Deutsche Bank anunció los detalles de la ejecución de su plan estratégico, conocido como “Strategy 2020”. Entre los objetivos de este plan, se encuentra la retirada de su actividad en las unidades de negocio que representan un mayor riesgo para el banco alemán. En su comunicado Deutsche Bank hizo pública su intención de dejar de operar en 10 países, entre los que se encuentran Argentina, Chile, Perú y Uruguay, de manera que en Latinoamérica únicamente mantendrá su presencia en Brasil.
El plan de estrategia había sido anunciado en abril, pero con las últimas pérdidas publicadas (6.000 millones de euros para el tercer trimestre), el banco informó de las primeras medidas: suprimirá los dividendos para los años 2015 y 2016, y llevará a cabo las primeras restructuraciones para tratar de estabilizar al banco y volver a la zona de rendimiento positivo en el largo plazo. John Cyran y Juergen Fitschen, consejeros delegados del grupo, han coincido en señalar que implementar una restructuración no es una tarea fácil, y que lamentablemente implica el cierre de sucursales y de unidades de negocio, así como reducir empleados e infraestructura.
La presencia del banco alemán en Latinoamérica se remonta a finales del siglo XIX, cuando en 1887, el banco se instala en Argentina como Deutsche Uebersee-Bank (Banco Alemán Transatlántico). Seguidamente fueron instaladas las filiales de Chile en 1889, Perú en 1905, Uruguay en 1906 y Brasil en 1911. Aunque la actividad en Latinoamérica se ha visto interrumpida en distintos periodos de la historia del banco.
En Argentina, Deutsche Bank mantenía dos divisiones principales: Corporate Banking & Securities, dedicando su actividad a la colocación de deuda soberana y corporativa, así como banco de inversión para clientes corporativos; y Global Transaction Banking, operando principalmente los certificados de valores vinculados con empresas no argentinas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. En Buenos Aires, el grupo cuenta con una única oficina con 95 empleados.
En Chile, la división de Corporate Banking & Securities había prestado asesoramiento en en numerosas operaciones de fusiones y adquisiciones, y había sido el principal subscriptor de deuda soberana, y deuda corporativa chilena para clientes como Banco Santander Chile, Codelco, Banco de Chile, Enersis, y AES Gener entre otros. También cuenta con una segunda división de negocio, pero en este caso se dedica a la gestión de activos y a los clientes privados; esta última línea de negocio, para los clientes UHNW se ha comentado que se mantendría por el momento dentro de la región Américas. En Santiago de Chile, la oficina dispone de 43 profesionales.
En Perú, Deutsche Bank se organiza en dos grandes áreas, el área de banca corporativa e inversión, o como se la conoce dentro del grupo Corporate and Investment Banking, y el área de clientes privados y gestión de activos. En Lima, la oficina cuenta con 22 empleados en plantilla.
En Uruguay, Deutsche operaba como una institución financiera externa, para atender exclusivamente a clientes no residentes. En Montevideo contaba con una filial de Deutsche Bank Brasil, que actuaba principalmente en las áreas de comercio exterior y mercado de capitales.
Brasil será el país menos afectado, ya que solamente tiene previsto transferir el negocio de trading a otros centros regionales y globales, que previsiblemente se tratará de un traslado a Nueva York. El banco alemán tiene una mayor presencia en Brasil con unos 334 empleados en su red de oficinas. Con presencia en Sao Paulo y Río de Janeiro, Deutsche desempeña actividades de banca comercial y de inversión; actúa en la estructuración de operaciones de fusiones y adquisiciones, y de mercado de capitales, tanto en renta fija como en renta variable. Además, participa en operaciones de tesorería y financiamiento del comercio exterior.