Los temores por la evolución de su economía y su elevada tasa de deuda no eximen a China de ser uno de los países emergentes donde los expertos ven más oportunidades de inversión.“Es uno de los países emergentes con mayores tasas de crecimiento y con perspectivas de crecimiento de dos dígitos en los beneficios empresariales para 2018. Además, vemos que para el gobierno la prioridad es conseguir un crecimiento de mayor calidad y sostenible, muy centrado en una mayor apertura económica y en reformar sus empresas estatales”, afirma César Muro, responsable de Gestión Pasiva de Deutsche AM para España y Portugal.
Los inversores que no quieran dejar pasar la oportunidad de invertir en el gigante asiático pueden hacerlo a través de fondos de inversión de gestión activa o ETFs. En el primer caso se busca batir la rentabilidad que ofrecen los índices de referencia mientras que a través de ETFs se busca replicar el comportamiento del índice con unos costes más bajos. “La gestión pasiva a través de la inversión en fondos cotizados (ETFs) ofrece diversificación, eficiencia en costes, liquidez intradiaria y flexibilidad. Como el objetivo es seguir un índice, nuestro resultado siempre estará ligado al índice que sigue menos los costes soportados”, explica Muro.
En su apuesta por la inversión en el mercado chino a través de ETFs, Muro explica las dos opciones que considera más interesantes dentro de la renta variable y para un horizonte de medio-largo plazo. “La primera opción es el DB X-TRACKERS MSCI CHINA INDEZ UCITS ETF (DR) y está centrado en la nueva economía y tiene un mayor peso del sector tecnológico con compañías como Alibaba, Baidu, Tencent. Una segunda opción es el DB X-TRACKERS HARVEST CSI 300 UCITS ETF (DR) y está más centrada en el consumo interno y las empresas locales.
Para el experto, el mayor riesgo de invertir en China está en su propia consideración de mercado emergente y en la posibilidad de que “una política monetaria y fiscal menos expansiva modere el crecimiento futuro”.
En cualquier caso, Muro cree que la gestión pasiva o indexada puede encajar a “cualquier inversor que quiera tener acceso a un mercado con unos costes de gestión bajos, obtener la rentabilidad propia de este y que le ofrezca liquidez diaria”. En este sentido, aconseja diseñar una cartera diversificada y acorde al riesgo que uno pueda soportar con un asesoramiento financiero profesional.