La inversión en bitcoin preocupa cada vez más a los organismos reguladores de los mercados a este y al otro lado del Atlántico. Esta misma semana, el presidente de la CNMV, Santiago Albella, se mostraba tajante al recomendar a los inversores que no inviertan en criptomonedas. Sus argumentos van desde el desorden y la desinformación que rodea a este tipo de inversión y el hecho de que las plataformas que las comercializan carecen de ningún tipo de regulación. Esto, unido a la extrema volatilidad que registra el bitcoin, la más desarrollada de las criptodivisas, convierten a este mercado en una bomba de relojería.
La CNMV decidió recientemente hacerse eco y traducir de forma íntegra un comunicado del presidente de la SEC (la CNMV estadounidense) Jay Clayton en el que, precisamente ofrecia sus consideraciones sobre el tema. A pesar de que los entornos normativos de ambos mercados presentan diferencias significativas, el organismo que preside Albella, creyó que se trataba de una guía útil para inversores y profesionales del sector.
En este comunicado, Clayton planteaba las preguntas que muchos inversores pueden hacerse. Preguntas como si se trata de un producto legal, si aquellos que los ofrecen tienen licencia para hacerlo, si pueden ser manipulados los precios, si hay riesgos considerables de fraude o pérdidas…Según Clayton, las respuestas a estas preguntas requieren un análisis profundo. «Han surgido preocupaciones con respecto a los mercados de criptomonedas y las ICOs (Ofertas iniciales de criptomonedas “Initial Coin Offerings”) , incluyendo que, tal y cómo están operando en la actualidad, hay considerablemente menos protección para los inversores que en nuestros mercados de valores tradicionales, con los consiguientes mayores riesgos de fraude y manipulación», afirma Clayton.
En este sentido recuerda que hasta la fecha no se ha registrado en la SEC ninguna ICO y tampoco se ha aprobado hasta la fecha la admisión a negociación y comercialización de ningún producto cotizado (como por ejemplo, ETFs) que inviertan en criptomonedas u otros activos relacionados con criptomonedas. «Si alguna persona le dice lo contrario, sea especialmente cauteloso», señala el presidente de la SEC.
Clayton pide a los inversores que elijan invertir en estos productos, que realicen preguntas y soliciten respuestas claras. «Como con cualquier otra inversión potencial, si un promotor garantiza ganancias, si una oportunidad suena demasiado buena para ser verdad, o si es presionado para actuar rápidamente, por favor, extreme la precaución y sea consciente del riesgo de perder su inversión. Por favor tenga en cuenta también que estos mercados cruzan las fronteras nacionales y que puede haber negociación en sistemas y plataformas situadas fuera de EE.UU.. El dinero invertido puede moverse rápidamente hacia el extranjero sin su conocimiento y, consecuentemente, los riesgos pueden ir aumentando, incluyendo el riesgo de que los reguladores de mercado, como la SEC, no puedan perseguir de manera efectiva a actores fraudulentos o recuperar el capital invertido», concluye.
En conclusión, Clayton admite que la tecnología en la que están basadas las criptomonedas e ICOs puede llegar a ser «disruptiva, transformativa y mejorar la eficiencia». De hecho, se muestra convencido de que «el desarrollo en fintech pueden ayudar a facilitar la formación de capital y proporcionar oportunidades de inversión prometedoras tanto para inversores institucionales como minoristas». Sin embargo, anima a los inversores a hacerse preguntas, a exigir respuestas claras y aplicar el sentido común cuando lo hagan.
De invertir en bitcoin al lanzamiento de ETFs sobre blockchain y y fondos fintech
Además de este comunicado, la SEC estadounidense a solicitado a proveedores de ETFs como ProShares, Van Eck Associates y First Trust Advisors que archivaran sus solicitudes para lanzar ETFs relacionados con el bitcoin. La industria ha reaccionado con el lanzamiento de productos que se alejan de las criptodivisas, pero que pretenden capturar la rentabilidad a largo plazo de la tecnología en la que está basado: blockchain. Ejemplos de ello son Amplify Transformational Data Sharing ETF y Reality Shares Nasdaq NexGen Economy que invierten en compañías que apuestan por blockchain como Hitachi, Accenture y Overstock.
Lejos del bitcoin también se sitúan otros productos que buscan la inversión en compañías que están beneficiándose de la creciente digitalización del sector financiero. En esta línea, la gestora Robeco acaba de lanzar Robeco Global FinTech Equities, un fondo de gestión activa que invierte exclusivamente en empresas cotizadas de Fintech y que está disponible tanto para inversores mayoristas como minoristas. «Los valores que formarán el universo de inversión diseñado provendrán de tres segmentos: los campeones de hoy, los facilitadores Fintech y los disruptores. Patrick Lemmens, gestor principal del fondo, cree que las finanzas digitales abrirán el camino a 2.000 millones de personas que actualmente no gestionan sus asuntos financieros, y que los métodos de pago digitales van a ser lo habitual y el efectivo la excepción».
El rechazo del regulador estadounidense a aprobar ETFs sobre bitcoin tras el lanzamiento a principios de año de futuros sobre este activo ha sido un jarro de agua fría para el bitcoin. Los analistas de Flossbach von Storch advierten sobre el hecho de que, como medio de pago, el bitcoin está limitado a un pequeño grupo de «devotos comprometidos». En este sentido, destacan que su volumen de transacciones (7 por segudndo) es solo una milésima parte del volumen que mueven tarjetas de crédito como Visa o Mastercard. «El bitcoin ya no es adecuado como un medio para preservar la riqueza. Esto no solo se debe a las fluctuaciones extremas de su precio, los riesgos de seguridad y una creciente dependencia de los centros informáticos chinos, sino también a muchas otras criptomonedas competitivas que ponen en riesgo la escasez de bitcoin».
Estos expertos recuerdan la principal característica de la que, a su juicio, carecen las criptomonedas respecto al dinero tradicional. «Todas las criptomonedas carecen de una característica que es absolutamente necesaria para que el dinero tenga valor a largo plazo, es decir, su existencia como una mercancía que tiene un valor intrínseco. Aunque el bitcoin y otras criptomonedas pueden calentar los corazones de los especuladores con la esperanza de obtener un beneficio rápido, tienen un uso limitado como depósito de riqueza a largo plazo. Los inversores que eviten invertir en bolsa debido al temor a la volatilidad de los precios tendrán que aceptar una lenta erosión de sus ahorros, o quizás poner sus esperanzas en las criptomonedas respaldadas por oro. Pero en este caso, un ahorrador podría invertir directamente en oro», concluyen los analistas de la firma.