Tras años debatiendo qué tipo de gestión –activa o pasiva– arroja mejores resultados para la cartera, una encuesta de Cerulli Associates reveló que la mayoría de los gestores estadounidenses, un 80%, coinciden en que ambas son necesarias para minimizar las comisiones de la cartera, pero cada una funciona mejor en unos activos que en otros.
El desafío al que se enfrentan a partir de ahora los asset managers de EE.UU. es el de diferenciar dónde usar cada una para construir carteras de clientes más eficientes.
«Aproximadamente el 75% de los asesores coinciden en que las inversiones activas y pasivas se complementan entre sí», afirma Brendan Powers, analista senior de Cerulli, que argumenta que el debate entre gestión activa o pasiva ha pasado a ser activo y pasivo sí, pero cada uno en determinados activos.
Transformación de la industria
Los expertos de Cerilli creen que esta nueva fase del debate podría ayudar a que en la industria se haga más presente “una mayor conciencia de la obligación fiduciaria, la migración de asesores hacia cuentas basadas en comisiones y que el cliente comprenda mejor las tarifas que se aplican a su cartera».
«En general, la gestión activa seguirá teniendo un papel clave en las clases de activos donde añade más valor que la gestión pasiva», explica Powers. «Identificar los activos en los que los asesores están más dispuestos a utilizar una gestión activa sigue siendo un ejercicio esencial para asset managers”.
Las clases de activos donde más de la mitad de los asesores prefieren los fondos manejados activamente incluyen renta fija global (el 61%), multiactivos (60%), renta fija de mercados emergentes (58%), renta variable de mercados emergentes (53%) e renta variable internacional (51%), según el informe de Cerulli.