Tras una larga y reconocida trayectoria en el sector financiero, Elena Villalba ha entrado a formar parte de Mirabaud Asset Management para responsabilizarse de la dirección comercial de la gestora en los mercados español, portugués y latinoamericano. La ejecutiva explica a Funds Society qué le aporta la entidad y su visión de la gestión de activos en un momento de mercado de alta volatilidad.
En sus más de 20 años de experiencia ha formado parte de marcas insignia del sector ¿Cuáles considera que son los aspectos diferenciadores que aporta Mirabaud Asset Management?
Destacaría cuatro aspectos que se perciben de forma simultánea: las personas, el talento de los equipos de gestión, los altos estándares de calidad en la gama de producto, y algo que es crucial para nuestros clientes en momentos de alta volatilidad como los actuales, unos procedimientos robustos de la gestión del riesgo. Las personas que conforman Mirabaud me sorprendieron desde el primer día. La fortaleza de los equipos y la dedicación diaria orientada cada minuto al servicio al cliente y a la excelencia forman parte del ADN de la entidad. Talento y convicción son la fórmula del éxito de Mirabaud AM.
¿Cómo se aborda desde Mirabaud AM exactamente esa gestión del riesgo?
Es, en realidad, uno de nuestros pilares más importantes y un valor claramente diferenciador. Tenemos un equipo altamente especializado, dedicado exclusivamente a la monitorización exhaustiva de todas aquellas variables que puedan afectar a nuestras inversiones. La planificación en este sentido es crucial para poder reaccionar y anticiparse ante cualquier adversidad presente en los mercados.
Lipper o Morningstar, entre otros, han reconocido en numerosas ocasiones la calidad de los equipos de gestión de Mirabaud AM. ¿Cuál cree que ha sido la clave de este éxito?
En mi opinión es, de un lado, por la capacidad de Mirabaud Asset Management de atraer talento, lo que le ha permitido contar con un equipo de gestores de impecable y consistente track record. De otro, su enfoque, muy dirigido a aquellas clases de activo en las que sabemos que podemos aportar valor. La solidez en los resultados no es casualidad, somos una entidad con casi dos siglos de historia y experiencia.
¿En qué clases de activo se especializa Mirabaud AM?
En Mirabaud AM nos hemos especializado en diversas estrategias de renta variable, renta fija y gestión alternativa. Algunos ejemplos especialmente relevantes de la gestión en renta variable son los fondos Mirabaud Equities Asia ex Japan, Mirabaud Mid and Small Cap Europeas, Mirabaud Equities Spain, Mirabaud Equities France o Mirabaud Swiss Mid and Small Caps. Todos destacan por la robustez de su track record, en su mayoría con 5 y 4 estrellas Morningstar y, en algunos casos, calificaciones Gold y Silver Citywire para los gestores.
¿Y en renta fija?
Si nos centramos en el entorno de renta fija, en el actual momento de mercado, optamos por estrategias orientadas a la preservación de capital. Un fondo especialmente interesante ahora mismo es nuestro Global Strategic Bond Fund, un fondo de renta fija global flexible cuya gestión ha sido merecedora con 4 estrellas Morningstar y su gestor calificado con Citywire +.
También es de destacar la gestión en bonos emergentes de Mirabaud Global Emerging Bond Fund, de la mano de Daniel Moreno, uno de los gestores más relevantes en esta clase de activo que cuenta con rating de Bronze por Citywire. En general, la renta fija puede dar aún opciones interesantes pero hay que saber detectarlas y cómo realizar la inversión.
¿Qué nos puede contar de la gestión alternativa?
En el entorno de la gestión alternativa, en el que Mirabaud fue absolutamente pionera ya en los años 70, destaca nuestro fondo Haussmann. En sus 43 años de historia acumula una rentabilidad media anualizada cercana al 14%.
La gestión de activos ha cambiado mucho en los últimos años. Desde su experiencia, ¿qué recomendaciones da al cliente hoy?
Cada cliente es diferente, con necesidades e idiosincrasias muy diferentes también pero, en mi opinión, la clave del éxito está en apostar por la gestión activa y de calidad, con el largo plazo como horizonte y sobre la base de un minucioso y exhaustivo análisis y control del riesgo.