Credit Suisse lleva varias semanas acaparando la atención de los analistas y despejando nubarrones sobre el estado de su negocio. Hace justo una semana, se disparaba la preocupación sobre su estado financiero, ante el posible impacto de sus bonos a cinco años. Una presión sobre la entidad que ha empeorado después de que Goldman Sachs haya estimado que se enfrenta a un déficit de capital de hasta 8.000 millones de dólares en 2024.
“En el mejor de los casos, el banco sólo tiene la mitad de ese déficit, dada la necesidad de reestructurar las operaciones de banca de inversión en un momento de generación de capital «mínimo», sostienen los analistas de Goldman que recoge Bloomberg.
Según los expertos, uno de los principales problemas es que los mercados no se creen las promesas del nuevo CEO y les preocupa la financiación del nuevo plan estratégico. “Por su parte, los rumores hablan de una profunda restructuración del negocio, con ventas de filiales de banca privada en Latinoamérica y de líneas de negocio como la de productos estructurados y la de productos apalancados. Además, el banco busca socio para un posible spin-off del negocio de banca de inversión, que serviría para financiar la restructuración”, señalan los analistas de Banca March.
En este sentido, el rumor en torno a que el banco suizo podría estar sondeando dar entrada a un inversor en uno de sus negocios está sobre la mesa. Además, todo indica a que la entidad suiza estaría estudiando la posibilidad de separar sus negocios de préstamos corporativos, negociación y asesoría. Según indican desde Bloomberg, el objetivo de estas primeras medidas sería obtener liquidez de forma inmediata. “Credit Suisse está explorando recortes radicales en su volátil banco de inversión, incluyendo la escisión de grandes partes y la separación de un grupo de productos titulizados. Pero esta última reorganización va a costar mucho dinero, y justo dos semanas antes de que el Consejero Delegado Ulrich Köerner presente su plan, sigue sin estar claro de dónde saldrá el dinero. Aunque se está estudiando la posibilidad de aumentar el capital, los ejecutivos de Credit Suisse preferirían no emitir acciones, dado que el precio de sus acciones ha estado rondando mínimos históricos”, indican desde Bloomberg.
En final, o no, de este laberinto tendrá que esperar al próximo 27 octubre, fecha en la que el equipo de dirección presentará y lanzará su plan estratégico.
La llegada de Körner
Tras su nombramiento como CEO de Credit Suisse, Ulrich Körner anunció una “revisión estratégica”. Sobre los objetivos que persigue con ello adelantó que buscaba “considerar alternativas que vayan más allá de las conclusiones de la revisión estratégica del año pasado, sobre todo teniendo en cuenta el cambio del entorno económico y de mercado”.
Es decir, su objetivo sería, “dar forma a un Grupo más centrado y ágil, con una base de costes absolutos significativamente menor, capaz de ofrecer una rentabilidad sostenible a todas las partes interesadas y un servicio de primera clase a los clientes”.
Para ello se propuso reforzar su franquicia de gestión patrimonial global de primera clase, su banco universal líder en Suiza y su negocio de gestión de activos multiespecializados. Además de transformar su banco de inversiones en “un negocio bancario ligero en capital y más centrado en los mercados que complemente el crecimiento de las franquicias de gestión de patrimonios y de Swiss Bank”, apuntó.
Según reconoció la entidad, esta revisión también le servirá para evaluar las opciones estratégicas para el negocio de productos titulizados, que pueden incluir la atracción de capital de terceros hacia esta plataforma con el fin de aprovechar las oportunidades de crecimiento sin explotar y liberar recursos adicionales para las áreas de crecimiento del banco.
Además, la entidad reconoció que se había marcado como objetivo “reducir la base de costes absoluta del Grupo por debajo de los 15.500 millones de CHF (15.900 millones de euros) a medio plazo, en parte mediante una transformación digital en toda la empresa que garantice de forma prudente un ahorro duradero sin dejar de centrarse en la mejora de la gestión y la cultura del riesgo”.