La mejor manera de ganar dinero es no perderlo. Así lo ve Lars Nielsen, especialista senior de producto de la gestora boutique Pyrford, que, con 10.000 millones de euros en activos bajo gestión, forma parte de BMO Global Asset Management. Nielsen integra la estrategia Pyrford Global Total Return, centrada en “evitar las grandes caídas en el mercado para obtener retornos estables a largo plazo”, a través de una cartera mixta de renta variable de calidad y bonos de corta duración. En esta entrevista con Funds Society, desgrana las claves de un producto de baja volatilidad, construido en torno a la calidad y las valoraciones, ideal para inversores conservadores.
Desde su lanzamiento en 1994, el Pyrford Global Total Return solo ha registrado retornos negativos en dos años, 2002 y 2018, ambos muy complicados para los mercados. Incluso entonces, relativamente, los resultados no fueron tan negativos: en 2002, cayó un 2,1% frente a un mercado que bajó más del 20% y, en 2018, apenas perdió un 0,7%. “La otra cara de esto es que, en 2019, un año bueno para todos los activos, no hicimos tanto dinero como otros fondos más agresivos, sino que nos mantuvimos en un 5%”, revela Nielsen.
Según nos cuenta, la estrategia gira en torno a cuatro motores de retornos: la asignación de activos, una selección activa de la renta variable, la gestión de la duración y la divisa. El experto hace hincapié en que, a largo plazo, la renta variable es el activo que registra mejores rendimientos, pero hay periodos –como el actual- en los que se vuelve demasiado cara y hay que esperar a que se produzca un buen punto de entrada. “Al no movernos por los eventos del mercado, tratamos de comprar acciones cuando están bien valoradas”.
La calidad como denominador común
Por ello, en este momento, la renta variable supone el 30% de su cartera (generalmente, supone entre el 30% y el 70%) y siempre procede de empresas de alta calidad con bajo endeudamiento que registran retornos elevados. “Al construir la cartera, lo primero que decidimos es cuánto vamos a destinar a renta variable; después, cuánto queremos poner en cada país dependiendo de sus circunstancias económicas y sus valoraciones; y, por último, establecemos qué acciones queremos poseer en ese país”, revela el especialista senior de producto.
Como en la actualidad la presencia de la renta variable es limitada, Pyrford ha buscado un activo que considera completamente distinto a ella: los bonos soberanos de alta calidad (con calificación AA o superior). “Nos gustan porque, a diferencia de la mayoría de los activos, no rinden a la par que la renta variable, sino que funcionan como contrafuerte, están ahí para proteger el capital”. Según Nielsen, en este caso, la clave reside en la duración y, como los bonos a largo plazo están mal valorados debido a la relajación monetaria de los bancos centrales, “los evitamos y apostamos por los bonos de corta duración”.
Esa gestión de la duración de manera táctica les permitió obtener en 2008 un rendimiento único en la historia del fondo: un 12,8%. Esto se debió a un enfoque claro en el largo plazo, al incrementar al máximo la duración y beneficiarse de la fortaleza del dólar estadounidense.
En cuanto a su exposición al tipo de cambio, el fondo adopta una postura “defensiva” hacia las divisas sobrevaloradas, aumentando o disminuyendo la exposición a monedas extranjeras en un rango del 0 al 45%. El fondo está gestionado desde el punto de vista de la libra esterlina, aunque, desde 2018, tiene una clase cubierta en euros para inversores europeos. Esto les ha llevado a contar con una fuerte asignación de activos hacia el Reino Unido: en la actualidad, dos tercios de la cartera de bonos y un tercio de la de renta variable pertenecen a ese país.
Fuera del Reino Unido, el fondo se inclina por la renta variable de Asia sin Japón, una región que, según Nielsen, “tiene muchas características que nos gustan: buena demografía, economía estable, activos relativamente más baratos, dividendos más altos y crecimiento de la productividad”.
Consultado por el impacto que pueda tener el Brexit en su estrategia, el especialista senior de producto insiste en que tratan de construir una cartera que pueda soportar cualquier tipo de entorno. “Predecir lo que este tipo de eventos pueden provocar en el mercado es muy complicado, por eso preferimos combinar la calidad y las valoraciones para poder articular una cartera capaz de acumular retornos a largo plazo en todas las circunstancias”.
En ese sentido, de cara a 2020, espera seguir registrando retornos que superen la inflación por un amplio margen, aunque admite que va ser difícil obtener retornos muy altos en el contexto actual. “Somos inversores muy pacientes y esperaremos a que surjan oportunidades para o bien apostar por bonos de mayor duración o bien incrementar el peso de la renta variable si bajan sus precios”.