Después de varios meses de expectativas, la administración de Trump dio a conocer finalmente el pasado 27 de septiembre el marco de referencia para reforma fiscal. Para comprender mejor las posibles implicaciones para los inversores, Curt Overway, presidente y gestor de Managed Portfolio Advisors, una division de NGAM Advisors analizó varios aspectos del tema.
Una de las características clave de la propuesta es la consolidación de siete tramos fiscales en sólo tres, con tipos del 12%, 25% y 35%. Si este cambio entra en vigor, estima, los inversores verían gravadas a corto plazo las ganancias sobre capital, los ingresos por intereses y los dividendos no calificados caerían levemente.
“No se mencionan en específico las ganancias de capital o las tasas fiscales sobre dividendos en el marco inicial, por hasta ahora asumimos que no cambiarían, aunque podrían. Con la reducción de la tasa impositiva de 35%, probablemente habría un impacto muy moderado en la mayoría de los portafolios de inversión”, explica Overway.
Las carteras de renta variable gestionados de forma activa suelen tener niveles más altos de facturación, lo que probablemente genere al menos algunas ganancias de capital a corto plazo dentro de dichas carteras.
En consecuencia, dice Overway, se espera un impacto más positivo para los inversores en términos de una acumulación fiscal ligeramente reducida en dichas inversiones. Sin embargo, el reciente análisis llevado a cabo al aplicar las nuevas tasas retroactivamente a portafolios de renta variable de gestión activa ampliamente diversificados, sugiere que este impacto probablemente sea mínimo.
“Nuestro análisis encontró que aplicar el impuesto más bajo del 35% en vez del 39,6% para la tasa de ingresos ordinarios prácticamente no impactó la rentabilidad después de impuestos de estos portafolios”, dice.
Otro de los aspectos que podría incidir en las carteras es que el marco también elimina la mayoría de las deducciones, dejando solo el interés hipotecario y las contribuciones de caridad.
“Actualmente, algunos inversores pueden deducir ciertos honorarios de gestión de inversiones si detallan los conceptos para las deducciones. Esta posibilidad desaparecería en el marco de la propuesta. Es poco probable que esto tenga un gran impacto para la mayoría de los inversionistas, ya que estas comisiones solo se pueden deducir en la medida en que esas deducciones, junto con otras misceláneas, excedan el 2% del ingreso bruto ajustado (AGI)”, concluye.