El nearshoring es positivo para el entorno operativo (OE) de los bancos mexicanos, según un nuevo informe de Fitch Ratings. Los préstamos y la rentabilidad podrían mejorar en el mediano plazo, pero persisten desafíos relacionados con las necesidades de infraestructura del país en materia de distribución de energía, suministro de agua y preocupaciones de seguridad.
Las crecientes tensiones geopolíticas y las crecientes restricciones comerciales entre Estados Unidos y China, un shock en la oferta de materias primas en medio de la invasión rusa de Ucrania y los riesgos de concentración revelados durante la pandemia de COVID-19 han estimulado un mayor interés entre las empresas globales por diversificar sus cadenas de suministro globales. México es uno de los principales beneficiarios de la actual diversificación de las fuentes de producción global, dada su proximidad geográfica y su amplia interconectividad comercial con Estados Unidos. Estos factores han impulsado más empresas a México y respaldado su inversión extranjera directa y sus exportaciones.
Fitch cree que el nearshoring podría presentar importantes oportunidades de crecimiento para los bancos mexicanos, no sólo en préstamos sino también en otros servicios financieros como servicios de gestión de efectivo y tesorería, divisas y pagos internacionales, entre otros. Sin embargo, se esperan todos los beneficios a mediano y largo plazo una vez que maduren las grandes inversiones globales en el país.
Fitch cree que todos los bancos podrían beneficiarse del nearshoring, pero variarán en magnitud y oportunidad. Los bancos universales más grandes con amplia diversificación de negocios, buena capitalización y financiamiento serán los más beneficiados con la deslocalización. El amplio acceso al financiamiento posiciona mejor a los bancos mexicanos más grandes para ganar participación en el mercado de nearshoring. También se espera una feroz competencia entre los bancos a partir de la deslocalización.
El nearshoring podría beneficiar a la EO de los bancos mexicanos y, en consecuencia, aumentar sus ingresos operativos totales. El nearshoring también podría ser positivo para el crecimiento económico, aumentar el PIB per cápita y moderar los riesgos comerciales para los bancos.