Uno de los principales retos a los que se enfrentan los inversores es el hecho de que las cosas cambian cada vez más deprisa, afirma el director de inversiones de Newton, Curt Custard. En el marco de la BNY Mellon Global Investment Conference celebrada el pasado mes de marzo, Custard describió
un mundo en el que las empresas se ven afectadas por la disrupción y son desplazadas a un ritmo vertiginoso.
Según el experto, las decisiones de consumo también están cambiando rápidamente: mientras que la televisión tardó unos cuarenta años en convertirse en algo imprescindible en cualquier hogar estadounidense, Internet solo ha tardado nueve años en ser omnipresente, mientras que al videojuego para móvil Angry Birds le bastaron unas pocas semanas para alcanzar el punto de saturación entre usuarios de teléfonos inteligentes.
Estos cambios que se están produciendo a nivel mundial tienen también su reflejo en el mundo de la inversión. En opinión de Custard, la velocidad de la innovación tecnológica empieza a tener consecuencias en las definiciones tradicionales de los sectores. «Antes, la tecnología era un sector en sí mismo. Ahora, está en todas partes», asegura.
Para los inversores, esto supone un cambio de paradigma. Si antes los gestores de fondos apreciaban características como la fiabilidad y la estabilidad de las empresas en un contexto de inversión a largo plazo, ahora se centran mucho más en las ventajas competitivas y en la capacidad para reorientar
rápidamente sus modelos de negocio. Por eso, Custard cree que aplicar una perspectiva sectorial a la hora de analizar acciones es algo del pasado, por lo que los gestores deben encontrar nuevas formas para evaluar el valor.
El momento de rápidos cambios en el que nos encontramos alcanza su máxima expresión en los mercados emergentes. Custard señala, por ejemplo, que los denominados «deportes electrónicos» (competiciones de videojuegos) son la actividad deportiva que más crece en el mundo gracias, principalmente, al elevado número de jugadores y espectadores asiáticos. El director de inversiones de Newton cita otro ejemplo reciente, el de una empresa de bienes de consumo cuyos beneficios han crecido más en países concretos de mercados emergentes, como Pakistán o Birmania, que en toda la Unión Europea.
El cambio climático es otra área que está experimentando una profunda transformación. Uno de los sectores que ya se está viendo afectado es el de los seguros, explica el experto, que añade que ahora las empresas tienen que tener en cuenta los factores medioambientales antes de decidir dónde construyen sus instalaciones. «La inversión necesaria para combatir el cambio climático es enorme. Como gestores de fondos, debemos identificar a las empresas que están bien posicionadas en este aspecto», concluye.