El Sturdza Family Fund fue lanzado en diciembre de 2018 con el fin de aprovechar las oportunidades que se generan en renta variable cuando se producen cambios en los mercados con un perfil de volatilidad reducida. Para ello, invierte a nivel global en todo tipo de instrumentos de equity y renta fija. “El objetivo es lograr una apreciación del capital a largo plazo de manera simple y clara” mediante “la inversión en negocios fuertes”, apunta Constantin Sturdza, cogestor del fondo.
En una entrevista con Funds Society, cuenta que el fondo está estructurado de forma que tenga un sesgo continuo hacia la renta variable, con una mínima exposición hacia ese tipo de activo del 51% y un máximo del 80%. De esta forma, buscan capturar la correlación a largo plazo entre los precios de las acciones y el crecimiento de sus beneficios y aprovechar las oportunidades para reinvertir a precios contenidos cuando se producen cambios en los mercados y se generan puntos de entrada atractivos.
Mientras, para lograr un perfil de volatilidad reducida en comparación a los instrumentos de renta variable a largo plazo y tener la oportunidad de reinvertir a niveles de contención de precios, el fondo cuenta también con una exposición continua a renta fija –mínima del 20% y máxima del 49%-. Todo ello, con “la flexibilidad de poder manejar de forma activa estos rangos de exposición”, señala Sturdza.
En el contexto actual, considera que es un buen momento para invertir en negocios fuertes a largo plazo mediante este instrumento, “diseñado para percibir las caídas del mercado como oportunidades de inversión únicas, de una forma totalmente alineada con los accionistas”.
Además de lograr la apreciación de capital a largo plazo, el fondo tiene un segundo objetivo: desempeñarse por encima de la prima de riesgo media de la renta variable estadounidense y una tasa libre de riesgo. Para cubrir este último, la gestora se sirve de varias estrategias, como de la propia composición de la cartera: “el requisito de contar con una asignación mínima constante a activos de renta fija ayuda a evitar sorpresas inesperadas”, apunta Sturdza.
También cubre el riesgo mediante la renta variable, “favoreciendo a aquellas empresas con mayor resistencia a las caídas del mercado o a través de derivados si es necesario”.
La gestión activa de la cartera es la clave para evitar riesgos innecesarios. De hecho, cuando el fondo fue lanzado, la asignación a renta variable era de un 70% y a renta fija, del 30%, y a medida que ha ido avanzando 2019, la exposición a las acciones se ha reducido ligeramente y se ha aumentado la de los bonos.
El fondo sigue una estrategia denominada “dual-benchmark”. “Fue desarrollada por dos motivos: para reflejar los objetivos a largo plazo del fondo (benchmark de la tasa de rendimiento) y para ofrecer a los inversores una forma clara de comparar la estrategia flexible de asignación de activos con una fija (benchmark de informes)”, cuenta Sturdza.
A la hora de valorar la coyuntura actual del mercado, se mantiene cauteloso y apuesta por no especular a corto plazo. “El objetivo del fondo en este sentido es capturar gran parte de la subida de un ciclo y mitigar el impacto de una fase de caída”, señala. Para ello, Sturdza considera importante percatarse de que, con un horizonte a largo plazo, el precio de las acciones de una empresa está vinculado al crecimiento de sus beneficios.
A su juicio, mediante la combinación de instrumentos de renta fija y de renta variable consiguen una volatilidad relativamente menor. “Un perfil construido para mitigar la necesidad de vender en el ‘peor momento’ y, así, evitar las decisiones impulsivas”, cuenta.
Sturdza considera que el repunte generalizado en Estados Unidos está relativamente extendido, pero pide cautela a la hora de utilizar ese indicador como un argumento de peso. “Los estímulos artificiales adicionales que buscan hacer caer la tasa de desempleo podrían presentar riesgos estructurales”, advierte.
Teniendo en cuenta factores positivos como la reaceleración de la economía china y los riesgos que existen en torno a la inflación, la política monetaria o el Brexit, Sturdza apuesta por mantener la cautela y continuar sobreponderando la renta variable.