Con la llegada de MiFID II, las EAFs (Empresas de Asesoramiento Financiero) están inmersas en todo un proceso de cambios y reestructuración en España. Durante la jornada «Nuevo contexto para las EAFs» organizada por ASEAFI en la Bolsa de Madrid, se han abordado los principales cambios a los que se enfrentan: el cambio de denominación, la posibilidad de tener red de agentes o suscriptores o el cobro de las polémicas retrocesiones. Sin embargo, para Carlos Ciriza, presidente de ASEAFI, hay aspectos que todavía «se quedan cortos» como la prohibición de que los agentes realicen asesoramiento.
Todo ello, además, en un escenario de volatilidad en los mercados y de un profundo desafío tecnológico. «La tecnología es imprescindible porque los asesores tienen que hacer seguimiento de los productos y las gestoras, tenerlo todo monitorizado y para esto necesitan utilizar la tecnología. «Si una gestora se deteriora y no alertamos a nuestro cliente cometemos un error», explica.
Respecto a la evolución de los mercados, Ciriza ha asegurado que 2018 ha sido un año particular por la ausencia de activos refugio. «En 25 años de carrera nunca antes había visto caer todos los activos. En 2008, por ejemplo, había activos refugio, pero en 2017 no los ha habido», ha dicho.
La red de agentes o prescriptores, ¿limitación o o espalzarazo?
Uno de los principales cambios que recientemente el Gobierno introdujo en la transposición de MiFID II es la posibilidad de que las EAFs cuenten con una red de agentes o prescriptores que promocionen a la EAF, pero sin ofrecer asesoramiento al cliente.
En opinión de Jorge Canta, socio de Cuatrecasas, «la diferencia entre un agente y un prescriptor es la exclusividad que se le exige a éste último», algo que tradicionalmente los agentes han rechazado. «Los agentes nunca han querido exclusividad y llevar clientes a una sola EAFI», añade. Con todo, Canta opina que «se ha ganado una parte importante que es la posibilidad de promover la actividad de la EAF».
Sin embargo, a juicio de Gloria Hernández Aler, socia de FinReg360, «estos agentes tienen facultades limitadas lo que implica que se ha escogido lo peor de los dos mundos». Para Horacio Encabo, directo de EAFIs e Institucional de Andbank, se trata de una demanda histórica de las EAFs y «la situación ha mejorado sensiblemente». «El hecho de que puedan tener agentes es una espaldarazo para su crecimiento», ha afirmado.
Las EAFs, las mejor posicionadas
Uno de los principales requisitos de MiFID II tiene que ver con el cobro de las polémicas retrocesiones, las comisiones que las gestoras devuelven a las distribuidores por comercializar sus productos. La ley obliga a declararse como asesor independiente cobrando de forma explícita por el asesoramiento y sin retrocesiones o como asesor no independiente, que permite el cobro de retrocesiones siempre y cuando se ofrezca al cliente una amplia gama de productos o la prestación de un servicio de valor añadido. «Nos hemos quedado en que si la EAF solo tiene producto propio solo puede ser independiente», afirma Canta.
En opinión de este experto, se ha llegado a un modelo de asesoramiento que provoca situaciones absurdas. «La situación tiene que ser arquitectura abierta o semiabierta», afirma Canta. Para Gloria Hernández, está claro que «el regulador tiene en mente prohibir las retrocesiones, algo que sucederá en 20, 25 o 30 años, pero vamos hacia el pago explícito». Desde el punto de vista fiscal, los expertos creen que las EAFIs independientes tienen las de perder. «Lo mejor es explicarle al cliente que no eres independiente porque siendo no independiente puedes ofrecerle lo mismo, pero sin tener que devolverle las retrocesiones y perjudicarle fiscalmente», afirma Hernández.
Para Encabo, «si hay una figura bien posicionada para poder seguir cobrando retrocesiones son las EAFs. «No tienen producto propio y ofrecen valor añadido, por lo tanto ya están cumpliendo el 85% de los requisitos de MiFID II».