En su primera carta a inversores, tras la autorización de la CNMV a Cobas Asset Management, Francisco García Paramés ha recordado la esencia de la filosofía value que rige su estilo de inversión: comprar activos infravalorados con el objetivo de preservar (y si es posible, aumentar) a largo plazo, el poder adquisitivo de los ahorros de los clientes. “Siempre hemos seguido esta línea y así continuaremos”, afirma.
Como inversor value, su objetivo no es predecir ni anticipar el comportamiento del mercado ya que, como recuerda, “en 25 años de gestión sólo en algunas ocasiones hemos acertado con predicciones generales como en la burbuja de mercado y de valores tecnológicos de 1998-2000, la burbuja crediticia e inmobiliaria española o el crecimiento de China”.
Paramés explica que los fondos de Cobas estarán prácticamente siempre invertidos al 99%, cerca del límite legal porque no quieren asumir los peligros derivados de la renta fija o la liquidez en un momento como el actual. Pero no sólo por eso…el gestor se muestra convencido de que siempre, o casi siempre, ha habido, y probablemente habrá, valores suficientes para alcanzar la inversión total de las carteras.
Y ¿qué pasa si aparecen buenas oportunidades?
Estar invertido al máximo puede constituir un problema si, de repente, aparecen nuevas oportunidades de compra. En ese caso, Cobas A.M opta por vender aquella compañía que sea menos atractiva dentro de la cartera. “A la pregunta de ¿cuándo vendemos un valor?, respondemos siempre: cuando haya una oportunidad mejor”.
¿Dónde invierte Paramés?
Los fondos de Cobas A.M invierten fundamentalmente en Europa, un mercado que consideran cercano y conocido, aunque también mantendrán posiciones menores en EE.UU. y en Asia. Según explica Paramés en su carta abierta a inversores, hay un gran número de compañías que cumplen con sus criterios de calidad y precio atractivos, a pesar del comportamiento razonablemente bueno de los mercados en los últimos años.
El punto de inflexión lo sitúan en la segunda mitad de 2015 con la caída generalizada del precio del petróleo y del resto de otras materias primas, que permitió la oportunidad más significativa en los mercados financieros desde 2000 o 2009. “Estuve presente en diversas conferencias sobre materias primas en ese otoño, pero el recuerdo más significativo me llega del 7 de diciembre de ese 2015, cuando asistí al día del inversor de Anglo American, una de las compañías más representativas del sector. Me interesaba porque la acción cotizaba a 270 peniques, después de haber sufrido una caída del 90%, y su principal activo es De Beers, la principal compañía de diamantes del mundo. El ambiente era de tal negatividad en la City de Londres que su CEO daba verdadera pena. Me pareció una oportunidad extraordinaria y a día de hoy cotiza alrededor de 1.400 peniques, después de multiplicarse por cinco su cotización”, cuenta Paramés.
¿Cuál es la cartera modelo y qué potencial tiene?
La cartera modelo inicial de Cobas A.M la componen 62 valores, y la base la forman 23 compañías que han estado previamente en carteras gestionadas por el equipo. Estas 23 incluyen las 9 que forman la parte ibérica de la cartera, “todas ellas viejas conocidas”.
Otros 10 valores están relacionados con las materias primas. “Aunque hace tiempo que no invertimos de manera significativa en el sector, desde 1998, la manipulación monetaria y el ajuste de precios en la mayoría de ellas, derivado del exceso de inversión en el periodo 2008-2014, hacen necesario y atractivo mantener un porcentaje de la cartera en ellas, cerca del 20% de la misma”. Destacan, además, que aquellas en las que están invirtiendo cotizan a un precio de 10x beneficios, muy atractivo si se tiene en cuenta que el precio de sus respectivas materias primas se encuentra en mínimos.
El resto, 29 valores, son compañías «nuevas», que han estudiado con dedicación para conocerlas con la mayor profundidad posible. “Algunas ya las seguíamos, pero otras han sido interesantes sorpresas para el futuro”.
Con un PER de 8,4x frente a un PER de mercado de 17x, la cartera muestra un descuento del 50% respecto al mercado y un potencial de revalorización del 70%. “Este potencial puede parecer alto, pero observando la calidad de las compañías y los bajos múltiplos que estamos pagando por ellas, se comprende mejor. La realidad es que históricamente nuestras valoraciones han sido razonablemente correctas”.
A pesar del potencial que tiene, aseguran que se trata de una cartera conservadora, pues un 38% de ella la componen compañías con caja neta; una parte de estas (un 22% de la cartera) la componen compañías con un nivel de caja de alrededor del 50% de la capitalización. E incluso, cuatro compañías, que representan un 6% de la misma, tienen mayor nivel de tesorería neta que su valor en bolsa (y buenos negocios anejos). La gran mayoría de la cartera, alrededor del 80%, la componen compañías familiares o con un accionista de referencia. “Sorprende de nuevo a estas alturas encontrar compañías con un conjunto de características tan atractivas, que son parecidas a las que hemos hallado en nuestros mejores momentos y auguran un futuro muy prometedor para nuestros ahorros”.