Banco Santander presenta bajo el título “Pymes: importancia estratégica e ideas para su desarrollo” los resultados de un análisis que estudia la importancia de las pequeñas y medianas empresas tanto para la economía local como internacional y aborda los factores que las distinguen, así como los desafíos financieros y regulatorios a los que deben hacer frente.
Según Pablo Correa, economista jefe y gerente de la División de Comunicaciones, Estudios y Políticas Públicas de Santander, “a través de este trabajo, hemos identificado cinco elementos que podrían aliviar diversos problemas a los que se enfrentan hoy este tipo de empresas y que requieren del esfuerzo de los distintos actores, tanto del sector público como privado”.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la banca tradicional en el momento de asignar el riesgo de sus clientes es la falta de información. Por eso, en la medida en que se reduzcan las asimetrías de información habrá también un menor coste del crédito para personas y empresas.
En segundo lugar, si bien existe una oferta razonable de financiación a corto plazo para las Pymes, aún existen ciertos tipos de crédito que no han sido muy desarrollados. Por ello, el banco propone desarrollar alternativas de financiación en UF a medio plazo y en pesos para operaciones de montos mayores.
Los resultados del estudio invitan a pensar que es necesario un marco regulatorio adecuado para productos e instituciones que avanzar en la eliminación de asimetrías regulatorias entre distintos vehículos de financiación y a la vez permitir el apoyo de actividades no tradicionales.
En relación al estímulo público a las Pymes, los autores del estudio aconsejan avanzar en la unificación de las instituciones encargadas de la administración de garantías públicas y en la difusión de programas de cobertura (no solo cambiaria), además de procurar una mayor simplificación de procedimientos administrativos. De esta manera se evitarían errores de interpretación en el momento de hacer efectivas las garantías. Asimismo, debería haber un plan especial para situaciones de catástrofe.
El quinto elemento apunta directamente a las microfinanzas, alegando que se debe definir un supervisor y marco regulatorio para las muchas instituciones que otorgan servicios financieros a personas que por sus características no tendrían otras fuentes de financiamiento.
Según concluye el estudio algunas de estas alternativas podrían ser implementadas con pocos costes y de manera inmediata por parte de las autoridades, lo que implicaría así mejoras significativas en los costes de financiación.
El documento incluye, además, un completo análisis sobre qué son y qué representan las Pymes, un repaso a los servicios financieros y no financieros a los que tienen acceso y el nuevo escenario regulatorio en el que se desenvuelven.
Pablo Correa, señaló que “las Pymes son un aporte muy importante para el dinamismo empresarial, contribuyendo con el 46% de la producción del país y generando el 58% del empleo total”. Y por su relevancia y sus particulares características y desafíos -como la entrada en vigor de la reforma tributaria y los potenciales alcances de la reforma laboral- es “sumamente necesario conocerlas en profundidad, porque, desde el punto de vista de las políticas públicas, esto permite focalizar mejor las políticas de desarrollo y elaborar diseños más eficientes para su fomento”, enfatizó.
Con todo, Correa afirmó que “estas empresas hacen frente a una serie de desafíos que van más allá de los aspectos financieros. Por ello, es importante que también tengan acceso a capacitaciones de dirección o para el manejo de nuevas tecnologías, entre otros. Estos elementos permitirán asegurar la supervivencia de las Pymes”. Por último, el economista jefe recordó que “la actual coyuntura económica y regulatoria ofrece a este tipo de empresas diversas oportunidades que es útil saber distinguir”.