El comienzo de 2020 fue un momento de «optimismo cauteloso» para los family offices mundiales. Según un estudio realizado por UBS, en el que se analizaron 121 de las mayores firmas a nivel global, el 69% no tenía planes de cambiar la asignación de activos de 2019. Eso sí, un 55% reequilibró sus carteras entre marzo y mayo para mantener su asignación estratégica a largo plazo.
Está claro que el primer y segundo trimestre de 2020 han sido complicado para el mundo de inversión. Según el informe, los family office no tenían intención de hacer grandes cambios en sus estrategias, pero el entorno les ha obligado a ello. El año empezó con una fuerte asignación en activos tradicionales del 59% de su cartera -principalmente renta variable (29%), renta fija (17%) y cash (13%)- y un 35% de activos alternativos, en especial private equity (16%) y real estate (15%). “Más de la mitad, un 56%, de las familias siguen participando estrechamente en la asignación estratégica de activos, por lo que es una prioridad para los family offices y una piedra angular de la preservación del patrimonio”, matiza el informe sobre esta asignación de activos.
Como aspecto relevante, destaca el peso que han tenido los hedge funds, que presentaban un 5% de la asignación en activos alternativos. En este sentido, el documento explica que la experiencia no ha sido negativa: “El 73% de los family offices que invirtió en hedge funds afirma que su desempeño estuvo en línea con sus expectativas”.
También es llamativo el porcentaje que ha supuesto el cash, lo que ha estado muy en línea con el resto de inversores del mercado. “Las asignaciones de efectivo estaban en el lado más alto, en el 13%, lo que indica la cautela de algunos family offices. La exposición a la renta fija era baja en un mundo en el que los tipos de interés ya estaban cerca de cero o eran negativos en algunos países. La mayor ponderación de la asignación estratégica de activos antes de la crisis se daba en renta variable”, resume el informe sobre las principales asignaciones de la cartera.
Rotación estratégica
A pesar de que el año empezó con esa “optimismo prudente”, que cita el informe, la realidad es que el coronavirus obligó a los family offices a reequilibrar sus carteras. Dos tercios de las firmas optaron por no hacer ajustes estratégicos, sino por realizar una rotación táctica. “A pesar de las asignaciones favorables al crecimiento de las carteras de los family offices a principios de 2020, una combinación de estrategias de mitigación de riesgos ayudó a protegerlas durante la rápida y profunda caída de los mercados de valores en marzo”, matiza el informe en sus conclusiones.
Sin embargo, en las encuesta que realizó UBS en mayo, más de tres cuartas partes (76%) de las family offices señaló que sus carteras habían tenido un rendimiento igual o superior a sus respectivos objetivos de referencia para el año hasta la fecha. Durante uno de los momentos de mayor prueba en la historia de los mercados financieros, la máxima contracción de los participantes en la encuesta fue de aproximadamente un 13% en promedio. «La diversificación definitivamente ha ayudado. En marzo, los mercados líquidos cayeron al mismo ritmo: las acciones y la renta fija cayeron juntas”, señala un miembro de la familia y jefe de inversiones de Hong Kong.
En este contexto, los family offices optaron por “reequilibrar para preservar, proteger y aumentar la riqueza” de sus carteras. “No es de extrañar que la profunda caída de los mercados financieros llevara a las carteras a desviarse de sus asignaciones estratégicas de activos. Más de la mitad (55%) de los family offices rebalancearon sus carteras en marzo, abril y mayo para mantener su asignación a largo plazo”, apunta el informe.
También reconoce que aún es demasiado pronto para que los family offices hagan ajustes fundamentales en sus marcos de asignación. Es probable que lo hagan en los próximos meses, a medida que digieren las implicaciones de lo que parece ser un importante punto de inflexión económica con muchas ramificaciones en los mercados financieros.
Aun así, dos tercios (67%) de las family offices afirma que su visión a medio plazo no ha cambiado. Este comentario implica que los supuestos fundamentales en los que se basan sus asignaciones de activos pueden no cambiar de manera significativa. Aunque, la velocidad y la contundencia de la crisis desencadenada por la pandemia hizo que casi la mitad de los encuestados (45%) revisara sus procedimientos para gestionar el riesgo.