Cuando la comunidad financiera habla del efecto que MiFID II tendrá en el sector, las EAFIs alzan la voz para argumentar que su modelo de negocio es uno de los más preparados y adaptados para este nuevo marco en comparación con las grandes entidades financieras.
A su favor tienen un modelo más orientado al asesoramiento independiente y al cobro por sus servicios, pero eso no significa que la directiva europea no vaya a tener un impacto claro en su marco de negocio. “Hay alrededor de 170 EAFIs en todo el mercado, lo que supone una gran variedad. A cada una le afectará de una forma distinta, pero parece evidente que en general los márgenes se estrecharán. Otro aspecto común que afectará por igual es que habrá que hacer más trabajo de compliance”, explica Jorge Canta, abogado de Cuatrecasas, en el marco de un evento celebrado recientemente en Madrid y organizado por Aseafi.
A los cambios apuntados por Canta se suma un posible aumento de costes. “Las EAFIs se tendrán que preparar para competir no sólo en productos, sino en asesoramiento”, señala Laura Sacristán, directora de Estategia de Openfinance. En su opinión, MiFID II también supondrá una oportunidad para desarrollar nuevos negocios digitales y fijarse en ese núcleo de clientes que, por su nivel de patrimonio, puede tener menos interés para los bancos. “La tecnología se ha convertido en un tsunami para las entidades y para las EAFIs representa una oportunidad para captar como clientes a los segmentos más jóvenes, que son más afines al uso de las TIC”, apunta.
Para Horacio Encabo, director de EAFIs e Institucional de Andbank España, el sector se está olvidando de algo muy básico a la hora de hablar del impacto de MiFID II: “¿Qué voy a tener que hacer para recuperar la pérdida de margen con mis actuales clientes?”, advierte. Según su experiencia, la respuesta es situar al cliente en el centro de la actividad. “No hace falta que las EAFIs hagan una declaración de lo que son, basta con ver su actividad para entender que su espíritu es ser independiente. Por lo tanto, hay que poner el foco y estudiar cómo se van a recuperar esos márgenes, incluso identificar las oportunidades para ganar cuota de mercado”, afirma Encabo.
¿Movimientos de mercado?
Para Canta, las EAFIs con menos clientes tendrán que hacer menos cambios, en comparación con aquellas que tengan una mayor cartera de clientes. Justamente este factor, la dimensión, es lo que puede provocar que a partir de 2018 se produzcan más conversiones de EAFIs en gestoras y en agencias de valores, incluso que haya adquisiciones y compras en el sector.
“Diría que algunas EAFIs pueden tomar este camino y aprovechar la llegada de MiFID II para crecer o evolucionar. Esto tendrá sentido en aquellas en las que la figura de EAFI les quede estrecha teniendo en cuenta su actividad y servicios”, apunta Canta.
Sin embargo, Encabo es más escéptico respecto a posibles movimientos entre las firmas. “Es cierto que lagunas EAFIs han visto una oportunidad en los requisitos que tienen las agencias de valores y han dado el salto. Pero veo más complicando que se vayan a producir integraciones. Los modelos de EAFIs son muy diferente y su tamaño medio es pequeño, lo cual las caracteriza por tener modelos muy personalistas. Creo que lo que hemos visto hasta ahora son operaciones residuales”, argumenta.