A casi dos años de que los accionistas del banco de capitales chilenos Banco de Crédito e Inversiones (Bci) le dieran luz verde al directorio para constituir una filial en Perú, la firma está a sólo un paso de poder concretar su entrada a ese mercado.
La firma anunció este martes a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que recibieron “la totalidad de las autorizaciones regulatorias” necesarias para formar una empresa filial, una medida propuesta por el directorio en septiembre de 2019.
“Se deja constancia que las autorizaciones por parte de esa Comisión, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP de Perú (SBS) y el Banco Central de Chile, se otorgaron respectivamente con fechas 9 de junio, 20 de agosto y 2 de septiembre, todas del año en curso”, indicó el gerente general del banco, Eugenio von Chrismar, en una carta enviada al regulador chileno.
En esa línea, el ejecutivo escribió que, tras obtener los vistos buenos regulatorios en ambos países, la empresa dedicará los próximos días a “perfeccionar la creación de BCI Perú”.
Eso sí, todavía queda un tramo antes de que Bci pueda abrir las puertas de su banco en Perú. La firma ligada a la familia Yarur deberá obtener la licencia de funcionamiento por parte de la SBS, calificada como indispensable para operar.
La expectativa de la firma, según señalaron a través de un comunicado de prensa, es que la consigan de aquí a fin de año. “Con este último permiso, Bci podrá abrir las puertas de su filial Banco Bci Perú en el primer trimestre de 2022 y, así, continuar potenciando su estrategia de internacionalización”, dijo la empresa.
Crecimiento puertas afuera
El primer paso de la internacionalización de Bci fue en Estados Unidos, en el estado de Florida, donde ya han realizado varias compras. El puntapié inicial fue la compra del City National Bank of Florida en 2015, que después se fusionó con TotalBank, cuando el banco chileno lo compró en 2018.
El último esfuerzo en el frente estadounidense fue la compra del Executive National Bank, que se materializó en octubre de 2020. Esta compra, según señalaron en la memoria corporativa 2020, implicó una inversión de 62 millones de dólares. Esto fue un monto 13 millones de dólares menor al pactado en septiembre de 2019, cuando firmaron la compra, dado el impacto de la pandemia.
Ahora, con la nueva oficina en Perú, Bci ampliará la plataforma internacional a tres países, donde actuará como un solo banco en la región, según señalaron a través de su comunicado. “Además, diversificará su crecimiento en mercados estratégicos y acompañará a sus clientes en su expansión en Latinoamérica, lo que significa una ventaja competitiva y diferenciadora”, destacaron.
Sobre la operación en Perú, el banco chileno indicó al mercado, a través de su memoria, que han estado avanzando en el inicio de la instalación de la nueva filial, en materias como planificación, contratación de sistemas, oficina y persona, entre otros.
“Esta nueva subsidiaria de Bci, cuyo capital inicial sería de 60 millones de dólares, potenciará la plataforma internacional del Banco, con foco en empresas peruanas, chilenas con filiales en Perú y multilatinas. Ofrecerá una amplia gama de soluciones para los segmentos de corporaciones y de grandes empresas, aprovechando la experiencia y el conocimiento de Bci en este y otros mercados”, indicó la firma en el documento para inversionistas.
Recuperación en Perú
Esta noticia llega en un momento en que algunas de las métricas en torno a la industria financiera han mejorado, tras el frenazo provocado por la pandemia de COVID-19, incluyendo una expansión del crédito y la liquidez en el sector privado.
Según el Departamento de Estudios del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el crédito al sector privado creció un 0,6% mensual en julio, explicado principalmente por un crecimiento de 0,9% mensual en los créditos a empresas.
“El crecimiento interanual pasó de 5,0% en junio a 3,9% en julio, debido al efecto base asociado a los desembolsos extraordinarios del Programa Reactiva Perú del año pasado”, señaló el ente rector en su informe.
Por su parte, la liquidez del sector privado creció 4,4% en términos interanuales, mientras que su tasa mensual fue 2,1%.
Este incremento, señalaron desde la entidad, se explicó por el aumento en los depósitos del público, que crecieron 0,9% en el séptimo mes del año, y del circulante, que se elevó un 4,7% por factores estacionales.