El cambio climático sigue estando entre los principales riesgos sistémicos para las carteras de inversión, según la visión de Morningstar. Una afirmación que contrasta con los datos de su último informe: hasta el 30 de septiembre de 2024, los fondos climáticos están en camino de registrar su primer año de salidas netas, ya que los reembolsos alcanzaron casi 24.000 millones de dólares. Estos flujos de salida dejan el crecimiento de estos vehículos, abarcando tanto fondos mutuos como ETFs, en un 6%, hasta alcanzar un patrimonio de 572.000 millones de dólares.
Según la interpretación que hacen desde Morningstar, algunas inversiones se verán perjudicadas en la transición hacia una economía baja en carbono debido a cambios en la regulación, la tecnología y el comportamiento del consumidor, entre otros factores. “Si los esfuerzos de mitigación no se aceleran y las temperaturas siguen aumentando, junto con eventos climáticos extremos como inundaciones o huracanes que se vuelven más frecuentes, las inversiones enfrentarán riesgos físicos más elevados”, afirman.
Al mismo tiempo, considera que más inversores buscan capitalizar oportunidades e invertir en empresas que desarrollen soluciones innovadoras para mitigar el cambio climático o adaptarse a él, como la energía limpia, los vehículos eléctricos, la captura y almacenamiento de carbono, y las defensas contra inundaciones. Según el Net Zero Roadmap de la Agencia Internacional de Energía (2023), poner al mundo en camino hacia emisiones netas cero para 2050 requiere que las inversiones relacionadas con la transición energética limpia se aceleren de 1,8 billones de dólares en 2023 a alrededor de 4,5 billones de dólares anuales para 2030.
Un segmento maduro
Según su experiencia, en los últimos cinco años, las opciones para los inversores centrados en el clima han aumentado significativamente. “Identificamos casi 1.600 fondos mutuos y ETFs con un mandato relacionado con el clima a nivel mundial en septiembre de 2024, en comparación con menos de 200 en 2018”, apuntan.
El patrimonio global de los fondos climáticos también ha seguido creciendo, alcanzando los 572.000 millones de dólares a finales de septiembre, “respaldados principalmente por la apreciación de los precios de mercado”, matizan. Llama la atención que Europa representó el 85% de estos activos, mientras que China y Estados Unidos quedaron muy rezagados, con cuotas de mercado del 6% y 5%, respectivamente.
Sin embargo, consideran probable que este segmento experimente su primera salida neta anual registrada, con reembolsos que alcanzaron casi 24.000 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2024. “Estas salidas contrastan marcadamente con los 345.000 millones de dólares en entradas combinadas durante los cuatro años anteriores”, reconocen. Los datos muestran que los inversores retiraron más dinero de los fondos de Soluciones Climáticas y Energía/Tecnología Limpia, aunque los fondos de Transición Climática también registraron reembolsos.
Según explican, hay varios factores en juego, como el bajo rendimiento de las acciones de energía renovable, que han enfrentado vientos en contra persistentes en los últimos cuatro años, incluyendo altas tasas de interés, inflación en los costos de materiales, interrupciones en las cadenas de suministro y retrasos en proyectos.
Además, apuntan que factores que afectan al universo más amplio de los fondos ESG probablemente también han reducido el interés de los inversores por los productos climáticos, incluidos los problemas relacionados con el greenwashing, las incertidumbres regulatorias sobre la clasificación de productos y los estándares, así como el sentimiento anti-ESG.
“Dicho esto, los fondos relacionados con el clima continúan representando aproximadamente el 20% del mercado global de fondos ESG y abarcan una amplia variedad de estrategias, desde la descarbonización de carteras hasta la inversión en soluciones relacionadas con el clima.
Por ejemplo, los fondos de Transición Climática, que se centran en empresas mejor preparadas para la transición a una economía baja en carbono, han crecido un 14% este año, alcanzando casi 238.000 millones de dólares a nivel mundial. En contraste, los activos de los fondos de Energía/Tecnología Limpia han disminuido un 17%. “Las acciones de energías renovables han seguido enfrentando obstáculos, como altos costes y retrasos en proyectos”, concluyen.