado. En general considera que un inversor en el fondo debería estar dispuesto a estar dentro al menos cinco años.
De compañías no cotizadas a cotizadas…
Aunque al final se trata de analizar compañías e invertir en empresas, Larraz reconoce que el paso de invertir en firmas no cotizadas a hacerlo en renta variable cotizada sí supone alguna diferencia, relacionada con el grado de información del que se dispone para tomar decisiones: “En las firmas no cotizadas, tienes acceso a los libros y la due diligence es muy intensa y amplia pero en los mercados es mucho menor”.
Esa carencia se palia de dos formas, explica: en primer lugar, exigiendo un margen de seguridad más alto, un mayor descuento. “En las firmas no cotizadas obtener ese descuento es difícil, porque los procesos de compra son muy competitivos mientras en el mercado ocurre lo contrario, pues éste ofrece la posibilidad de aprovechar momentos de pánico y comprar barato”, dice. Aunque depende de la calidad del negocio, el margen de seguridad que suelen pedir a una inversión en bolsa es del 30%. Y en segundo término, palian esa menor información de las firmas cotizadas diversificando: actualmente su fondo tiene 45 posiciones. “En renta variable no podemos concentrar el riesgo tanto como en el mundo del capital riesgo, hemos de ser más precavidos”, explica.
El fondo está abierto a realizar inversiones en todo el mundo pero, de momento, se concentran en buscar oportunidades en Europa: “Es un mercado suficientemente amplio para encontrar oportunidades y hay que tener en cuenta que nos basamos mucho en ver a los equipos directivos, de forma que si inviertes fuera de Europa es más complicado”, dice Larraz.
Crecer dentro y fuera de España
Equam Global Value es un fondo luxemburgués, registrado también en España, en las platafomas de Allfunds e Inversis. Los fundadores de Equam tuvieron claro desde el principio lanzarlo en el ducado, porque “Luxemburgo es el centro europeo de la gestión de activos, con una tradición de muchos años”. Pero además, con la idea de permitir el acceso a inversores internacionales. “La base inversora está fundamentalmente en España pero siempre hemos pensado que es bueno atraer a inversores de fuera, ya tenemos algunos”, añade Larraz.
El fondo cuenta con 55 millones bajo gestión, una cifra que podría aumentar considerablemente tras una aceleración en el último año que ha llevado el volumen desde 18 a 55 millones de euros, sobrepasando la barrera de los 50 millones, y más ahora que cumple tres años de track record y que contará con el apoyo de Cobas AM. “Seguiremos aplicando de forma disciplinada nuestro proceso, que nos ha traído buenos resultados y eso facilitará el crecimiento”, dice Larraz, cauto, a la hora de aventurarse a dar cifras sobre objetivos de crecimiento. “De momento, estamos centrados en conseguir buenas rentabilidades”, comenta.
Equam Capital cuenta con un equipo de tres analistas y tiene una estructura de EAFI que asesora el fondo, y subcontrata la gestión. Para la comercialización del fondo, además de family offices y empresarios que tienen como clientes, se apoyan principalmente en comercializaciones españoles, sobre todo bancas privadas, pues Larraz reconoce que la distribución de su fondo en banca minorista es más complicada. También están en varias plataformas y la idea es que el acuerdo con Cobas AM les ayude a impulsar la distribución. Sobre la idea de aprovechar también la nueva plataforma de fondos de BME, dicen estar abiertos a estudiar todo lo que suponga vías de crecimiento.
Un gran talento en España
Y es que Larraz y Muñoz lanzaron su proyecto convencidos de “hay un gran talento gestor en España. Hay una gran oportunidad para la gestión independiente en España, y para que se consoliden proyectos que han nacido en los últimos años, así como otros más nuevos como el nuestro. Lo importante es crear mercado entre todos, y así ir ganando cuota, si somos capaces de ofrecer rentabilidades interesantes y una oferta innovadora”.
Una oportunidad que también irá creciendo en la medida en que la cultura financiera se vaya consolidando y los inversores se acostumbren a invertir en fondos… “En la medida en que se creen proyectos capaces de dar valor a los inversores, eso va a permitir que éstos ganen confianza y apuesten cada vez más por los fondos”, dice Larraz. Como deseo para este año 2018, pide “seguir siendo capaces de llevar de manera disciplinada el proceso de inversión que tenemos marcado, que no nos desviemos. Detrás vendrán los éxitos”.
La estrategia
Equam Global Value es un fondo de renta variable que busca oportunidades en Europa y es agnóstico con respecto al tamaño de las compañías, si bien Larraz reconoce que es más fácil encontrar oportunidades en firmas de menor tamaño, menos seguidas por los analistas, en las que de momento, por el volumen del fondo, no tienen problemas para entrar o salir. Su capitalización media está entre los 800 y los 2.000 millones. Pero el analista reconoce que, según vaya creciendo el patrimonio, habrá que poner límites, tanto a la hora de invertir en firmas de tamaño muy pequeño, como en el tamaño del fondo. “Conforme vayamos creciendo veremos cuál es nuestra capacidad de inversión, y si en algún momento el tamaño nos impide llevar a cabo de manera estricta nuestra proceso, tomaremos la decisión de cerrarlo”.
La inversión también es agnóstica con respecto a sectores o zonas de inversión, si bien Larraz reconoce que, al mirar la cartera en conjunto, tratan de evitar concentraciones en determinados sectores o variables de riesgo, buscando diversificación. También reconoce que tienen un peso importante en Reino Unido, donde encuentran oportunidades, ahora por la incertidumbre Brexit y también porque es el mercado más amplio en Europa.
A diferencia de otros gestores value, actualmente no están muy vinculados al sector de la energía o las materias primas –solo tienen algo de sector petrolero y gas, e indirectamente, alguna firma marítima-, ni tampoco al sector inmobiliario ni a la banca –tienen un banco alemán en cartera, pero Larraz explica que es un sector fuera de sus preferencias, más acostumbrados a analizar el mundo industrial y de servicios-.
Tratan de estar invertidos siempre que son capaces de encontrar oportunidades atractivas, en vez de tener liquidez preparada para tiempos mejores. “Lo de jugar al tiempo del mercado y saber cuándo va a bajar para comprar no nos gusta porque no somos capaces de hacerlo bien de forma consistente”, dice. Actualmente tienen un 7%-8% de caja.