Caja Ingenieros Gestión es una gestora modesta pero con las ideas muy claras. Su implicación con las políticas de ISR, que está llevando a un destacado proceso de innovación en sus productos, lo demuestra. La gestora cuenta con cerca de 60 millones de euros en fondos de inversión responsable (en su fondo insignia, el Fonengin ISR, que ya supera los 58 millones), que representan en torno al 12% de sus activos gestionados, además de contar con un plan de pensiones que sigue estos criterios desde el año pasado.
Su historia en ISR data de 2006, cuando se creó el fondo Caja Ingenieros Mundial ISR, uno de los pioneros en España. Tres años después se reforzó la apuesta en la inversión responsable fusionando el CI Mundial ISR con el fondo de referencia de la gestora, manteniendo la política socialmente responsable (Fonengin ISR). El año pasado, además, se adoptaron criterios ISR en la gestión de fondos de pensiones con la creación del Caja Ingenieros Global Sustainability y del Plan de Empleo de Caja de Ingenieros. Este año, el hito ha sido el crecimiento del 460% en el patrimonio del Fonengin ISR desde su implementación.
Esta trayectoria pone de manifiesto un compromiso que hace que sus políticas en este sentido no se limitan a ese fondo o plan, tal y como explicaron Xavier Fàbregas, su director general, y Jared Márquez, gestor de control y riesgos, en una reciente presentación en Madrid con la colaboración de Spainsif. Entonces, ¿qué hace Caja Ingenieros Gestión además de gestionar un fondo con criterios ISR?
Desde 2013 incluye aspectos de responsabilidad social en la gestión de todos sus fondos, mediante dos procesos de análisis de los activos en cartera y candidatos a la inversión.
La gestora excluye del universo de inversión de todos sus fondos aquellos activos contrarios a la ISR, con los parámetros del índice FTSE4Good, es decir, las empresas de armamento, defensa o industria militar, y el mundo del tabaco. También excluyen las posiciones de deuda pública emitida por países que no se encuentren entre los países clasificados con desarrollo humano muy alto en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU (con criterios como la salud, la educación o la capacidad de mejora de las condiciones de vida). Ello les permite invertir en la mayoría de países pertenecientes a la UE, al G-20 y a la OCDE pero les lleva a excluir de sus fondos países como Turquía, Rusia, Arabia Saudita, Brasil, China, India, Indonesia, México, Suráfrica, Bulgaria, Croacia, Letonia, Lituania o Rumanía.
Más profundidad y análisis en el Fonengin
Ya en su fondo insignia de ISR, un fondo mixto de renta fija internacional y con la posibilidad de invertir hasta el 30% en renta variable, la gestora aplica criterios ISR en el análisis financiero mediante un modelo de scoring. El fondo basa su universo de inversión en las 100 compañías que forman parte del índice FTSE4 Good Global 100, y a esas compañías les aplica dos filtros (de transparencia -con datos recopilados de Bloomberg y que implican una puntuación- y de valores positivos a la hora de implementar las políticas ESG, según un scoring propio de la gestora –con otra puntuación-).
Esos filtros permiten seleccionar los mejores valores de esos 100 (la nota promedio de dichos valores que componen el fondo en transparencia es del 50,56%, por encima de la del FTSE4Good, y la nota del scoring propio es del 67,13%, frente al 61,11% del índice): el fondo tiene en la actualidad algo más de 40 nombres, fruto de la aplicación de estos parámetros junto al análisis financiero.
“El análisis de los criterios extrafinancieros o ISR debe ir de la mano del análisis financiero en la selección de inversiones”, dicen en la gestora. En el caso del Fonengin ISR se utilizan diversas metodologías de valoración (descuento de flujos, suma de partes, residual income, etc.) para determinar el potencial de un activo, además de los criterios ISR. Nombres como Nestlé, Sanofi o Telefónica figuran entre sus posiciones de mayor peso.
Los retos para el gestor
Pero invertir en ISR no es fácil. Implica un mayor esfuerzo y capacidad de la gestora. “El mundo ISR implica conocer mejor a las empresas en las que se invierte, ir más allá de su balance de resultados y analizar sus políticas medioambientales, su gobierno corporativo, su equipo directivo o los proyectos en los que está implicada, además de participar en su día a día y juntas de accionistas….»
Además, las carteras ISR, al presentar un mayor grado de concentración (un universo invertible menor), supone un desafío para los gestores al tener que demostrar un mayor grado de convicción. Y adicionalmente contrarrestar el habitual argumento de carteras “unconstrained” (no limitadas). También entre los retos, “cualquier cambio de cartera se ha de explicar mucho mejor en un fondo ISR”, apostilla Márquez.