Los tipos de interés están subiendo de forma agresiva y esa circunstancia tiene un doble efecto en el negocio de la inversión colectiva España: por un lado, resulta negativa puesto que ensalza el atractivo de los eternos competidores de estos vehículos: los depósitos bancarios. Por otro, supone una oportunidad renovada para devolver la rentabilidad a las carteras más conservadoras. Así lo analizaron los expertos de la industria en el marco del XII Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva, organizado por la APD, Deloitte e Inverco, y celebrado ayer en Madrid.
Con todo, al analizar el hecho de que, con las subidas de tipos, estén volviendo las remuneraciones de las cuentas corrientes y los depósitos, la industria de la inversión colectiva se muestra convencida de que el escenario será distinto al pasado, descarta una guerra por el pasivo y defiende que las entidades están mejor preparadas para responder al desafío. “La situación actual es diferente a la del pasado y las guerras del pasivo no volverán como antes: los balances de las entidades financieras están saneados y cuentan con posiciones muy holgadas de liquidez, lo que nos hace pensar que va a haber liquidez suficiente para que haya espacio para todos los vehículos”, destacaba Luis Megías, consejero delegado BBVA Asset Management.
En este sentido, debido al mayor saneamiento de las entidades, los expertos creen que éstas no se lanzarán desesperadas a la guerra por el pasivo. “Sí, vamos a ver una competencia por parte del depósito en la captación de ahorro, pero no será tan virulenta o extendida en el tiempo como hace 10 años, porque los balances bancarios están más saneados, menos apalancados, el ratio de préstamos a depósitos está en torno al 80% frente al 130% de una década atrás y los bancos no tienen cerrados los circuitos de financiación mayorista. Y, por tanto, la necesidad de apelar a la financiación minorista no va a ser tan intensa”, defendía Juan Aznar, presidente ejecutivo de Mutuactivos.
En su opinión, si se da una tendencia generalizada por captar depósitos “será más por captar cuota de mercado que por pura necesidad y por eso dudo de que en esta ocasión veamos depósitos extra primados”. El experto calcula una rentabilidad general de los depósitos de en torno al 1,5-2%, algo que puede batir la industria de fondos. “La inversión colectiva está hoy mejor preparada que hace 10 años para proponer soluciones de rentabilidad garantizada al cliente y estas rentabilidades fluirán mayoritariamente al cliente, no como hace una década, que se quedaban en el estructurador y el colocador. Va a haber competencia con los depósitos pero nos defenderemos muy bien”, apostillaba.
Para Luis Miguel Carrasco, director general adjunto de Ibercaja, pagar por los depósitos -una formula de retribuir sin asesorar- tendrá consecuencias negativas en el ROE de las entidades, y acabará pesando. “A medio plazo, la alta remuneración por los depósitos señalará a las entidades más débiles, menos profesionalizadas, las que por tensión se precipitan. Hemos de darnos cuenta de que debemos utilizar los depósitos en situaciones muy concretas y no solo para captar clientes de la manera más burda”.
Para Gabriel Álvarez de Toledo, consejero delegado de Singular Wealth Management, la guerra del pasivo podría depender de si la inflación, y la subida de tipos, es temporal o no. “Todo apunta a que los tipos seguirán subiendo durante varios trimestres y a medio plazo: en ese escenario, sí podremos ver depósitos al 1,5-2% e incluso con rentabilidades por encima del 2%, y serán una alternativa. Pero también las gestoras podremos ofrecer fondos de renta fija a medio plazo que podrán dar rentabilidades interesantes: será un escenario de riesgos y oportunidades y la competencia de los depósitos no será necesariamente negativa”, aseguraba.
El efecto positivo
En este sentido, los expertos analizaron también el efecto positivo que puede tener la subida de tipos para revitalizar las carteras, y colocarlas en una posición atractiva frente a su potencial competencia. “La subida de tipos ayuda a volver más atractivo el producto para el inversor conservador”, destaca Megías. “Estamos inmersos en un cambio de régimen radical de tipos, que suben y muy rápido y esa “inyección rápida” también es una oportunidad para el sector: hemos pasado del mundo al revés en tasas, hemos vuelto a una situación de normalidad y eso devuelve una TIR positiva a las carteras, es decir, ayuda a construir carteras eficientes con expectativas de rentabilidad para los clientes. Hace meses teníamos problemas para construir carteras conservadoras y ahora podemos construir y ofrecer a estos clientes productos de renta fija que habían desaparecido de la oferta, como aquellos a corto plazo”. Con todo, Megías descarta que una vuelta masiva a los garantizados: “Son historia, se están lanzando muy pocos y las aportaciones netas van hacia productos de renta fija”, aseguraba. Además, recordaba que la ESMA ya ha advertido de que la rentabilidad de muchos fondos garantizados no basta para batir a la inflación.
“La subida de tipos nos ayudará a lograr una rentabilidad atractiva en deuda, pero ojo con la gestión con una curva creciente, que muchos gestores no han vivido nunca”, advertía Carrasco.
Miguel Artola, director general de Bankinter, reflexionaba sobre hasta qué punto los tipos están lo suficientemente altos para ayudar a la rentabilidad de las carteras, aunque finalmente se mostraba de acuerdo: “Las rentabilidades este año son muy malas, hemos despertado del sueño de tipos cero o negativos, de las primas de riesgo bajas, de unas elevadas valoraciones en bolsa que intentábamos justificar y del sueño de los bancos centrales que siempre acudían en auxilio de los mercados. Este año despertamos a la cruda realidad y tenemos que plantearnos si los tipos son suficientemente positivos (en términos nominales sí, ¿pero reales? Aun así estamos mejor que antes, los tipos a medio y largo plazo sí son realmente positivos y podemos construir carteras más variadas que antes”. Para el experto, «la inyección de los bancos centrales duele pero a cambio tenemos un futuro más prometedor, carteras más diversificadas, globales y multiactivo y es lo que estamos ofreciendo, a través de mandatos de GDC o fondos. El horizonte es incierto pero ahora los activos de renta fija y variable empiezan a ser más atractivos que a principio de año”, afirmaba.
“Reivindico la gestión profesional: en un entorno nuevo tenemos la posibilidad de hacer productos nuevos, con la renta fija ofreciendo más valor que antes, y productos mixtos. El servicio que se está poniendo en valor es la gestión discrecional de carteras, que se adecúa más al perfil del inversor y ofrece una gestión más profesional”, defendía Miguel Ángel Sánchez Lozano, CEO de Santander Asset Management España. “Este año 2022 es histórico, estamos viviendo un entorno muy complejo con una inflación de doble dígito, tipos de interés al alza, inestabilidad bursátil y una guerra en Europa: las gestoras están haciendo un gran trabajo, la gestión profesional es lo que marca la diferencia. Además, la industria es suficientemente flexible (los fondos no tienen peaje fiscal) y hace que ayude en momentos así”, añadía.
Apuesta por la gestión discrecional y el asesoramiento
Para batir la inflación, así, los expertos apuestan por la gestión profesionalizada y el concepto de la gestión discrecional de carteras y el asesoramiento como claves: “Es necesario construir carteras diversificadas incluyendo riesgo”, dicen en BBVA AM. “La senda iniciada en España en servicios de asesoramiento y GDC tiene futuro porque es positiva para los clientes y el futuro se seguirá escribiendo con estas dos palabras”, añadía Megías. Y ese mundo evolucionará hacia la personalización, gracias a la tecnología: “Las carteras 2.0 van a ir en este sentido”.
“La incertidumbre se arregla con gestión activa”, recordaba Carrasco. “Los tipos se van a estabilizar pero permitirán a todos pagar su deuda; y veremos un crecimiento razonable en los mercados maduros, con una inflación que permitirá que estas dos cosas ocurran. Hay que pensar a largo plazo”.
Dentro de esa profesionalidad necesaria, Alexandre Lefrebvre, CEO de Sabadell Asset Management, mostraba su apuesta por la adaptabilidad: para adaptar los fondos y las carteras al nivel de riesgo del cliente y para el diseño y el lanzamiento de nuevos productos.
“Vemos una tendencia hacia carteras construidas, hacia más servicio y menos producto. Los inversores están siendo más pacientes, con una visión más a largo plazo y global al mantener y gestionar sus inversiones. Y la tendencia del asesorameinto y GDC seguirá”, coincidía Artola.
Santiago Satrústegui, presidente y consejero delegado Abante, no ve la subida de tipos tanto como un problema de mercado sino de asesoramiento: “Lo importante no es lo que se invierte sino para qué: si es a medio y largo, ni el depósito ni los tipos a corto tienen mucho sentido. Pero es un tema que arrastramos; debemos aprovechar esta enésima crisis de la renta fija para dar un salto de madurez en el asesoramiento”, apostillaba.