Se trata de uno de los vehículos de inversión más demonizados por el gran público y que más se ha utilizado como arma electoral por los partidos políticos. La realidad es que sus características apenas difieren de las de un fondo de inversión y, de hecho, en opinión de Alejandro Martinez, socio director de inversiones de EFE&ENE, “sus resultados en rentabilidad tampoco son muy diferentes a los que puede obtener un fondo mixto”.
Esta EAFI ha creado incluso una web para explicar qué es y qué no es una SICAV. «Nos veíamos obligados a hacerlo», afirma Martínez. En ella encontramos una comparativa con los fondos de inversión en la que se observa como las dos únicas diferencias con una SICAV son el capital mínimo necesario, 2,4 millones en el caso de una SICAV, y 3 millones en el caso de un fondo. Otra diferencia es que a los inversores en un fondo se les denomina partícipes mientras que los de una SICAV se les llama accionistas. De esta manera, cuando invertimos en una SICAV compramos acciones y cuando lo hacemos en un fondo adquirimos participaciones.
En lo que respecta a la tributación, ambos vehículos de inversión tienen el mismo tratamiento y es el gravamen del 1% al que está sujeto cualquier instrumento de ahorro e inversión. Es decir, también si compramos y vendemos acciones en la Bolsa, tributaremos el 1% de nuestras ganancias. Ambos, SICAVs y fondos de inversión están abiertos al público lo que significa que cualquiera, usted también, puede comprar acciones de la SICAV de Amancio Ortega o de la alguna de las múltiples que gestiona la familia Del Pino, si lo desea.
“Si un ahorrador de a pie se puede comprar un menú del día, se puede comprar una acción de una SICAV. De hecho, le resultará más barato que comprar una acción de Apple”, asegura Martínez
De hecho, como explica Jaime Climent en la web de EFE&ENE, “hoy en día, más del 50% de los fondos de inversión que se comercializan en Europa están domiciliados en Luxemburgo o en Irlanda y su forma jurídica no es otra que la de una SICAV. Es decir, es muy probable que cualquier ciudadano español con un fondo de inversión sea accionista de una SICAV aún sin saberlo”.
Una de las principales críticas que han recibido las SICAVs es sobre los requisitos de su constitución. El hecho de que un solo accionista pueda convocar a otros 99 “convidados de piedra” para formar parte de la misma no les exime, sin embargo, de tributar a Hacienda por las ganancias que genere su inversión. “Esto es verdad, pero es media verdad porque este grupo de personas tributará cuando vendas las acciones de la SICAV igual que cualquiera, lo que ocurre es que, a diferencia de un fondo, si la promueve un grupo pequeño de personas pueden influir sobre la política de inversión”, explica Martínez. En esta línea, van las propuestas legislativas de PP y Ciudadanos que pretende limitar ese nivel de tributación a las personas que posean al menos el 0,55% de la SICAV.
En cuanto a la opacidad, Martínez prefiere llamarla “autonomía” ya que una SICAV tiene la obligación de estar auditada. “Todos los años tienes en la web de la CNMV la auditoria colgada de todo lo que ha hecho la SICAV y la memoria de actividades al detalle. Es más, tiene más transparencia que un fondo de inversión porque puedes saber exactamente quien posee más de un 20% de la misma. Esto en un fondo no puedes saberlo”, comenta el experto.
¿Y una SICAV tiene una estrategia muy diferente a la de un fondo?
Habida cuenta del elevado número y la gran diversidad de oferta de fondos de inversión existente, cabe preguntarse porqué eligen algunos invertir su patrimonio en un instrumento como las SICAVs que, por otra parte, les expone, a ellos y a su patrimonio, a los medios de comunicación. “Hay inversores que no entiendo por qué hicieron una SICAV teniendo en cuenta el tipo de gestión de cartera que aplican. Realmente no se diferencia en nada y, es más, la SICAV suele acabar en manos de la Gestora que la gestiona exactamente igual que el resto de fondos. Esto no lo dice nadie y es una verdad como un templo”.
A su juicio, “cualquier fondo mixto, defensivo, moderado o agresivo, son primos hermanos del 90% de las SICAVs”.
Una afirmación que, según Martínez, se basa en que “las mismas entidades financieras que ahora les recomiendan a sus clientes que fusionen sus SICAVs con fondos de inversión, en su día les recomendaron crearlas. Ahí veían la manera de captar y fidelizar a un cliente”, concluye.