Para Sandro Pierri, presidente de la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés), la industria europea de fondos debe impulsar un futuro más competitivo, innovador y sostenible para Europa. En este sentido, apuesta por asumir las recomendaciones de los informes de Letta y Draghi y “tomar medidas audaces para abordar los desafíos estructurales de Europa”.
En este reto, considera que la creación de un mercado de capitales europeo “vibrante y diverso” será esencial para apoyar a las economías y ciudadanos de la UE. “Como industria que sirve a millones de clientes y sustenta la economía europea, estamos comprometidos a desbloquear la financiación necesaria para alcanzar los objetivos estratégicos de la UE. Una Unión Europea de Ahorro e Inversiones puede desempeñar un papel fundamental, canalizando los ahorros minoristas hacia inversiones productivas que ayuden a las personas a ahorrar mejor y proporcionen a las empresas un acceso mejorado a la financiación”, afirma Pierri .
Desafío y oportunidades
Con este marco de fondo, basado en la búsqueda y mejora de la competitividad de la industria de fondos, Pierri identifica una serie de desafíos y oportunidades para las gestoras. El primero de estos son los activos de mercados privados, que han experimentado un gran crecimiento. “A pesar de los vientos en contra a corto plazo, las inversiones en capital privado, deuda privada e infraestructuras siguen presentando fuertes oportunidades de crecimiento a largo plazo, con una tasa de crecimiento anual compuesta prevista del 14% hasta 2028”, señala.
Según el último informe de Efama, el marco revisado de los ELTIFs ofrece un gran potencial para los inversores minoristas, creando oportunidades para una participación más amplia en estos mercados.
Su segunda idea tiene que ver con el debate entre gestión activa versus pasiva. En este sentido, el responsable de Efama recuerda que la inversión pasiva sigue aumentando de manera constante: su cuota de activos ha pasado del 13% al 17% en la última década. “Durante los últimos tres años, los flujos de fondos en Europa han estado dominados por entradas en fondos de mercado monetario y estrategias pasivas. Esta tendencia plantea preguntas críticas sobre el futuro de la gestión activa de acciones y cómo puede diferenciarse en un panorama cada vez más competitivo”, comenta.
Sin duda otro motor y desafío que tiene la industria son las finanzas sostenibles. Desde Efama consideran que, tras haber sido líderes a nivel mundial, la UE debe seguir tomando medidas proactivas para mantener su ventaja competitiva. Según Pierri, los responsables políticos de la UE deberían centrarse ahora en simplificar las normativas existentes e integrar las actualmente fragmentadas leyes de finanzas sostenibles en un marco coherente. “Esto es esencial para liberar todo el potencial de las finanzas sostenibles y lograr con éxito la transición verde para 2050”, matiza.
En línea con la importancia del impulso regulatorio, el presidente de Efama destaca el reglamento RIS, que está orientado a transformar la distribución de fondos de cara al inversor minorista, aunque le queda un gran trabajo por delante. Pierri se muestra crítico respecto al trabajo que queda por hacer y apunta: “La actual Estrategia de Inversión Minorista (RIS, por sus siglas en inglés) no cumple su objetivo de aumentar la participación minorista en los mercados de capital europeos. En lugar de ello, añade complejidad a un marco regulatorio ya de por sí oneroso. Instamos a los responsables políticos de la UE a aprovechar las próximas negociaciones del trílogo para reenfocar la RIS en simplificar el recorrido del inversor y garantizar divulgaciones significativas”.
Por último advierte que la consolidación dentro de la industria europea de gestión de activos está destinada a acelerarse, y es probable que los 10 principales gestores de activos capturen una mayor cuota del mercado. “Los gestores de activos europeos siguen siendo de menor escala y menos rentables en comparación con sus homólogos estadounidenses, lo que subraya la necesidad de cambios estructurales para mejorar su competitividad”, concluye.