Durante la pandemia, la CNMV ha mantenido una importante supervisión de las sociedades gestoras, orientada a la prevención o, en su caso, a la solución de posibles situaciones de déficit de recursos propios que pudieran poner en riesgo la solvencia de este tipo de entidades. De ahí que se centre en el análisis de los resultados y las pérdidas, claves para su solvencia, y de cara a prevenir esas situaciones de déficit futuras.
En este sentido, la ralentización de la economía provocada por la crisis sanitaria ha tenido diferente impacto según el tipo de gestora, explica la CNMV en su último informe anual correspondiente a 2020. En las gestoras de inversión colectiva, cuyo patrimonio gestionado se encuentra mayoritariamente en fondos de inversión, distribuidos sobre todo en clientes minoristas, el impacto ha sido mayor, explica. Sin embargo, en las de tipo cerrado, con clientes profesionales, el impacto ha sido menor.
En las primeras, «el número de entidades con pérdidas ha crecido, en junio de 2020, un 68% respecto a diciembre de 2019, al pasar de 22 a 37 gestoras y acumular pérdidas un 53% superiores. Sin embargo, el resultado global del sector tiene un descenso menor, ya que alcanzó los 315 millones de euros en junio de 2020, un 10% menos que en diciembre de 2019 en términos anualizados”, explica en su informe la CNMV.
El incremento de las pérdidas y la disminución del beneficio global se produce por dos factores: en primer lugar, por la reducción de la actividad, que ha supuesto un descenso del patrimonio gestionado del 3,8%, alcanzando en junio de 2020 los 493.000 millones de euros –si bien esa cifra crece desde entonces- y, en segundo lugar, por la caída de las comisiones de éxito cobradas por las entidades.
Menor impacto en las gestoras de IIC de tipo cerrado
En el caso de las sociedades gestoras de entidades de inversión colectiva de tipo cerrado (SGEIC), cuyo patrimonio gestionado está distribuido principalmente entre inversores profesionales y en las que las inversiones realizadas son a plazos más largos y de carácter más ilíquido, los resultados dependen del número de desinversiones que se producen en el sector y del resultado de estas.
En el primer semestre de 2020 tanto el número de entidades con pérdidas como su volumen han disminuido respecto al cierre de 2019. El resultado global del sector alcanzó los 47 millones, un 27% superior al del cierre de 2019.
Situación de superávit alta
Sin embargo, con los últimos datos disponibles (del primer semestre de 2020), cabe señalar que el conjunto de las gestoras tiene una situación de superávit alta, dice la CNMV. En el caso de las gestoras de IICs, los recursos computables alcanzan los 768 millones de euros (5,9 veces los recursos exigibles). En las SGEIC, sus recursos computables son de 136 millones de euros (tres veces los recursos exigibles).
Por último, las sociedades gestoras de fondos de titulización (SGFT), cuyos datos disponibles son del cierre del ejercicio 2019, suponen un caso diferente, al alcanzar casi todas ellas el máximo contemplado en la ley de recursos exigibles y adaptar los recursos computables a dicho máximo, por lo que el superávit del sector es muy escaso.
“Las tareas recurrentes que realiza la CNMV se centran en los análisis de la información reservada recibida con carácter semestral, que permiten llevar un seguimiento del nivel de solvencia de las entidades, los informes anuales de auditoría de cuentas, los informes de la unidad de auditoría interna de las entidades y la revisión del cumplimiento de determinadas exigencias legales”, explica.
La CNMV también destaca que en el sector de las SGEIC, los análisis de supervisión puntuales o no recurrentes se mantienen centrados en las gestoras de nueva creación que, dado el tiempo necesario para alcanzar los niveles de rentabilidad mínimos, mantienen unos recursos propios muy escasos y en ocasiones deficitarios.
Informes de auditoría interna de 2019
El contenido de los informes de auditoría interna aporta información de utilidad desde la perspectiva supervisora sobre los procedimientos y controles internos de las entidades, así como de las medidas adoptadas para solucionar las incidencias detectadas y su seguimiento. De la información recibida respecto al año 2019, cabe destacar que el 40% de las gestoras realiza la función de auditoría interna dentro de la propia entidad, mientras que el 60% la tiene delegada.
Fruto de la supervisión realizada en ese ejercicio, se ha requerido a 22 gestoras por diversas incidencias, de las que 10 tenían la función de auditoría interna dentro de la entidad y 12 la tenían delegada.