La industria de gestión de activos se está preparando para el Brexit sobre la base de que Reino Unido no conservará los derechos de pasaporte o la equivalencia, de acuerdo con el último informe The Cerulli Edge Global Edition.
El análisis de Cerulli pone de relieve que los gestores de activos están elaborando planes de contingencia flexibles que puedan ser introducidos en fases, comenzando con las necesidades mínimas para continuar operando en la Unión Europea.
La principales firmas de la industria afirmaron que la mayor parte de los gestores de activos asumen que Reino Unido no conservará los derechos de pasaporte. Además, no hay garantía de que el regulador financiero de la UE –European Securities and Markets Authority– continúe aceptando la equivalencia de Reino Unido si el régimen regulador cambia. En consecuencia, los gestores deben encontrar un socio comercial con sede en la UE para ofrecer sus servicios de gestión a clientes del continente o abrir una filial en la UE-27.
«Las fuentes de la industria nos dicen que los gestores están comparando tres o cuatro jurisdicciones, y que la mayoría habrá decidido, y probablemente anunciado su elección sobre la ubicación en la UE para finales de junio de 2017», explica Barbara Wall, managing director de Europa de Cerulli.
Delegar o subcontratar
Aunque la mayoría de las principales firmas tienen fondos registrados en Luxemburgo e Irlanda, las divisiones de distribución, ventas y gestión de carteras se encuentran actualmente en el Reino Unido. Las principales incógnitas ahora mismo giran en torno a la cuestión de cuáles son los servicios esenciales, el número de profesionales para operar con una subsidiaria y si las empresas tendrían o no que reubicar a portfolio managers.
El estudio de Cerulli indica que muchas empresas están tratando de establecer inicialmente una entidad lo más pequeña posible en un país de la UE-27, idealmente delegando o subcontratando tantas funciones como sea posible a Reino Unido. Este enfoque permitiría a las empresas minimizar los costes en una primera fase y deshacer la operación en el caso de que Reino Unido retenga sus derechos de pasaporte.
«Cerulli cree que el sentido común prevalecerá en última instancia, sin embargo, los gestores deben tener en cuenta la influencia que tendrá la política en las negociaciones, esperando lo mejor y pero planificando para el peor escenario que pudiera ocurrir», dice Wall.