«Es interesante el nombre del activo: renta fija. De hecho, poco ha ayudado cuando, en más de algún almuerzo familiar ampliado, me han preguntado a qué me dedico. La verdad es que, de fija, aparte del cupón, la renta fija no tiene nada. Atrás quedaron aquellos años en que los bonos se compraban con el objetivo de mantenerlos a término, donde ahora si bien la liquidez siempre es bien recibida, se ha incorporado una mayor incertidumbre a la toma de decisiones de inversión», explica en una nota a los inversores Pablo Gallegos, Subgerente Mesa de Dinero de Fynsa.
Los fondos de pensiones chilenos como termómetro
Un buen termómetro para la renta fija, al alcance de cualquier chileno, es el Fondo E de las AFP, el fondo “más conservador”, que invierte entre 95% y 100% en el activo», dice Gallegos: «En mi administradora, acumula un -5.97% de rendimiento en lo que va del año. Ouch»
Según en experto, otro buen indicador es el bono del tesoro americano a 10 años (GT10), el cual las últimas dos semanas ha tenido un desempeño notable, y aún así acumula un alza de más de 100bps durante el año.
¿Luz al final del túnel?
«Digámoslo: el que ha estado invertido en renta fija este año lo ha pasado mal y recién ahora empieza a ver la luz al final del túnel. Pero todavía es demasiado pronto para cantar victoria. El escenario es frágil y la volatilidad está a la orden del día. Con la misma fuerza que las tasas han caído las últimas sesiones, podemos ver un rápido rebote si los factores contrarios se alinean. Sin ir más lejos, una escalada del conflicto en Medio Oriente, involucrando a una mayor cantidad de países, podría disparar los precios del petróleo y con ello inyectar inflación a la vena, con el consiguiente efecto en las tasas», afirma es experto de Fynsa.
Nota publicada en la newsletter de Fynsa: fynsa@fynsa.cl