La fusión de CaixaBank y Bankia, en proceso de estudio por parte de ambas entidades, daría lugar al mayor banco español, con el 25% de cuota en el negocio de fondos de inversión y más de un 30% en el de pensiones. Pero ¿cuál sería el impacto en el sector financiero español y europeo, en la bolsa nacional y en los accionistas y tenedores de bonos de ambas entidades?
Para Javier Molina, portavoz de eToro en España, la fusión está saliendo al rescate del Ibex 35, “no por ser éstos los valores directores del índice, sino por la importancia de los niveles de precios del sector a los que sale la comunicación de dicha operación. De momento, el rango marcado por los 6.840 y los 7.300 puntos marcan los niveles a vigilar. La falta de movimiento, momentum e interés general en el Ibex 35 ha generado un rango de precios intermedio que puede funcionar en el corto plazo. Por abajo, son los 6.840-6.850 puntos el soporte clave. Por arriba, la resistencia delimitada por la zona de los 7.300 puntos, marca el techo de dicho rango. Si los precios superan esta referencia, directos a los 7.500 puntos. Si se pierde el soporte, a los 6.500, puede regresar cierto interés a este indicador como estrategia de sentimiento contrario (a un lado u otro)”, explica el portavoz de eToro.
En general, dice, la operación supone una bocanada de aire fresco para todo el sector financiero, desde un punto de vista técnico: “A nivel sectorial, el punto de partida es que el sector financiero español estaba cotizando en una situación de máxima debilidad, con poco volumen y escaso interés inversor, en una zona clave de los soportes de largo plazo. Si estos soportes se perdían, técnicamente podía dar paso a pérdidas muy importantes en todo el sector, si bien también había posibilidades de un rebote técnico por la misma razón. Por eso, el anuncio de esta operación supone, siempre desde un punto de vista técnico, una bocanada de impulso para todo el sector financiero, pudiendo generar interés y volumen entre los inversores”, añade Molina.
Tendencia bajista
Aunque advierte: “No hay que olvidar que la tendencia de medio y largo plazo de todo el sector, no solo en España, sino también en Europa, sigue siendo bajista y eso invita a cierta precaución. El sector se enfrena a un contexto de bajos tipos de interés, creciente competencia y la necesidad de acelerar la transformación digital”.
También recuerda la situación de la banca Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM (boutique de Vontobel), que explica que el principal desafío del sector bancario europeo es la rentabilidad, no la calidad de sus bonos. “En otras palabras, la cuestión es un problema para los accionistas y no para los tenedores de su deuda”, indica.
“Muchas ratios que miden la salud del crédito indican que el sector bancario europeo (y mundial) en su conjunto nunca ha sido tan fuerte como lo es hoy en día. Los coeficientes de capital más que duplican el nivel de hace una década, y los bancos tienen un acceso prácticamente ilimitado a la liquidez proporcionada nada menos que por el Banco Central Europeo (BCE). En el lado del activo del balance, las líneas de negocio con más riesgo se han reducido o cerrado por completo y los modelos de negocio se han simplificado. Como resultado, la volatilidad de las ganancias subyacentes es menor que antes. Para los bancos, un mayor capital y unos activos más seguros significan un mejor perfil crediticio”, añade.
Pero, más allá del atractivo perfil crediticio, persiste el problema de la rentabilidad. “La rentabilidad, sin embargo, es una cuestión diferente, y aquí el sector ha sufrido principalmente debido a la contracción de los márgenes. El BCE ha llevado los tipos de interés a niveles negativos y los ha mantenido durante varios años. Como los bancos no pueden (o no quieren) pasar los tipos negativos a sus clientes a través de los depósitos, y al mismo tiempo la competencia empuja las hipotecas y otros tipos a la baja, esto ha dado lugar a una compresión del margen de interés neto. El rendimiento de los activos y de los fondos propios sufren como consecuencia, al igual que los múltiplos de valor precio/valor contable”, explica Villarroel.
Una situación que podría aliviar la concentración. De hecho, Barclays cree que el acuerdo propuesto generará beneficios por acción a partir del segundo año y estima que la nueva entidad tendría un RoTE pro forma situado en torno al 8,6% en 2022. Además, mantiene su recomendación de “mantener” los valores de Bankia con un precio objetivo de 1,2 euros por acción y “sobreponderar” Caixabank (precio objetivo de 2,5 euros): este último sigue siendo su banco español preferido.
Impulso en Europa
En este contexto, dicen los expertos, las fusiones y adquisiciones son una buena forma de impulsar las economías de escala, pueden mejorar los beneficios y la rentabilidad de los recursos propios. “Hay varios países en Europa donde el sector bancario sigue estando muy fragmentado, y aunque en España se ha trabajado mucho con las fusiones de múltiples ‘cajas’ en los últimos años, todavía hay margen para una mayor consolidación. Países como Alemania o Italia son también los principales candidatos para que este tipo de transacciones se produzcan en el futuro. Una mayor escala facilita a los bancos la tarea de impulsar la eficiencia de los costes y mejorar sus resultados, lo cual es, por supuesto, una tarea difícil de lograr de forma orgánica cuando el crecimiento a sido lento, como ha sido el caso en Europa después de la crisis financiera”, indica Villarroel.
Por eso cree que la fusión de CaixaBank y Bankia sería un paso en la dirección correcta y estas operaciones podrían sucederse de forma más intensa en Europa a partir de ahora: “Es probable que en el futuro esas transacciones se realicen con mayor frecuencia en Europa. Lo que ha sido débil es el relato para los accionistas de la banca europea, no el relato crediticio, pero para los tenedores de bonos suele ser bueno que aumente el valor de mercado de las acciones de un emisor. Este tipo de noticias es constructivo para el sector en general, apostilla.
Altas posibilidades de cierre
Sobre las posibilidades reales de la operación, en Barclays creen que la operación tiene muchas posibilidades de cerrarse, ya que el gobierno sólo sería el segundo mayor accionista (a diferencia de otras posibles combinaciones en el sector bancario español). Asimismo, cree que una contraoferta por Bankia por parte de algún competidor es improbable principalmente por dos motivos: los requisitos de capital son muy elevados y el gobierno sería el mayor accionista en cualquier otra combinación. Es más, la incertidumbre en otras áreas de negocio sigue siendo demasiado alta para los competidores, dicen los analistas del banco.
Con todo, en su opinión hay un negocio con riesgo de concentración: las pensiones. «Con una cuota estimada del 33%, las pensiones son la única área de negocio que podría tener riesgo de concentración». Barclays asume que a partir de la barrera del 30% las autoridades competitivas podrían requerir reducciones de posición.