BMO Global Asset Management ha hecho público su Informe de Inversión Responsable 2020 que muestra un mayor activismo accionarial en cuestiones sociales en respuesta a la pandemia del COVID-19, además de sus esfuerzos para atajar el riesgo climático.
Según explica la gestora, a lo largo de 2020, su activismo accionarial les ha llevado a dialogar con 760 empresas en todo el mundo, lo que dio lugar a 343 hitos, en los que las empresas mejoraron políticas y prácticas ESG como resultado del mismo. Actualmente, las cuestiones sociales representaron el 43% de sus iniciativas de activismo accionarial en 2020, instando a las empresas a que adoptaran las medidas necesarias para proteger la salud y la seguridad de sus empleados y clientes. Del total de hitos logrados, el 12% adoptó la forma de una mejora de las prácticas laborales.
En 2020, BMO GAM también hizo pública su primera declaración sobre expectativas de prácticas sociales de las empresas participadas, haciendo hincapié en su compromiso con el respeto de los derechos humanos y laborales en sus prácticas de inversión, activismo accionarial y ejercicio del voto delegado. “Esto nos llevó a abordar cuestiones como la gestión sostenible de la cadena de suministro, con especial atención al trabajo forzoso, las diferencias salariales, la diversidad y la inclusión; prácticas de salud y seguridad en el trabajo, así como a constatar la necesidad de una mayor transparencia e información sobre las plantillas”, destaca desde la gestora.
Asimismo, BMO GAM siguió abogando por una mayor diversidad, por lo que entablaron diálogo con 40 empresas para abordar la necesidad de mejorar la información sobre plantillas y diversidad en el consejo de administración más allá del género, paridad salarial y estrategias de diversidad e inclusión, entre ellas: Bank of America, Microsoft, Amazon, BASF, Barrick Gold, Manulife Financial, Encompass Health y Becton Dickinson.
Atajando el riesgo climático
El cambio climático volvió a ser una gran prioridad del activismo accionarial de BMO GAM en 2020, con un tercio de la actividad total abordando temas como la gestión de emisiones, la transición energética, la resiliencia y adaptación al cambio climático y la deforestación.
“Nuestras iniciativas de activismo accionarial lograron resultados notables en 2020, con una quinta parte del total de hitos alcanzados a lo largo del año en cuestiones relacionadas con el clima. Entre ellos, cabe destacar el compromiso de algunas de las compañías energéticas más grandes del mundo, como BP, BHP, Glencore, Occidental Petroleum y Royal Dutch Shell, al igual que gigantes regionales del calibre de Dominion Energy en Estados Unidos y Reliance Industries en India, todas las cuales anunciaron que reducirán significativamente sus emisiones de carbono y se comprometieron alcanzar el cero neto en los próximos años. Empresas influyentes en otros sectores, como Barclays, Ford Motor y Tesco formularon compromisos similares”, apuntan desde la gestora.
En este sentido, BMO GAM ha desarrollado una política de voto sistemática para promover la transición hacia una economía baja en carbono. Así, durante 2020, identificó a aquellas empresas participadas que se quedaron atrás en la gestión del riesgo climático, por lo que votaron en contra de 92 resoluciones de equipos directivos de empresas rezagadas en los sectores financiero, petróleo y gas, servicios públicos y minería.
Entre otros proyectos ambientales clave en los que se centraron figura un activismo accionarial persistente en compañías mineras en el ámbito de la gestión de residuos, al igual que en empresas alimentarias sobre riesgos e impactos ambientales vinculados al origen de los productos agrícolas que utilizan como materia prima.
La remuneración de los ejecutivos, a examen
Además, BMO GAM abordó a 584 empresas sobre temas tales como la eficacia del consejo, la remuneración de los ejecutivos y la diversidad del consejo, votando resoluciones en 117.820 empresas, en un 69% de los casos en contra del equipo directivo. También reforzó su activismo accionarial en supervisión y estrategia ASG, especialmente en cuestiones relacionadas con el clima. El activismo accionarial en asuntos de gobernanza representó el 55% de los hitos alcanzados.
En más de la mitad (52%) de todas las resoluciones relacionadas la remuneración de los ejecutivos, BMO GAM votó en contra del equipo directivo debido a bonificaciones excesivas que no justificadas por los resultados de la empresa; la escasa vinculación entre estrategia corporativa e indicadores clave de rendimiento; y un excesivo peso de los objetivos a corto plazo.
Así, BMO GAM reforzará su activismo accionarial en esta cuestión y ejercerá su voto delegado durante la temporada de celebración de Juntas Generales de Accionistas de 2021, allí donde considere que la remuneración de los ejecutivos no refleja la del conjunto de la plantilla o la rentabilidad de la empresa.
Activismo accionarial y los ODS
Por último, la gestora destaca que sigue fomentando la aplicación sólida y la aceleración hacia un cambio significativo y duradero, en apoyo de los objetivos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En 2020, el 79% de su activismo accionarial estuvo alineado con una meta específica de los ODS. En concreto, un 19% de las iniciativas estuvieron vinculadas al ODS 8, centrado en la seguridad y la salud en el lugar de trabajo y en la protección de los trabajadores a lo largo de toda la cadena de suministro. Y un 16% estuvo alineado con el ODS 13, centrado en la mitigación de los riesgos climáticos, cadenas de suministro de proteínas sostenibles, deforestación, minería del carbón, la financiación de sectores con altas emisiones y los programas de votación en temas relacionados con el clima. Mientras que otro 12% del activismo accionarial se centró en el ODS 12, instando a una mejora tangible en la presentación de informes, transparencia y divulgación de información sobre cuestiones ASG, especialmente en áreas clave como bonos verdes, mejor información sobre nutrición y encuestas a las empresas sobre la eficacia del activismo accionarial.
“Los clientes reconocen cada vez más la necesidad de invertir de forma responsable, a medida que los retos a los que nos enfrentamos para sostener nuestro planeta salen a la luz. La gestión de cuestiones tan complejas e interconectadas como la ASG requiere experiencia, un profundo conocimiento del sector y la capacidad de convertirlo en una selección de valores superior y sostenible, que también satisfaga las necesidades a largo plazo de nuestros clientes. A través de nuestra gama de soluciones responsables y de nuestro servicio Responsible Engagement Overlay (reo®), somos capaces de influir en un cambio real y positivo en nombre de nuestros clientes. Estos esperan que seamos audaces en nuestras decisiones, ejerciendo nuestros votos para exigir responsabilidades a las empresas y comprometiéndonos a impulsar un cambio positivo”, explica David Logan, director de distribución de BMO GAM.
Por su parte, Kristi Mitchem, consejera delegada de BMO Global Asset Management, señala: “La turbulencia económica y la agitación social derivadas de la pandemia han puesto el reto de la sostenibilidad a largo plazo en el centro de la agenda mundial. La mayor sensibilidad de la opinión pública a la desigualdad social, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo presión sobre los líderes mundiales para que adopten medidas inmediatas e integradas al respecto. Como inversores, podemos jugar un rol importante moviendo a la acción, a través de la asignación responsable de capital y el activismo accionarial en las empresas para alentar cambios positivos”.
Según experiencia, al abordar a las empresas con una voz unificada, los inversores pueden comunicar más eficazmente sus preocupaciones, además de ganar poder y legitimidad a los ojos del equipo directivo.
“Además de mejorar su éxito, la colaboración en el frente del activismo accionarial puede ayudar a crear conocimientos y habilidades, algo esencial dada la creciente complejidad planteada por los riesgos y las megatendencias emergentes e interconectadas en materia ESG. Si bien nuestro diálogo uno a uno con las empresas sigue siendo esencial, es crucial una asociación y colaboración más amplias para alcanzar metas ambiciosas. Para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la hoja de ruta hacia un futuro más sostenible de aquí a 2030, debemos aprovechar las competencias y la experiencia de todos los grupos de partes interesadas para reforzar nuestra voz colectiva”, concluye Mitchem.