La gestión pasiva ha vivido en los últimos diez años su edad dorada en España. Diez años de continuo crecimiento que ha sido diez veces superior al de la gestión activa en el período 2008-2018, según el primer Observatorio de gestión pasiva realizado por Finizens. “Gracias a una rentabilidad consistentemente superior a la gestión activa, la gestión pasiva indexada ha explosionado a nivel mundial y su crecimiento está siendo imparable», destaca el director general de Finizens, Giorgio Semenzato.
La gestión pasiva indexada se basa en replicar índices bursátiles de referencia en lugar de optar por una apuesta específica desarrollada por un gestor humano, que es en lo que consisten básicamente las estrategias de gestión activa. El informe presentado por Finizens refleja que, a nivel global, los índices de mercado presentan rentabilidades históricas superiores a los gestores activos en hasta un 98,47% de los casos.
Según los datos del Observatorio, la gestión pasiva ha atraído en los últimos 10 años un total de 5,2 billones de dólares de flujos netos en todo el mundo (descontando de las contribuciones las retiradas de capital), un volumen equivalente a cuatro veces el PIB de España. Además, se pone de manifiesto el rápido crecimiento de este tipo de estrategia de inversión, cuyos volúmenes de activos han crecido a un ritmo 4,7 veces superior al de la gestión activa, elevando su cuota global de mercado del 10% al 27% en tan solo 10 años.
“Como demuestran los resultados del primer Observatorio de Gestión Pasiva 2019, su imbatible rentabilidad a largo plazo la ha llevado a alcanzar un crecimiento inigualable a nivel mundial, ya que millones de inversores de todo tipo de perfil han ido optando por abandonar la gestión activa y pasarse a la gestión pasiva para la inversión de su patrimonio”, explica Kevin Koh Maier, jefe de gestión de activos de Finizens.
Una rentabilidad acumulada del 76% por encima de la gestión activa
Según los datos analizados por Finizens, la rentabilidad neta ajustada por coste de los índices de mercado ha sido considerablemente superior, en media, a la rentabilidad alcanzada por los fondos de gestión activa en todos los mercados de referencia: desde un diferencial mínimo de 18,1% para la categoría de inversión de renta variable zona Euro (Eurozone equity) hasta un diferencial máximo de rentabilidad de un 76,1% para la categoría de inversión de renta variable americana (US Equity).
En este sentido, para un horizonte de inversión de 10 años, la gestión pasiva ha arrojado una rentabilidad de hasta un 76,1% por encima de la gestión activa.
El mercado de EE.UU. representa el 74% de los activos bajo gestión pasiva
El Observatorio, además, incluye datos desglosados por regiones a nivel mundial, de los que se extrae el liderazgo incuestionable del mercado estadounidense, que acapara el 74,2% de los activos bajo gestión para la gestión pasiva.
Las gestoras líderes a nivel mundial son las estadounidenses Vanguard, con un 40% del total, seguida de BlackRock, con una cuota del 21%. Una clara muestra del avance que esta estrategia de inversión alcanza en Europa es que ya representa el 19% (de término medio) del total de mercado, recortando distancia con el 33% de cuota de mercado que registra en EE.UU.
Según el análisis de Finizens, este tipo de gestión ha experimentado en Europa un crecimiento exponencial, del 295% en comparación con el 29% que ha aumentado la gestión activa en la última década (2008-2018).
Oportunidad de crecimiento en España
En lo que se refiere a España, la gestión pasiva por ahora cuenta con una cuota de mercado de tan solo el 2% todavía, lo que, según Finizens, evidencia su enorme potencial de crecimiento para alinearse con la media europea y mundial.
Así, el 57% de los activos financieros de los hogares españoles está destinado a instrumentos de inversión, lo que pone de manifiesto el gran recorrido y el considerable impacto que la gestión pasiva va a generar de aquí en adelante en el mercado, presentándose como una estrategia considerablemente más rentable y efectiva que la gestión tradicional.
A este respecto, el estudio de Finizens ha analizado la rentabilidad real en los últimos 20 años alcanzada por los inversores españoles, llegando a demostrar que, comparando dos carteras equivalentes en riesgo, la rentabilidad acumulada de una cartera de gestión activa fue del 57,1%, mientras que la rentabilidad de una cartera de gestión pasiva habría alcanzado una rentabilidad del 156,7%, es decir una rentabilidad de 2,7 veces superior.