La economía mundial está mostrando más señales de enfriamiento, ya que los indicadores principales, en su mayoría, revelan una futura ralentización de la actividad. El crecimiento del volumen de comercio mundial se ha desacelerado significativamente y los riesgos continúan sesgados a la baja.
En este contexto, marcado todavía por una notable incertidumbre, Degroof Petercam Asset Management (DPAM) sigue apostando por la cautela y sobrepondera los bonos gubernamentales –también en deuda emergente en divisa local-, mientras que infrapondera la renta variable y los bonos corporativos con grado de inversión, entre otros.
La gestora destaca en un informe reciente que, a nivel global, sigue habiendo argumentos para permanecer precavidos frente al excesivo pesimismo, como son el acercamiento entre Estados Unidos y China o las medidas de estímulo fiscal anunciadas por este último país. Mientras, la inflación general continuará cayendo debido a su estrecha vinculación con los precios de la energía. ¿La parte positiva? Que los bancos centrales no tienen prisa por endurecer las condiciones monetarias.
DPAM hace hincapié en que la economía estadounidense “está desarrollando todo su potencial en los últimos dos años”. Los datos continúan bastante sólidos y el mercado laboral, fuerte. Dicho esto, la desaparición de los estímulos fiscales, los efectos de las subidas de tipos previas, el posible conflicto político por el techo de deuda y un entorno más débil combinado con un dólar más fuerte hacen pensar que el crecimiento se debilitará de ahora en adelante.
Mientras, “la economía de la Eurozona ha visto una mejoría sólida en los últimos años, pero la actividad se ha debilitado y las perspectivas son algo desoladoras”, advierte el informe. Aunque las condiciones laborables permanecen bastante sólidas, el crecimiento de la producción industrial ha pasado a territorio negativo debido a la caída de la fabricación automovilística por los nuevos estándares de emisiones y a la reducción de la demanda de China.
Precisamente en este último país se están realizando esfuerzos a nivel presupuestario y monetario para detener su actual ralentización, propiciada por la caída del crédito y las tensiones comerciales internacionales. “La bajada de las tasas de interés interbancarias, los recortes de impuestos y algo de gasto extra en inversiones deberían producir resultados estabilizadores hacia la mitad de año”, asegura DPAM. Sin embargo, por ahora, los riesgos siguen inclinados a la baja, mientras continúen sin resolverse las tensiones con Estados Unidos.
Asignación de activos
En este contexto, la gestora mantiene una postura prudente en activos de riesgo y, por ende, apuesta por la neutralidad en efectivo y la sobreponderación de bonos gubernamentales. Así, declara que, pese al reciente regreso del apetito de riesgo, no se ha producido una liquidación de los activos refugio, como las letras del Tesoro estadounidense y los bonos alemanes. De hecho, la rentabilidad estadounidense a 10 años continuó alrededor del 2,7%, mientras que los rendimientos alemanes a 10 años alcanzaron el 0,08% en febrero, su mínimo en 27 meses.
Las “continuas decepciones” por los datos macroeconómicos han llevado a los bancos centrales de todo el mundo a adoptar un tono más cauteloso en torno a su política monetaria futura. “Bajo nuestro punto de vista, los rendimientos siguen teniendo potencial de subida”, pero, por otro lado, “las expectativas de crecimiento más bajas y una inflación por debajo del 2% evitarán que las rentabilidades suban de forma significativa”.
La gestora también sigue sobreponderada en deuda emergente en divisa local, ya que las perspectivas para este activo se mantienen positivas gracias a que los bancos centrales han adoptado una postura más conciliadora, las valoraciones son atractivas y hay mayor estabilidad política en estos países. Uno de los mayores riesgos continúa siendo que la fortaleza del dólar pueda detener las entradas.
Por otro lado, DPAM infrapondera los bonos corporativos con grado de inversión y los bonos high yield –ambos en euros- porque las valoraciones no son atractivas y los spreads han caído significativamente en ambos productos.
En cuanto a la renta variable, después de registrar el peor mes de la última década, los mercados de acciones se han recuperado gracias a una temporada de beneficios “no tan mala como se esperaba”, el progreso de las conversaciones entre China y Estados Unidos sobre el comercio y los mensajes de cautela lanzados por los bancos centrales.
Pese a este cierto optimismo, las expectativas de beneficios continuarán revisándose a la baja. DPAM considera que este entorno garantiza una futura reducción del peso de la renta variable y, por ende, prefiere mantenerse infraponderado y reinvertir en activos de mayor rentabilidad (como el high yield europeo).
Aun así, continuará invirtiendo en renta variable porque los niveles de valoración permanecen atractivos. Por regiones, infrapondera Europa, ya que ve una alta probabilidad de futuras revisiones a la baja de los beneficios para este mercado y los asuntos políticos continúan pesando en el sentimiento del mercado.
En renta variable estadounidense, continúa neutral porque las valoraciones son menos buenas que en otras regiones, pero el mercado tiene un perfil más defensivo y el riesgo de que el banco central se extralimite parece haber desaparecido.
Por último, señala que los emergentes se desempeñaron ligeramente por debajo de lo esperado durante el rebote, pero mejoraron de forma significativa durante la corrección de finales de año. En septiembre pasado aumentaron el peso de la renta variable de estos mercados, aunque se mantienen infraponderados.