Aunque la irrupción de ChatGPT ha sembrado al mercado de entusiasmo por la inteligencia artificial en los últimos meses, las gestoras de fondos llevan años invirtiendo en este tipo de innovaciones tecnológicas para garantizar la resiliencia de su negocio y dar un paso adelante en la gestión de activos, descubriendo nuevas ventajas competitivas y desarrollando productos a mayor velocidad que nunca.
Es curioso. Cuando los agentes financieros hablan de inteligencia artificial (IA) aplicada a la inversión, la palabra más repetida es “oportunidad”: oportunidad de detectar discrepancias en valoración antes que nadie, oportunidad de llegar a mercados antes vedados, oportunidad para comprar o vender los primeros… En cambio, si esos mismos agentes hablan de la IA aplicada a su modelo de negocio, entonces posiblemente la palabra más repetida sea “ayudar”: la IA ayudará a reducir costes, ayudará a acelerar procesos y a desarrollar nueva oferta de producto, la IA ayudará a proporcionar un mejor servicio al cliente final… Todo en positivo, pero, ¿cómo lo hará exactamente?
Según el estudio de KPMG “Tax Reimagined 2023: Perspectivas de la C-suite”, seis de cada diez empresas de todo el mundo ya están utilizando inteligencias artificiales para tareas que van desde la automatización de tareas rutinarias hasta la evaluación de riesgos tributarios. Dicho informe, basado en una encuesta a ejecutivos del nivel C-Suite de más de 500 compañías a nivel global, indica que el 70% de las compañías prevé invertir un millón de dólares o más en capacidades de IA para su función fiscal en los próximos 12 meses.
El punto de vista de Allianz Global Investors es que todavía estamos en las fases incipientes de una auténtica revolución industrial basada en la IA, y su estimación es que este tipo de tecnología podría alcanzar a la inteligencia humana en tan solo de 10 a 15 años. Sus expertos vaticinan que la adopción generalizada de la inteligencia artificial puede tener una doble contribución sobre la economía global, al recortar costes e impulsar ventas. De hecho, la gestora alemana ha cuantificado una contribución de hasta 15,7 billones de dólares a la economía global: 6,6 billones vía mejora de la productividad, y 9,1 billones por impulso al consumo.
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