El COVID-19 se ha convertido en un virus capaz de sensibilizar a la población acerca del cambio climático. Como consecuencia, este año se ha producido una auténtica ola verde y la inversión sostenible ha ganado terreno en las carteras. Los inversores minoristas no se han quedado atrás y, según el último estudio anual de Spainsif, la inversión minorista ha aumentado del 15% en 2018 al 19% en 2019. La mayor demanda del inversor ESG y, sobre todo, la tendencia hacia una inversión sostenible de calidad, que se va alineando con el futuro marco regulatorio de la UE, son hechos que demuestran que estamos inmersos en un proceso de consolidación de la inversión sostenible en España.
En concreto, la inversión responsable ha alcanzado los 285.454 millones de euros gestionados en España durante 2019, lo que ha supuesto un incremento del 36% respecto al año anterior, marcando una cifra histórica, según se recoge en el estudio de Spainsif “Las inversiones y el cambio climático”. Además, los expertos han concluido que este tipo de inversión ha demostrado que puede ser un valor seguro y más rentable que otro tipo de inversiones.
Alberto Gómez-Reino, responsable de inversión sostenible y Asset Allocation Institutional de BBVA AM, ha defendido durante la presentación del estudio que 2020 va a ser un año histórico para la consolidación de la inversión sostenible en el mercado europeo. Para el experto, ha habido una serie de factores que la han apuntalado. En primer lugar, destaca la regulación, la cual demuestra que la inversión sostenible no es una temática o tendencia, sino que está intrínseca en los procesos de inversión.
El COVID-19 es otro de los factores que la ha apuntalado. “Nos ha hecho reflexionar sobre muchas tendencias en la economía y la sociedad y ha enriquecido otros ángulos que antes no eran tan visibles, como el criterio social o de gobernanza”. La tercera variable tiene que ver con los resultados y el volumen de inversión en 2020, los cuales, en general, y según ha señalado el experto: “son mejores que los de las inversiones tradicionales”.
La nueva normativa
Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, ha resaltado que no sólo se aprecia un aumento notable en el volumen de activos gestionados bajo criterios ESG, sino que “se están experimentando cambios estructurales muy relevantes en la ISR, impulsados principalmente por la Unión Europea. Cambios que están siendo recibidos positivamente por el sector financiero en lo que atañe a la clarificación de los estándares de medición y, en consecuencia, permitiendo una clasificación más rigurosa de los tipos de ISR”.
Por su parte, Valvanera Ulargui, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, ha destacado lo oportuno de la celebración del evento, en un momento de confluencia de dos crisis globales como la pandemia del COVID-19 y el cambio climático, que incentivan la aparición de nuevas formas de relacionarse con el sector financiero y apremian la aplicación de un marco normativo que “anticipa riesgos, evita daños y reduce costes de reparación”.
En su ponencia, especializada sobre la Ley de Cambio Climático y Transición Energética Española, ha valorado el carácter anticipado de este proyecto, que supone una muy buena carta de presentación para los fondos de recuperación europeos, donde “el sector financiero es tractor y protagonista, con un papel determinante en las decisiones de inversión que se tomen a largo de 2020 y 2021, para financiar aquellos sectores adecuados para la transición ecológica e identificar a aquellos sectores que necesiten de un mayor apoyo para avanzar”.