Las familias españolas siguen prefiriendo tener su ahorro en depósitos, un vehículo caracterizado por el bajo riesgo, pero ahora también por las bajas o nulas rentabilidades. Estos escasos niveles de retorno se deben a los bajos tipos de interés. Con el objetivo de reanimar la economía, los bancos centrales han echado mano de las herramientas que les permiten animarla, como, por ejemplo, la facilidad de depósito (el tipo de interés que reciben los bancos por depositar su dinero en el Banco Central Europeo). Se prevé que la facilidad de depósito seguirá en negativo, lo que implica que los bancos pagarán por depositar el exceso de liquidez en el Banco Central Europeo (BCE). Actualmente, este tipo de interés se sitúa en terreno negativo, -0,50%.
Ante esta dinámica, los bancos han ido reduciendo las “recompensas” que otorgaban a los clientes por simplemente depositar su dinero, tanto que algunos incluso cobran por ello. Su objetivo es paliar los efectos de las políticas del Banco Central Europeo y conseguir un mayor nivel de fidelización de los clientes.
Este es el caso de ING, el primer banco que inició esta práctica en España. El banco holandés, famoso por sus campañas de “0 comisiones” ha pasado a penalizar a aquellos clientes con una bajo nivel de fidelización. En concreto, cobrará una comisión de 10 euros mensuales a los clientes con saldos superiores a 30.000 euros, aquellos que tengan domiciliada una nómina de 700 euros al mes, como mínimo, quedarán exentos. Por su parte, BBVA ha sido el primer banco español en cruzar la línea roja. El banco comenzará a cobrar comisiones a sus clientes particulares por el mantenimiento de depósitos superiores a los 100.000 euros. La comisión de mantenimiento será del 0,025% mensual o del 0,3% anual. Los ahorradores podrán librarse de ella si complementan los depósitos con la contratación de otros productos. Para evitar la comisión en BBVA será necesario, al menos, domiciliar la nómina.
¿Quiénes serán los siguientes? ¿Tendrá efecto dominó? Ignacio Astorqui, analista de inversiones de Afi Inversiones Globales, considera que “es previsible que la penalización en depósitos y saldos en liquidez sea una práctica generalizada entre las entidades financieras y se mantenga por un largo periodo de tiempo”.
Una nueva tendencia que podría provocar la migración de muchos ahorradores a otros productos que ofrezcan mejores condiciones de rentabilidad- riesgo. En este escenario, el experto considera que la industria de fondos tiene una oportunidad para ofrecer a esos ahorradores que se ven forzados a convertirse en inversores soluciones que se ajusten a sus necesidades. “La gestión de riesgos de los vehículos más conservadores, destino natural de estos nuevos inversores, deberá ser el pilar fundamental del proceso de inversión”, señala el analista de Afi. Por su parte, Miguel Camiña Gil de Biedma, cofundador de MiCappital y asesor financiero de la plataforma de asesores de Finect, considera que esta tendencia de cobro de comisiones sí podría extenderse, lo que daría lugar a un contexto en el que los neobancos ganaran más cuota de mercado.
¿Buscarán los españoles un sustituto a su vehículo preferido?
Sin embargo, a pesar de esta tendencia, las familias españolas siguen apostando por el bajo riesgo. Según los últimos datos del Banco de España, los depósitos ya reúnen casi el 42% de los ahorros en activos financieros de las familias y se reafirman como su vehículo favorito.
Tal y como explica Ignacio Astorqui, esta fijación por los depósitos es fruto de la combinación de dos motivos. Por un lado, por razones históricas, es a lo que los ahorradores españoles están acostumbrados. “La remuneración de los depósitos era suficientemente atractiva como para no verse forzados a tener que valorar otras opciones. Y, por otro lado, la falta de cultura financiera y buen asesoramiento hace que en muchas ocasiones los inversores no realicen una correcta planificación financiera y no valoren otros activos, a veces más complejos (no en el sentido regulatorio), que seguramente por los objetivos y horizonte temporal del inversor tendrían más sentido”, argumenta.
Miguel Camiña se une a las consideraciones del experto de Afi y coincide en que el desconocimiento y la falta de educación financiera en España provocan que el inversor sea más conservador de lo que debería y le cueste mucho asumir algo más de riesgo pese a que los depósitos no le van a dar rentabilidad.
Las comisiones amenazan y pueden amargar la relación de los clientes con los depósitos. ¿Buscarán los españoles un vehículo alternativo o se aferrarán a lo seguro y conocido? Según señala el experto de Afi, si los ahorradores quieren mantener las rentabilidades que históricamente han conseguido tendrán que asumir más riesgo. “Deberán asumir que deben dar el paso de ahorrador a inversor. Y para ello, la inversión a través de fondos de inversión es una forma de hacerlo de forma diversificada y gestionada de forma profesional. Pero este cambio en el perfil de riesgo y la incorporación de nuevos activos y vehículos se debe realizar con asesoramiento y realizando una correcta planificación, definiendo objetivos, horizonte temporal y tolerancia al riesgo, entre otros parámetros”, advierte.
Camiña considera que, ahora mismo, el vehículo más eficiente para invertir es el fondo de inversión. “En el caso de inversores muy conservadores, tradicionalmente de depósitos, la opción más interesante sería invertir solo una parte de la cantidad que tienen en los depósitos, pero con más riesgo”, aconseja.
Sin embargo, esta migración a productos más a arriesgados puede ser un paso para el que los ahorradores españoles no estén listos. “Los productos de inversión requieren un grado de formación mucho mayor. Por eso, es imprescindibles que el ahorrador que vaya a contratar productos de inversión debe hacerlo con asesoramiento profesional”, aconseja Astorqui.