El gráfico del día después – 8 de septiembre – de la entrada en vigor del bitcoin como moneda legal en El Salvador es un flecha hacia abajo para la cotización del bitcoin a nivel global y un encadenamiento de caídas en los índices y el resto de las criptomonedas.
Se trata de la reacción del mercado a una jornada caótica, ya que en sus primeros minutos, la billetera virtual creada en El Salvador (llamada “Chivo”) colapsó, tuvo que ser desactivada, y luego se reinició otra vez.
El presidente Nayib Bukele se mantuvo firme, en su cuenta de twitter reconoció los problemas y sin embargo añadió: “debemos romper los paradigmas del pasado. El Salvador tiene derecho a avanzar hacia el primer mundo”.
Pero,¿cómo es el primer mundo de Bukele? Para empezar, los analistas temen que su espectacular #BitcoinDay esté sirviendo para tapar medidas políticas de tipo autoritario.
En su primer día, la operación fue mala para las finanzas salvadoreñas, ya que las primeras compras de bitcoin supusieron pérdidas importantes, debido a la caída de la cotización.
¿Puede funcionar en El Salvador y en otros países?
Carsten Menke, director de investigación del programa Next Generation, de Julius Baer, piensa que la idea no llegará a otros países.
“Un obstáculo para que los países adopten bitcoin como método de pago es que significa renunciar voluntariamente al conjunto de herramientas de política monetaria. El Salvador no sacrificó nada en ese sentido, ya que no tiene su propia moneda para empezar y dependía del dólar estadounidense. En segundo lugar, el bitcoin, por diseño, carece de la velocidad y la escalabilidad para convertirse en un medio de pago adecuado, lo que es mucho más importante para las economías más grandes que para las más pequeñas como El Salvador. En tercer lugar, otras economías más grandes no dependen tanto de las remesas como El Salvador. Por tanto, el argumento de simplificar el envío de dinero no se aplica a ellos. En cuarto lugar, el nivel de volatilidad de la criptomoneda en los últimos años debería hacer que otros países desconfíen de querer adoptar bitcoin como moneda de curso legal”, señala Menke.
Desde Julius Baer se vislumbra el bitcoin como una forma de «oro digital»: “Si bien no posee las mismas características de refugio seguro, como se sostuvo nuevamente el miércoles con la experiencia de El Salvador, esto podría cambiar en el futuro, ya que el bitcoin también es un recurso finito cuyo proceso de creación y uso no está sustancialmente relacionado con el crecimiento económico general”.
¿Un momento histórico para la moneda digital?
Sin embargo, muchos piensan que El Salvador ha hecho historia, como Nigel Green, director ejecutivo y fundador de la empresa de servicios financieros deVere Group.
“Le estoy dando al movimiento bitcoin de El Salvador una bienvenida cautelosamente optimista por cinco razones clave: primero, El Salvador optó por depender de una de las principales monedas del ‘primer mundo’, el dólar estadounidense, para completar las transacciones. Pero esta dependencia de la moneda de otro país también viene con su propio conjunto de problemas, a menudo muy costosos.El gobierno salvadoreño no puede imprimir su propio dinero y la economía no puede beneficiarse de la agenda de impresión de dinero de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Por lo tanto, El Salvador debe pedir prestado o ganar los dólares que necesita. Un dólar estadounidense más fuerte puede tener un impacto devastador en las economías de mercados emergentes, como la de El Salvador. Al adoptar una criptomoneda como moneda de curso legal, estos países inmediatamente tienen una moneda que no está influenciada por las condiciones del mercado dentro de su propia economía, ni directamente de la economía de otro país. El bitcoin opera a escala global y, como tal, se ve afectado en gran medida por cambios económicos globales más amplios”, señala Nigel Green.
“En segundo lugar, los bancos centrales de todo el mundo han estado devaluando sus monedas, mientras que el suministro del bitcoin no solo es limitado, sino que también se extraen nuevas monedas a un ritmo decreciente. Los salvadoreños podrían, por lo tanto, encontrar que su nueva moneda adoptada les da más poder adquisitivo cuando compran en el extranjero. En tercer lugar, la adopción del bitcoin en El Salvador podría reducir el costo de las remesas, una importante fuente de ingresos para millones de personas. En cuarto lugar, al diversificar las reservas de dólares de la nación en la criptomoneda, podría haber oportunidades adicionales para obtener rendimiento, lo que significa que el tamaño de las reservas aumentaría. Y quinto, El Salvador podría beneficiarse de importantes inversiones extranjeras y entradas de capital, ya que es probable que las organizaciones de activos digitales se trasladen a la nación amiga del bitcoin», añade el fundador de deVere Group
Para Green, otros países podrían seguir el ejemplo de El Salvador: “Debido a su dependencia similar de las remesas, entre otros factores, otras naciones, como Panamá, Guatemala y Honduras, también podrían adoptar el bitcoin si el proceso en El Salvador funciona sin problemas y hay un mayor crecimiento económico, estabilidad y niveles de inclusión financiera como resultado.»
«Este es verdaderamente un momento histórico en la evolución de la moneda digital», concluye el financista.
Una mirada experta sobre las criptomonedas
El economista y decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José de Gregorio, publicó en julio de 2021 su trabajo “Las criptomonedas, una mirada escéptica y los desafíos de la industria financiera y la banca central”, que compartió en septiembre durante un encuentro de la serie Visión del Líderes del Banco Itaú.
“El problema que tienen las criptomonedas es que son un depósito de valor muy volátil, por lo que nunca podría considerarse como una unidad de cuenta un activo con ese grado de inestabilidad. Es decir, no podría fijarse el precio de una casa o un auto, en bitcoins”, destacó José de Gregorio.
Según su investigación, en los países donde se permite el uso de estos mecanismos hay dos cosas que no se pueden hacer: “No hacen transacciones, ni fijación de precios”. Por eso, aseguró que la mayoría de quienes compran monedas digitales, lo hacen a modo de inversión o diversificación de portafolio.
A partir de ese punto, de Gregorio, planteó como interrogante si estamos frente a una burbuja. «Si es así, esta ha sido la que ha tenido mayor duración en la historia, y me atrevo a decir que podría durar 100 años más, pero teniendo claro que el criptoactivo en sí mismo no tiene valor intrínseco, porque lo que le otorga valor es el consenso de un mercado”, aseveró.
El académico y exministro sostuvo que el bitcoin y el sistema económico enfrentan grandes desafíos. “Necesitamos regulaciones, y estamos recién iniciando un proceso”, dijo., y agregó que “si los cripto activos quieren ser un actor más relevante y con respaldo en el mercado, tendrán que renunciar un poco a ese anonimato que los caracteriza”.
José de Gregorio afirmó que “las criptomonedas podrían reemplazar al oro. El oro hoy tiene muy poco uso y es bastante inútil. Volvemos a lo mismo, tiene un valor porque la sociedad le asigna valor y porque saben que es un activo de refugio. Eso le asigna valor, en la medida que la gente decida mantenerlo, es exactamente lo que pasa con el bitcoin”.