Uno de los movimientos más destacados en la industria de fondos de inversión en 2018 ha sido, sin duda, la entrada de grandes gestoras en el mercado español de ETFs (Exchange Trade Funds), fondos de inversión pasivos que replican índices bursátiles.
Puede parecer un anacronismo que firmas de gestión activa se rindan ante las bondades de un vehículo de inversión que ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años y cuyo potencial en España es incuestionable, pero lo cierto es que los ETFs han entrado en una nueva fase de sofisticación que les aleja cada vez más de la gestión pasiva
JP Morgan AM es ejemplo de ello desde que el pasado mes de marzo se propuso aprovechar el potencial del mercado español con el lanzamiento de cinco ETFs (tres de renta fija y dos que emulan estrategias hedge fund) que ya cotizaban en las Bolsas de Londres, Alemania e Italia. “Pensamos en inversores que quieren gestión activa o pasiva, pero hay que pensar en términos de liquidez y rentabilidad y los ETFs son particularmente interesantes para aquellos inversores que necesitan más liquidez”, explica Bryon Lake, responsable del negocio internacional de ETFs de JP Morgan AM en una entrevista con Futuro a Fondo.
Tras el reciente lanzamiento de dos nuevos ETFs de renta fija a corto plazo, el objetivo de JP Morgan AM en un plazo de tres años es contar con una gama de 50 productos que abarquen tanto el mercado monetario como estrategias Smart beta o factor investing. En estos planes para hacerse un hueco en el mercado, la volatilidad del mercado es un ingrediente que, lejos de restar, añade interés para el inversor en ETFs. De hecho, Lake cree que “es más seguro para los inversores que haya más volatilidad”.
La renta fija y las estrategias alternativas son las protagonistas de sus primeros lanzamientos y no ha sido una decisión casual. “Estamos haciendo algo realmente distinto porque es mucho más interesante actualmente invertir en renta fija a través de ETFs que comprando bonos directamente, es la forma más eficiente de tener exposición a este mercado”, argumenta Lake.
En cuanto a los costes, Lake defiende que “hay que ser cuidadosos ya que hay ETFs que pueden ser más baratos, pero no tener la mejor calidad”.
Como producto reservado hasta ahora para el inversor institucional, el crecimiento de los ETFs en el mercado español depende en gran medida del nivel de educación financiera. Lake, no obstante, cree que “en el caso de España, la educación financiera no es un problema mayor que el de la longevidad”.