Tras los shocks de las últimas crisis (corporativa, financiera y soberana), la comunidad financiera internacional está asistiendo, “irreversiblemente”, a la incorporación de procesos alternativos de análisis tanto de empresas como de países, destinado a conseguir inversiones más sostenibles en todos los plazos y circunstancias de mercado. Y son cada vez más las gestoras que cuentan con procesos y filtros de sostenibilidad para sus análisis.
Petercam aplica sus propios métodos a la hora de invertir en renta fija de países desarrollados y emergentes. Con más de 14.000 millones de euros en activos, Petercam se define como un inversor “responsable, activo en su accionariado y promotor de una gama de productos sostenibles”. Para Ophélie Mortier, coordinadora de estrategias ISR en Petercam, la sostenibilidad es un tema que afecta a diferentes sensibilidades y subjetividades por lo que es un tema difícil de abordar. “Podemos considerarnos pioneros, ya que empezamos a desarrollar nuestro modelo de análisis de países de la OCDE en el año 2007. Desde la crisis deuda soberana hemos visto que se han desarrollado modelos de análisis sobre países similares. No obstante, antes de esta crisis, no era tan común encontrar estrategias que tuvieran en cuenta este tipo de criterios”, asegura.
La gestora es firmante de los seis principios de la Inversión Responsable promovida por Naciones Unidas (UNPRI), y basa su análisis en varios criterios. En general, desde 2007, los países de la OCDE se han clasificado según más de 50 criterios distribuidos entre cinco motores clave de sostenibilidad, con diferentes pesos: transparencia y valores democráticos; medioambiente; población, distribución de la riqueza y sanidad; educación y economía.
Según la responsable, el filtro de sostenibilidad ha añadido mucho valor al fondo de la gestora que invierte en bonos soberanos denominados en euros emitidos por miembros de la OCDE, Petercam L Bond Government Sustainable. “Esto ha dado lugar a una cartera de alta calidad (principalmente con países con calificación AAA) con una sana diversificación entre países menos tradicionales e inferior volatilidad”, explica.
Con esa base, la gestora también construyó un modelo para países emergentes, que permite en todo momento complementar la información de la calificación del crédito que se usa tradicionalmente para evaluar la valoración a corto plazo de la deuda soberana. “Al integrar las perspectivas a medio y largo plazo, lo cual no tiene impacto directo en la valoración actual de una inversión, se hace posible resaltar los países líderes sobre aquellos que presentan desafíos a medio plazo, que se espera que obtengan buenas rentabilidades y por consiguiente que sean solventes y más estables en las carteras”. Un modelo que se aplica en el fondo de deuda soberana emergente de la gestora. Según la experta, ese modelo ha propiciado un menor sufrimiento en las crisis de divisas que la deuda soberana emergente está afrontando actualmente. “El filtro de sostenibilidad, combinado con una sólida experiencia en la gestión renta fija, permite una optimización del perfil de riesgo/retorno de la cartera”.
Con respecto a otras carteras, el fondo de Petercam invierte en un número mayor de países, de forma diversificada, pues las posiciones de deuda pública emergente están seleccionadas sobre un amplio universo de deuda de hasta 72 países incluidos en tres índices y emitida principalmente en divisa local. El modelo de filtro para los mercados emergentes adopta principios parecidos a los del modelo aplicado a los países de la OCDE.
El proceso
El objetivo es construir una cartera diversificada teniendo en cuenta los cambios en el entorno de mercado. El proceso de gestión comienza por la selección a partir de criterios ISR de los mejores países y divisas. Países como Rusia, China o Argelia, tradicionalmente en los índices de referencia de mercados de deuda emergente, quedan fueran del radar al no ser considerados libres por Freedom House y otros organismos imparciales. Una vez identificados los países más sostenibles, el gestor determina el perfil de riesgo de la cartera. En colaboración con el equipo macro, se lleva a cabo el análisis macroeconómico, que sirve para detectar los motores clave respecto al momento del ciclo económico y el impacto de los tipos de interés a corto y largo plazo, de las políticas de los bancos centrales y de la volatilidad de la divisa. Esto tiene una repercusión directa en la duración, en la calidad media de la cartera y en la asignación geográfica.
Por último, una evaluación detallada de los fundamentales por países y el análisis de valor relativo determina la asignación geográfica y de divisa así como la selección final de títulos, que se complementa con la optimización de la curva de rendimiento.