Solo un 3% de los profesionales que trabajan en la industria de los servicios financieros reconoce sentirse cómodo cuando se realizan bromas en su lugar de trabajo, según una encuesta realizada por el CISI. Un dato significativo que retrata el grado de seriedad y profesionalidad con que cuenta este sector.
El estudio, realizado en colaboración con Focal Point Training y en el que se han realizado 750 cuestionarios, revela que el 97% de los encuestados afirma haberse sentido, en algún momento, incomodado por las bromas que se hacen en su entorno laboral. Según las conclusiones de la encuesta, el 69% dice que ha participado menos en las reuniones debido a las broma y un 60% asegura que un entorno jocoso ha provocado que presente menos ideas, lo que sugiere que las bromas contienen la creatividad de los profesionales de servicios financieros.
Otra de las conclusiones que llaman la atención es que un 40% dice que las bromas de que es objeto afectan cómo se siente acerca de sí mismo a menudo o todo el tiempo y un 33% reconoce que las bromas le afectan, pero es capaz de seguir concentrado. En cambio, un tercio afirma que esta actitud en el puesto de trabajo le ha llevado a cambiar de compañía.
En opinión de CISI, estos hallazgos indican la dificultad que algunos encuestados han tenido para reunir valor suficiente para “detener las bromas”. Menos de un tercio han dicho que se han sentido cómodos la mayor parte o todo el tiempo pidiéndole a la gente que se detuviera, y sólo uno de cada 10 han podido hacerlo “en todo momento”. De los que encuentran incómodas las bromas, más de uno de cada 10 (un 11 %) se siente así “al menos una vez al día o siempre”. La cuarta parte de los que se sienten incómodos con las bromas se sienten así “al menos una vez a la semana”.
“Las bromas pueden derribar barreras en los equipos, pero, cuando cruzan la línea, las barreras aumentan. Esto puede tener un efecto dañino y duradero en equipos e individuos. Quienes han respondido a la encuesta del CISI han descrito este tipo de bromas como: ser grosero, pero decirlo como si se fuera simpático Puede ser una diversión inofensiva, pero a menudo se usa como una excusa para encubrir el acoso y señalar a las personas”, afirma Stella Chandler, directora de Focal Point Training y colaboradora de la encuesta.
Chandler destaca que los encuestados han podido compartir sus comentarios personales sobre las bromas de forma anónima, mostrando sus experiencias vividas, a menudo dolorosas. “Además, la encuesta muestra que, lamentablemente, los departamentos de Recursos Humanos o las culturas de las empresas de servicios financieros no están dando a las personas suficiente confianza para hablar”, añade.
Por su parte, Samar Yanni, Head de Membresía del CISI, ha apuntado: “Hay una línea muy fina que trazar con las bromas, ya que pueden desempeñar un papel positivo en la creación de un sentido de camaradería en los equipos. Sin embargo, las bromas a expensas de otra persona pueden volverse incómodas y agravarse. Por lo tanto, los directivos deben estar atentos, y los equipos, desde arriba hacia abajo, deben mostrar tolerancia cero con las bromas inapropiadas. Los debates sobre bromas se pueden llevar a cabo en reuniones de equipo, en relación con el vínculo con el bienestar y una salud mental positiva. Generar confianza en los equipos es esencial, de modo que si alguien “cruza la línea”, la gente tenga la confianza para denunciarlo. Es esencial que las personas puedan confiar en que, si se plantea una inquietud la dirección de departamento tomará las medidas correctas y que esas personas recibirán apoyo”.