A pesar de que para las instituciones financieras ya fue todo un reto cumplir con el Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA) durante su primer periodo de vigencia en 2015, FATCA es mucho menos complejo que el Common Reporting Standard (CRS). Así al menos lo creen Scott Freedman, director de estrategia de producto para soluciones AEOI de SOVOS Compliance, y el resto de panelistas que participaron en el Simposio Mundial de Impuestos celebrado este mes en Nueva York.
“La mayor dificultad es mantenerse al día con la forma en que se plasma el CRS en cada jurisdicción específica, incluidos requisitos adicionales de información, diferentes plazos, definiciones de residencia, leyes de protección de datos y portales a través de los que reportar,” sugirieron los expertos reunidos en SIFMA. “No hay una regla de minimis en CRS, pero los requisitos de informes aún pueden variar en las distintas jurisdicciones”.
Compliance: la calma antes de la tormenta
Todos los expertos estuvieron de acuerdo –relata el experto de la firma que recientemente entró en América Latina adquiriendo Paperless- en que el mayor desafío en su primer año de reporte bajo el estándar común (CRS) fue mantenerse al día con las especificidades de la jurisdicción, pero se preguntaban abiertamente cuál era realmente el riesgo del no cumplimiento: qué o quién, y cómo, se está asegurando de que se cumple en todas las jurisdicciones.
A diferencia de FATCA, CRS no utiliza la retención fiscal para hacer cumplir las normas sino las auditorías y sanciones. Aunque están apareciendo dos tipos diferentes de auditorías, la mayoría de las entidades financieras solo están familiarizadas con la que les afecta directamente (la de un regulador auditando una entidad financiera). Sin embargo, muchos reguladores están esperando a que se produzca el intercambio de información antes de realizar las auditorías.
La segunda auditoría comenzará poco después de que se haya llevado a cabo este intercambio y consistirá en una revisión entre iguales por parte de la OCDE al regulador, con el objetivo es garantizar que los datos enviados sean completos y precisos, de conformidad con CRS. Una vez completada esta auditoría, podría haber un aumento en la cantidad de auditorías a instituciones financieras por parte de los reguladores.
Hay un par de jurisdicciones que están emitiendo sanciones: Luxemburgo y el departamento de Ingresos internos de Hong Kong. Sin embargo, los expertos prevén que llegarán nuevas penalizaciones, ya que las últimas jurisdicciones están todavía en proceso de firmar su incorporación al CRS y establecer sus estructuras de sanción. Por lo tanto, las sanciones serán pronto una amenaza real para las Instituciones Financieras no de conformidad.
Creación de flexibilidad
En sus esfuerzos por alinear sus datos de acuerdo a los estándares del CRS, las IFs (Instituciones Financieras, por sus siglas en inglés) se apresuran a conseguir respuesta a sus solicitudes de auto certificación, pero es probable que las obtenidas sean incompletas, inexactas o contengan datos contradictorios a los de los W-8 solicitados a través de FATCA. Por tanto, muchas IF están buscando una forma mejor de gestionar sus datos.
Según Freedman, en SIFMA se puso de manifiesto que se observa una tendencia en las IF hacia la centralización de sus datos en un sistema central que permita cruzar datos entre líneas de negocios y vincular los procesos para los reportes AEOI (FATCA y CRS) con los informes de la serie 10 (1099 y 1042 -S).
“Las IF deben fusionar los procesos de recopilación de datos en una sola operación para evitar errores de comunicación y solapamiento, y en última instancia para evitar errores y sanciones. La clave es tener sistemas flexibles y adaptables, que permitan a las IF reaccionar rápidamente a cambios en umbrales y requisitos jurisdiccionales”.
Los expertos abogaron por un triángulo formado por tres grupos de negocio que trabaje conjuntamente de forma constante para centralizar y agilizar los procesos de elaboración de informes: impuestos, operaciones impositivas y TI. Ser ágil y estar preparado para el cambio atenuará significativamente el impacto de adaptarse a las regulaciones actualizadas y permitirá a las IFs mantenerse de conformidad a las normas y evitar tanto penalizaciones como realizar modificaciones costosas al proceso. En última instancia, la flexibilidad y adaptabilidad permitirán a las IF evitar la pérdida de reputación y cuentas de clientes.
Gestión externa
La automatización es un componente principal de la centralización de procesos, y muchas IF están buscando una solución AEOI automatizada. Dos importantes factores a tener en cuenta son la facilidad de implementación y cómo una solución se ajusta a sus procesos actuales. También hay que considerar qué equipo gestionará la solución y cuántas personas deben alejarse de sus tareas principales para gestionar el proceso de generación de informes.
En la industria, existe la tendencia a agregar ofertas de servicios gestionados a la hora de adoptar una solución automatizada. Esta fórmula sitúa la responsabilidad de los cambios y las adaptaciones rápidas del sistema en el proveedor de la solución, y no en la propia FI. Historicamente, las IF con servicios gestionados han cumplido mejor los plazos y su índice de aceptación de transmisiones ha sido superior. También pueden externalizar de forma efectiva la creación y mantenimiento de los procesos de generación de informes a un proveedor de soluciones, liberando a sus propios empleados para que continúen con sus tareas críticas y no se aparten de ellas por tener que reportar.
En resumen, concluye Freedman, “a medida que crezca y se desarrolle, CRS supondrá nuevos y más complejos retos para las IF y la clave para asumirlos será la flexibilidad y la adaptabilidad derivadas de la centralización de datos y procesos”. Además, las IF deberían considerar la externalización de los informes a un servicio gestionado y evitar que sus empleados se vean bloqueados por los informes tributarios. CRS no va consumir menos tiempo ni simplificarse en el futuro y, a medida que avanza, las IF deben estar preparadas para evitar penalizaciones y proteger su reputación y la de sus clientes.