La próxima generación de gestoras especializadas en hedge funds “emerge con fuerza”. Según el último informe elaborado por la Alternative Investment Management Association (AIMA, por sus siglas en inglés), en colaboración con Cowen, existe un grupo de compañías emergentes en la industria de hedge funds que tienen hasta 500 millones de dólares en activos bajo gestión y también un buen grupo de inversores que se ha fijado en ellos.
Desde la organización destaca que, al menos, dos tercios de los inversores considerarán la posibilidad de asignar a los hedge funds con menos de 100 millones de dólares en activos bajo gestión. Lo que rompe con el tradicional discurso de que los gestores de fondos deben tener un historial de al menos tres años y también presumir de tener más de 100 millones de dólares bajo gestión antes de que la mayoría de los inversores los tengan en consideración. “Los inversores parecen estar más dispuestos a comprometerse con los gestores en una fase más temprana de su ciclo de vida y tardan menos en aceptar nuevas inversiones”, afirman desde AIMA.
¿Cómo son estos nuevos jugadores de la industria de los hedge funds? En primer lugar, las conclusiones destacan que se enfrentan a los mismo retos que las grandes gestoras: el estrechamiento de sus márgenes. A su favor tienen que “el umbral de rentabilidad entre los costes totales de funcionamiento de la empresa que debe alcanzarse antes de empezar a obtener beneficios cayó, de media, un 25% desde su nivel de 2017, desde 86 millones de dólares en 2017 a 64 millones de dólares actuales”, indica el informe en sus conclusiones. También destacan que el tiempo medio para cerrar nuevas inversiones para los gestores emergentes está tardando 6,3 meses de media e incluso menos, 5,6 meses, para los gestores de fondos de menos de 100 millones de dólares.
En este sentido, la investigación reveló una comunidad de gestores de hedge funds que han resistido las recientes turbulencias macroeconómicas y han salido más fuertes y resistentes que antes. “Esto se ha conseguido recortando los costes en la medida de lo posible, sacrificando los salarios y haciendo un mayor uso de las plataformas reguladoras”, apunta el documento.
“Este estudio demuestra que el panorama está cambiando tanto para los gestores como para los inversores. En el caso de los fondos de hasta 500 millones de dólares de capital circulante, el impacto de la pandemia ha dado lugar a operaciones más ágiles, eficientes y sólidas, con mayores oportunidades por parte de los inversores que en cualquier otro momento reciente. Las medidas que estos fondos han tomado para salvaguardar sus negocios durante la pandemia los sitúan en una buena posición de cara al futuro. Estas empresas han aislado en gran medida sus negocios de la recesión y tienen la capacidad de resistir las previsiones de turbulencias económicas que se avecinan», afirma Jack Seibald, Managing Director y Global Co-Head of Prime Brokerage and Outsourced Trading en Cowen.
En opinión de Tom Kehoe, Managing Director, Global Head of Research and Communications en AIMA, “es alentador ver que, a pesar de los problemas de la COVID-19, la próxima generación de gestores de fondos está surgiendo más esbelta y con más conocimientos empresariales. A través de esta investigación, hemos descubierto que las empresas pueden construir negocios fuertes y prósperos con mucho menos de lo que se pensaba. Mientras tanto, la estabilidad de los niveles de comisiones desde 2017 ofrece un chequeo optimista de la salud del sector y sugiere que los inversores siguen viendo valor en la asignación a gestores emergentes”.