El sector de las gestoras disfruta ahora del aumento global de la riqueza, pero se enfrenta a importantes retos en los próximos años. El fin del boom del dinero fácil y una mayor regulación limitarán sus beneficios, según un reciente estudio realizado por Bain & Company.
El informe revela que el crecimiento anual de los activos bajo gestión disminuirá del 7% durante el periodo de 2012-2017 a un 4% entre 2018-2022. Paralelamente, la rentabilidad también se resentirá: Bain & Company estima una fuerte caída, del 7%, en los beneficios por activo durante el periodo 2018-2022.
“Las gestoras de activos se han beneficiado del auge del dinero fácil después de la crisis, del crecimiento de la riqueza especialmente en los mercados emergentes y de las subidas los mercados bursátiles. Pero esperamos cambios en el horizonte, que comprenderá un entorno más difícil para estas empresas. No todas las firmas sobrevivirán, y aquellas que lo hagan tendrán que trabajar más para ser rentables”, explica Matthias Memminger, socio de Bain & Company en Frankfurt y principal autor del estudio.
Según estiman desde Bain&Company, el spread de beneficios entre las 10 mayores gestoras y las de menor relevancia aumentará de los cuatro puntos básicos en 2013 a los trece puntos básicos hacia 2022. Además, la bolsa de beneficios estimada en 81.000 millones de euros en 2022 se habrá reducido en comparación con la de 2007, lo que hará aún más difícil para las empresas más débiles el poder crecer o incluso mantener su cuota.
Anticiparse a los cambios
Según señala el informe, en este entorno menos permisivo, las gestoras de activos tendrán que volver a considerar su estrategia. En concreto, un escenario altamente probable es el colapso de las compañías pequeñas y medianas que no cuenten con ventajas competitivas, las cuales, de acuerdo con el estudio de Bain&Company, representan alrededor de la mitad de los activos bajo gestión en el mundo.
Las compañías que se encuentran en el rango medio, y que dependen de la red de distribución de su banco matriz o de su compañía de seguros, han mantenido su participación en el mercado hasta el momento, pero están destinadas a perder bajo el nuevo régimen regulatorio. Y las compañías ganadoras, las que tengan algunas características distintivas, se beneficiarán desproporcionalmente del traspaso de activos provenientes de las que se encuentran en el rango medio.
El colapso del “rango medio” deja a las gestoras dos posibles opciones estratégicas viables como vía de escape de esta situación. Primero, ganar escala, con dos posibles variaciones: “Las compañías de gran escala como BlackRock y Vanguard han distribuido sus costes sobre una amplia base de activos, predominantemente de inversión pasiva, para lograr una sólida posición de escala. Por el contrario, otras firmas, como Amundi y Fidelity, persiguen principalmente estrategias de inversión activas y ofrecen una amplia gama de productos”, apunta el informe.
En segundo lugar, pueden desarrollar ofertas altamente diferenciadas que puedan justificar sus honorarios premium. Según señala el informe, “últimamente, la mayoría del dinero institucional ha fluido hacia las gestoras de activos que son capaces de generar mayores alfa. Dichas gestoras tienden a forjarse un nicho centrado en una clase de activos específica, en un producto, en una estrategia de cartera o un segmento de clientes; como, por ejemplo, RobecoSAM, Nordea Asset Management y algunos fondos de dotación de boutiques en los Estados Unidos”.
Otras compañías, especialmente Natixis Investment Managers, han construido un modelo de negocio atractivo basado tanto en la escala como en la diferenciación. Su modelo consiste en una cartera de boutiques diferenciadas que comparten una plataforma central orientada al cliente.
“Ahora es el momento para que las gestoras de activos realmente se diferencien entre sí. Hay distintas estrategias que llevan al éxito, pero la clave es definir cuál de ellas quieres perseguir y asegurarte de que cuentas con las personas correctas y las herramientas necesarias para implementarla”, afirma Mike Kuehnel, socio de Bain & Company en Frankfurt y coautor de este estudio.
El estudio muestra que moverse en cualquier dirección requiere hacer un inventario de ocho factores que contribuyen al éxito: productos, expansión de la cadena de valor, fusiones y adquisiciones, tecnología, modelos operativos, empleados, clientes y distribución. En función de sus respectivos puntos de partida y la dirección que tomen, los gestores de activos deberán enfocarse en sobresalir en, al menos, tres de estas áreas.