En un contexto de inestabilidad por la posible retirada de estímulos, la inflación y la gran rotación en los mercados de los últimos meses, desde DPAM creen que la diversificación temática, la innovación, la sostenibilidad, la gestión activa y sobre todo la selección de compañías de calidad representan la mejor fórmula de inversión que debe primar tanto en el presente como de cara al futuro.
Tom Demaecker y Dries Dury, cogestores de los fondos DPAM Equities NEWGEMS Sustainable (Artículo 8) y DPAM Equities World Sustainable (Artículo 9) explicaron en un reciente encuentro con inversores en Madrid ambas estrategias y su visión de las oportunidades en la renta variable global y sostenible.
El NEWGEMS, lanzado en 2017, fue concebido desde el principio como un fondo multitemático para aportar una gran diversificación, explicó Dury. «Esta posibilidad nos gusta tanto desde una perspectiva de riesgos como de oportunidades. En segundo lugar llevamos tiempo trabajando con la sostenibilidad, en ambos fondos y de manera activa, por lo que tenemos un amplio equipo de analistas, ya que la gestión activa y sostenible requiere mucho trabajo», añadió.
Con un horizonte de inversión a largo plazo, la innovación en su ADN, multitemático y sostenible, el DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable es una estrategia que, frente a la crisis actual de la COVID-19, ha demostrado ser un fondo troncal de cualquier cartera, resistente y defensivo.
El nombre del fondo, NEWGEMS, formado por las iniciales de siete temáticas principales que aborda, permiten añadir valor a la sociedad: Nanotecnología, Ecología, Bienestar, Generación Z, E-Society, Industria 4.0 y Seguridad. Hace referencia también a un estilo de inversión que busca seleccionar las «gemas» que destaquen en el universo de nuevas compañías y que vayan a convertirse en «los ganadores del futuro», indicó Dury.
«Lo que lo hace especial es no sólo el poder invertir en diferentes temáticas, sino en tipos de capitalización. En torno a un tercio de la cartera está invertido en empresas pequeñas y medianas y el resto en large caps. Esto es muy interesante porque al invertir en compañías medianas inviertes en empresas que crecen mucho (en torno a un 30%-40%) y por tanto aportan rentabilidad, mientras que las grandes por supuesto también generan rentabilidad (de entre un 10%-15%), pero moderan el riesgo», señaló.
De esa forma buscan equilibrar el binomio riesgo/beneficio mediante lo que definen como el Barbell Approach: por una parte empresas pequeñas/medianas, más caras, disruptivas y de rápido crecimiento, y en el otro extremo firmas más grandes, de crecimiento más lento, comparativamente más baratas que aportan diversificación y estabilidad.
Las temáticas seleccionadas desde el principio de la vida del fondo continúan vigentes y su peso en la cartera de entre unas 70-80 compañías va variando de acuerdo con la situación de mercado.
«Lo más importante es que con el NEWGEMS podemos ir allí donde estén las oportunidades. Cuando comenzamos en 2017 por ejemplo, la robótica estaba en auge pero la ecología no tanto, y hoy, tras la crisis del coronavirus y todo lo que ha pasado, incluso China tiene ambiciosos objetivos climáticos», destacó por su parte Demaecker. «Gracias a la gestión activa podemos reconocer tanto cuándo surge una oportunidad como cuándo vender, cuando observamos que el binomio riesgo/beneficio es menos atractivo».
De hecho, desde su creación el fondo ha tenido muy buenos resultados frente al índice de referencia, pero este año se ubica por debajo. «Y esto es una buena y saludable noticia», subrayó Demaecker, porque en comparación con otros fondos centrados en la innovación que vendieron de forma más agresiva en mayo de este año, NEWGEMS retrocedió mucho menos y ha seguido en positivo gracias a esa combinación de diversificación y equilibrio entre compañías pequeñas y grandes que les permitió aprovechar también el rally del value.
Visión a cinco y diez años
Una de las cuestiones fundamentales para seleccionar los activos a incluir en cartera es para DPAM establecer su capacidad de crecimiento en los próximos cinco a diez años. Y el beneficio por acción de las del fondo se expande a una tasa que dobla la del índice de referencia. «¿Por qué? Porque cuentan con un mercado sólido y además con una ventaja competitiva. Tienen márgenes y poder de fijación de precios, lo que las hace más valiosas en tiempos de riesgo de inflación como el actual», explicó Demaecker.
Un ejemplo clásico son las compañías de software con modelos de suscripción, pero lo mismo se puede aplicar al campo de la biotecnología, al seleccionar empresas que sean proveedoras de otras. De ese modo es posible exponerse a un sector en auge pero sin elegir un único modelo de negocio que puede resultar exitoso o no, sino que indirectamente se invierte en cientos de firmas, lo que aporta una gran diversificación.
Dury añadió que en los últimos meses ha habido grandes rotaciones en el mercado, pero gracias al enfoque activo han podido sacar ventaja de ello, vendiendo también valores cuyo precio había subido hasta un nivel que el equipo consideró riesgoso de cara a las perspectivas futuras de las empresas. «La COVID-19 aceleró muchas tendencias, la digitalización en concreto de manera general, pero lo importante es considerar esas tendencias a largo plazo», indicó.
También defienden mantener un equilibrio entre compañías cíclicas y defensivas. «Vivimos en la era de la innovación», dijo Dury, por lo que hay un coste de oportunidad de no estar presente en las nuevas tendencias. Pero otros campos típicamente defensivos, como puede ser la salud, o incluir a grandes multinacionales tecnológicas junto con compañías pequeñas y disruptivas, permiten beneficiarse más allá de los estilos y de las condiciones macroeconómicas.
Sostenibilidad a nivel global
En el fondo DPAM Equities World Sustainable, la filosofía de inversión es la misma, pero se trata de empresas de gran capitalización. Ser cogestores de ambos fondos «es un valor añadido», en opinión de Demaecker, porque al analizar las pequeñas compañías que están desafiando el negocio de las grandes establecidas, también ponen a prueba el valor de estas últimas.
Dury explicó que su composición es defensiva sin perder la mirada al entorno, con un crecimiento estable del beneficio por acción, y que en los últimos meses una decena de sus compañías, de las 50 que componen el fondo con el mismo peso cada una, han recibido el grado de inversión. «Eso demuestra su valor para nosotros como inversores a largo plazo».
«El margen de ingresos netos es de un 23%, frente al 6% del índice de referencia», añadió. «En este caso se trata de ‘ganadores probados’, empresas con más años de trayectoria», y para su selección el análisis ESG se realiza junto con el análisis fundamental, de manera integrada. Es además un fondo muy líquido.
«En general nos mantenemos lejos de todo lo que es la vieja economía, como la industria pesada, el acero, el petróleo o la construcción, y nos enfocamos en sectores como la salud o el consumo», resumió Demaecker. «Las compañías en las que invertimos tienen ventajas competitivas, buenas marcas, poder de fijación de precios, y se sitúan en industrias que no requieren grandes inversiones para su funcionamiento. Tras el rally de value de este año, pienso que el riesgo/beneficio para los sectores cíclicos no es bueno y creo que es un buen momento para este tipo de fondos, que además no se verán afectados por la subida de tipos».