Dunas Capital Asset Management cerró un buen año 2023 en cuanto a cifras de negocio se refiere y encara 2024 con proyectos en la agenda. La firma captó el año pasado un total de 620 millones de euros netos, lo que supone un 36% más que un año antes. Esta cifra, unida a las revalorizaciones de las carteras, permitió una escalada de los activos bajo gestión de 800 millones de euros, hasta los 2.552 millones de euros. Es más, si se incluyen los fondos ilíquidos, implica unos activos bajo gestión totales de Dunas Capital AM cercanos a los 3.000 millones de euros.
Borja Fernández-Galiano, jefe de Ventas de Dunas Capital, desveló que la firma ya se encuentra «en el podium de gestoras independientes» en activos bajo gestión y de alcanzar el décimo puesto del ránking gestoras españolas por suscripciones netas en 2023, sobre un total de más de 120 firmas.
Pero 2024 también tendrá desafíos para Dunas Capital, ya que pretende cerrar dos fondos ilíquidos. Blanca Gil Antoñanzas, Chief Operating Officer de Dunas, explicó que este tipo de activos «es una apuesta de la casa» y que quieren crecer en este terreno. Asimismo, desveló que tienen entre manos dos proyectos. Uno, lanzar un segundo fondo de inversión en aviones: actualmente ya cuenta con el Dunas Aviation I, FCR. Y otro, de infraestructura sostenible, en el que aún están trabajando y que será ambicioso, pues tienen como objetivo captar unos 500 millones de euros. Ambos saldrían a la luz a lo largo del segundo semestre del año.
Visión del mercado
Su estrategia de inversión para este año es prudente, teniendo en cuenta que el equipo de gestión de Dunas reconoce que el escenario que descuenta ahora mismo el mercado les parece demasiado optimista. Alfonso Benito, director de Gestión de Activos, afirmó que «el escenario central que descuenta el mercado es altamente improbable que se cumpla en su totalidad» y destacó como riesgos la geopolítica. Por ahora, la estrategia de la firma es de estar a la expectativa, a la espera de que surjan oportunidades.
Es más, José María Lecube, director de Renta Fija, fue tajante al afirmar que 2024, a diferencia de lo que opinan la gran mayoría de firmas, «no va a ser el año de la renta fija» porque los bonos gubernamentales y el crédito corporativo están caros. Aunque es consciente de que los tipos de interés van a bajar, también consideran que «aún están altos» y que, por lo tanto, hay refugio en los bonos a corto plazo, entre seis y 30 meses, donde ve rentabilidades del 4%. Las oportunidades estarían, sobre todo, «en crédito bancario y corporativo de calidad», pero que exige un ejercicio de análisis importante.
Por su parte, Carlos Gutiérrez, director de Renta Variable, admite que la exposición a renta variable de la firma se centra en valores con flujos de caja seguros. Con las previsiones de beneficios que maneja el mercado, la bolsa americana estaría cara y la europea, en precio.
Sus apuestas principales son Anima Holdings -gestora de fondos italiana, con acuerdos de distribución de banca seguros de largo plazo-, la española Logista y la francesa Total Energies. Todas comparten como denominador común que son negocios sencillos de entender; presentan poca volatilidad en los márgenes y cuentan con un equipo directivo «confiable, transparente y que cumple lo que dice».
También fue abandonando las pocas inversiones cíclicas e industriales en cartera, salvo Verallia, CAF, Santander y BNP Paribas. De momento, en banca, «mientras no haya signos de aumento de la morosidad, hay valor en el sector, pero ahora es una posición residual en la cartera», explica Benito.