La esperada creación de la figura del Asesor Global de Inversiones en Argentina moverá las líneas de la industria offshore mundial, tanto en Miami como en Panamá o Uruguay. El país rioplatense se verá especialmente afectado por la creación o reinstalación de la banca privada en la vecina orilla. Un desafío que podría convertirse en una oportunidad, según Andrés Bagnasco, Director de Certificado en Técnicas de Manejo de Inversiones de la Universidad Católica del Uruguay.
“A nivel de derecho comparado, es importante destacar que la figura del flamante Asesor Global de Inversiones de la CNV argentina marca una clara ventaja con respecto a la regulación vigente de Asesores de Inversión en Uruguay, en el sentido de que la licencia permite la gestión discrecional de portafolios mediante mandatos claramente establecidos, es decir, que permite expresamente la administración de carteras de inversión, contando para ello con mandato expreso a nombre y en interés de sus clientes, aunque sin poder recibir o custodiar los fondos, los cuales deberán ser depositados con entidades reguladas al respecto tanto en Argentina como en el exterior”.
Para Bagnasco, este aspecto es clave, ya que el Banco Central de Uruguay (BCU) no admite formalmente que los Asesores de Inversión puedan gestionar carteras mediante mandatos de sus clientes (sin custodia de los fondos), debiendo los mismos limitarse a “la canalización de ordenes aprobadas previamente por sus clientes”, o bien a asesorar a los mismos en cuanto a la selección de inversiones.
“El BCU deberá actualizar en su normativa si desea mantener su competitividad y preservar los puestos de trabajo de su industria financiera. La falta de flexibilidad del regulador uruguayo con respecto a la administración de cuentas sin custodia mediante mandatos discrecionales por parte de los Asesores de Inversión uruguayos ha conducido a que los operadores hayan considerado otras jurisdicciones más flexibles para desarrollar estas actividades. Al referirme a flexibles no me refiero en el sentido de menor supervisión sino en el sentido de mayor agilidad/regulación moderna, y más adaptada a las necesidades reales de la industria”, añade Bagnasco.
Fuentes de la industria explicaron a Funds Society que la jurisdicción uruguaya sigue presentando ventajas impositivas en relación a Argentina. Y en este sentido, la existencia de Zonas Francas es un factor clave.
El profesor Bagnasco piensa que en un primer momento podría registrarse un impacto negativo sobre Uruguay, con la posible re domiciliación de algunos Asesores de Inversión hacia Argentina: “Todo riesgo implica también una oportunidad, ya que una mayor competencia jurisdiccional debería de obligar al Banco Central del Uruguay a agiornar su regulación, con el fin de preservar las fuentes de trabajo en la industria financiera uruguaya, introduciendo figuras similares a la del Agente Productor Argentino, o nuevas figuras como Broker Introductor”.
Para Bagnasco, “la principal cuestión es si el regulador de Uruguay será capaz de adaptarse a las necesidades de una industria financiera moderna (Fintechs, cuentas administradas bajo mandato discrecional sin custodia, Introducing Brokers/Agentes Productores y otras figuras) con la celeridad suficiente para poder retener y/o atraer fuentes de trabajo al país antes de que sea demasiado tarde.
Tras el blanqueo de capitales dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri, se declararon 115.000 millones de dólares en Argentina, estando la mayor parte de los mismos (80% aproximadamente) en el exterior.