El sentimiento de los inversores hacia los mercados emergentes se ha visto afectado por las tensiones geopolíticas, fortaleza del dólar y crisis (en especial vinculada a déficit de cuenta corriente) en distintos países, en un contexto de rivalidad comercial. Latinoamérica, en este entorno desafiante para los mercados emergentes, es la única región que parece que puede comportarse mejor que en 2018.
En concreto el crecimiento de su PIB en 2019 puede ser del 2,6% y superar por primera vez desde 2013 la región EMEA (Europa, Oriente Medio y Africa), que puede crecer un 2%. Este crecimiento puede venir impulsado principalmente por países como Chile, Colombia y Perú. Aunque es improbable que Chile repita el 4,2% de aumento de su PIB de 2018, todavía puede seguir fuerte en 2019, en el 3,6%. Además Brasil, el país más grande de la región, también crecerá, aunque a ritmo más moderado, al 2,2%.
Hay que tener en cuenta que estos países cuentan con nuevos gobiernos y planes creíbles desde un punto de vista económico. Además, la inflación puede permanecer dentro de los objetivos, permitiendo a las autoridades monetarias mantener políticas acomodaticias.
Ha quedado atrás un súper ciclo electoral de catorce votaciones presidenciales, incluyendo estos cuatro países, entre 2016 y 2018. De manera que este año no se prevé inestabilidad política importante. De hecho las elecciones han generado gobiernos más conservadores, dispuestos a reformar el sector público y a estimular la economía mediante políticas de largo plazo.
Así, Colombia, donde hay que estar atentos al precio del petróleo y la migración de Venezuela, ha reducido el impuesto de sociedades; Chile, donde hay vigilar el precio del cobre, está introduciendo nuevas leyes para acelerar la creación de empresas y en Brasil el nuevo presidente Jair Bolsonaro tiene entre sus principales prioridades reducir el gasto público y hay que estar atentos a su habilidad para implantar las reformas.
Sin embargo el riesgo para estos países es su creciente dependencia de China para sus exportaciones, especialmente en el contexto actual de tensiones comerciales mundiales. Las exportaciones a China han estado al alza desde 2000 -en menor medida las de Colombia- y China es ya el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú.
Durante este tiempo las exportaciones a EE.UU. se han ralentizado, especialmente las de Colombia. Hay que tener en cuenta que China ha ampliado su influencia a nivel mundial y aumentado importaciones de materias primas como metales o cereales para satisfacer su demanda interna. Esto ha permitido a estos países latinoamericanos diversificarse comercialmente de los vecinos. Sin embargo EE.UU. ha importado menos petróleo a medida que ha mejorado su producción nacional, lo que ha impactado negativamente en las exportaciones colombianas.
El caso es que en conjunto, a pesar de los riesgos, por su dependencia de los precios de las materias primas y, de manera creciente, de las exportaciones a China, estos países presentan oportunidades para los inversores a largo plazo.
PorAnjeza Kadilli, economista en Pictet Asset Management