DPAM incorpora una estrategia de bonos en divisas fuertes a su área de especialización en mercados emergentes. Según defienden desde la gestora, estos bonos, denominados en divisas como el dólar estadounidense, el euro y la libra esterlina, combinan el gran potencial que ofrecen los mercados emergentes con un riesgo de cambio limitado en comparación con los bonos en divisa local.
“Nuestra intención es dar acceso con esta nueva estrategia a los clientes institucionales españoles, que quieren aprovechar las oportunidades que ofrece la renta fija emergente soberana en divisa fuerte, pero con unos marcados criterios de diversificación, calidad y ESG que siempre ofrece DPAM. Tal y como hemos demostrado en estos últimos 10 años, con la renta fija emergente en moneda local”, señala Víctor Asensi, Deputy Country Head de España y Latam.
Según la experiencia de la gestora, los bonos de los mercados emergentes ofrecen actualmente buenas oportunidades de entrada. De hecho, consideran poco probable que la inflación siga aumentando en estos países y la situación económica da margen a los bancos centrales para reducir los tipos de interés este año. “Gracias al aumento de la inversión extranjera directa, los mercados emergentes deberían evolucionar positivamente”, apuntan.
En este sentido, argumentan que los bonos de mercados emergentes en divisas fuertes también son atractivos por sus rentabilidades reales positivas, en contraste con los mercados de origen de estas divisas. “Quienes invierten estratégicamente en tipo de deuda se ven recompensados con un carry elevado”, afirma Michael Vander Elst, cogestor de la estrategia.
Además, los inversores extranjeros tienen que recuperar terreno en la deuda emergente. Según añade Elst, quien ve potencial de recuperación: “En los últimos años, muchos inversores se han sentido decepcionados por la rentabilidad de esta clase de activo. Como resultado, la exposición de los inversores extranjeros es menor actualmente de lo que ha sido durante los últimos años”.
ESG y calidad
Una parte integral de la estrategia de inversión de DPAM es la evaluación de los países emisores basada en criterios ESG. La gestora explica que cada vez se tienen más en cuenta los bonos de países que alcanzan altos niveles en materia de medioambiente y sanidad, cumplen criterios de transparencia y representan valores democráticos. «Una sobreponderación deliberada de bonos de países con buenas calificaciones ASG y la exclusión de emisores no democráticos puede mejorar la calidad de las inversiones en cartera y limitar el riesgo de retirada para el inversor», afirma Vander Elst.
Para la gestora, otra característica de estos activos es que ofrecen una oportunidad de diversificación en una cartera y, por tanto, una cierta protección frente a circunstancias inesperadas. Además, argumentan que la creciente importancia de los mercados emergentes en la economía mundial habla en favor de esta clase de activo.
DPAM ha invertido de manera activa en deuda de mercados emergentes (en divisas locales) durante diez años y gestiona alrededor de 3.000 millones de euros en esta clase de activo. La gama de emisores incluye más países de los que figuran en los índices de bonos establecidos.