En el mes de febrero se dio inicio a un intenso ciclo electoral en América Latina que se extenderá durante todo el año 2021. Con el foco puesto en combatir el COVID-19 (primera o segunda ola, según el caso) y poner en marcha las debilitadas economías regionales, varios de nuestros países se enfrentan a importantes procesos que condicionarán su futuro inmediato.
En 2021 tendremos elecciones presidenciales en Ecuador, Perú y Chile, donde inevitablemente el foco de buena parte del electorado estará puesto en la emergencia sanitaria actual relegando tal vez una visión integral del período de gobierno completo.
Si bien los tres países han concretado la compra de vacunas contra el COVID-19, aún hay un largo camino por recorrer para su aplicación y posterior efecto de inmunidad en la población. En este contexto Chile en el mes de enero registró un nivel de contagios mensual elevado, situándose segundo en casos positivos locales desde que comenzó la pandemia. Perú por su parte finalizó el período de cuarentena decretado en el mes de febrero pero instaló un toque de queda que durará al menos 15 días. Ecuador, que abrió el ciclo con elecciones presidenciales el pasado 7 de febrero, ha comenzado su plan de vacunación el 21 de enero y tiene asegurada la compra de dosis para buena parte de su población durante el año en curso.
Elecciones destacadas 2021
Ecuador: La segunda vuelta de las elecciones generales tuvo lugar el pasado 11 de abril
Perú: La segunda vuelta de las elecciones generales tendrá lugar en junio.
México: Las elecciones intermedias del Congreso se realizarán el 6 de junio.
Argentina: Las elecciones parlamentarias de medio término se realizarán el 24 de octubre.
Chile: Las elecciones generales están fijadas para el 21 de noviembre.
Los efectos de la pandemia han puesto sobre la mesa de debate la imperiosa necesidad de financiar, por parte del Estado, los gastos sanitarios y la reactivación económica. A diferencia de países como Estados Unidos con su inyecciones monetarias en la economía local, o de Francia respaldando gran parte de los créditos bancarios contraídos por las empresas, la situación económica en esta zona del planeta no permite la aplicación de tales herramientas. Es una situación delicada la que vive Latinoamérica, donde previo al inicio de la pandemia un gran número de países ya presentaba números rojos así como una alta presión fiscal sobre empresas e individuos.
Países como Chile, Perú, Argentina y México están analizando nuevas categorías de gravámenes, algunos de forma excepcional y temporal, otros ya en calidad de perpetuidad, pero en ambos casos con foco puesto exclusivamente en la riqueza y altos patrimonios. Cierta línea de pensamiento podría derivar en que dicha medida va en el sentido correcto al no ser posible ejercer mayor presión fiscal sobre empresas que se encuentran con bajos niveles de actividad, no obstante parece inoportuno desincentivar la inversión o castigar los grandes capitales que son quienes apuntalan al desarrollo y creación de nuevos puestos de trabajo.
La concepción de este tipo de gravámenes cuando un gobierno se encuentra bajo presión y en vísperas de un proceso electoral, genera una natural desconfianza en quienes se ven afectados, los cuales reaccionan cuestionando los antecedentes de gestión de los recursos públicos en épocas de bonanza económica.
En los últimos meses del 2020 hemos observado un marcado incremento en familias latinoamericanas preocupadas por la situación de su país de residencia optan por incrementar custodias internacionales para sus activos financieros. Entendemos que este es el principal indicador de cómo repercuten este tipo de medidas, donde naturalmente se busca resguardar el legado familiar y analizar herramientas de protección patrimonial.
Análisis de Santiago Costa, Head of Wealth Planning de Southeast