BlackRock se ha convertido en la mayor gestora internacional que opera en el mercado español, gracias al fuerte crecimiento vivido en los últimos años tanto en su negocio de gestión activa como pasiva (iShares). Con más de 19.000 millones de euros en fondos de gestión activa, ETFs y fondos indexados, según los últimos datos de Inverco correspondientes a cierre de junio, y un crecimiento equilibrado en ambos negocios -que sitúan su patrimonio cerca de los 10.000 millones de euros-, no es de extrañar que desde la entidad se muestren optimistas con la evolución de la inversión colectiva en España y vean viable que siga el ritmo de crecimiento de dos dígitos impuesto desde hace meses.
Y es que los catalizadores, tanto para el crecimiento de la industria doméstica como internacional, siguen sobre la mesa: “Hay dos catalizadores fundamentales: el hecho de que en el segundo semestre del año vencen 175.000 millones de euros en depósitos que, en el actual contexto de tipos muy bajos, ofrecen rentabilidades muy limitadas y el gran esfuerzo que están haciendo las redes para fomentar el uso de los fondos de inversión”, explica Aitor Jauregui, director del equipo comercial de iShares en Iberia. Jauregui también ha asumido, de forma provisional junto a Iván Pascual, las funciones de director de Ventas de BlackRock para ese mercado, tras la reciente salida de Luis Martín.
Jauregui añade que la salud financiera de los bancos españoles les permite centrarse en la venta de fondos, algo que no ocurría en el pasado, y recuerda que la rentabilidad que obtienen los clientes a tres o cuatro años en estos vehículos suele ser razonable. Además, considera que los fondos de fondos están siendo muy activos en sus inversiones, apoyando también el negocio. “No hay competencia para el fondo de inversión a la hora de canalizar los ahorros a largo plazo, si se quiere construir una cartera diversificada y rentable. Los ahorradores tendrán que empezar a pensar en el ahorro a largo plazo de cara a la jubilación y parece que empiezan a hacerlo, con sus posiciones crecientes en fondos mixtos”.
Un nuevo patrón de crecimiento
Lo importante, más que las cifras en sí, son las implicaciones de un nuevo patrón de crecimiento que, a diferencia del pasado, ya no se centra en fondos garantizados, fondos de renta fija a corto plazo o productos monetarios, que incluso pierden volumen, sino en productos mixtos, perfilados o multiactivo, que implican un perfil de inversión más global y de más largo plazo. Los datos lo demuestran: de los cerca de 20.000 millones en flujos netos en lo que llevamos de año, tres cuartas partes han ido a parar a fondos mixtos, de forma similar a lo ocurrido en 2014.
¿Y qué implicaciones tiene esto? Para BlackRock, es precisamente ese nuevo perfil de crecimiento de la industria española, centrada ahora en productos globables, mixtos y perfilados, el que explica el apetito combinado por vehículos de gestión activa y pasiva que sirvan como subyacentes. Por eso tienen claro que, como gestora, es clave contar con una oferta complementaria, ya que los inversores, sobre todo los institucionales, utilizan fondos de ambos tipos como herramientas de gestión. “Creemos firmemente en la combinación de ambas estrategias, pues los ETFs son una herramienta de gestión más para los clientes, que cada vez están más habituados a utilizar gestión activa y pasiva, y en España también”, asegura Jauregui.
Un patrón de crecimiento que también beneficia a la industria internacional que, según los últimos datos de Inverco, creció lo mismo que la española en el primer semestre del año (24.000 millones), aunque en términos relativos, por el efecto base, el crecimiento de la internacional es del doble que la nacional (del 26,7% frente a algo más del 12%).
“Los fondos de fondos domésticos necesitan invertir de forma global y diversificada y en ocasiones, para invertir en ciertos activos, tienen que recurrir a recursos de firmas externas, firmas globales como BlackRock”, explica Jauregui. Además, considera que las bancas privadas están apostando fuerte y demandando fondos internacionales, debido a que en la industria española cada vez hay una arquitectura más abierta. “El crecimiento también tiene que ver con la tendencia hacia una diversificación de los benchmarks. La asignación de activos es cada vez más activa y global, y utiliza tanto herramientas de gestión activa como pasiva”, añade.
Una combinación clave en su oferta para crecer en un mercado con cada vez más actores, que valora de forma positiva: “La competencia siempre es buena y la llegada de nuevas gestoras internacionales muestra el potencial del mercado español”.
Un crecimiento equilibrado
Como prueba, el crecimiento de su negocio de fondos indexados y ETFs y fondos de gestión activa ha sido paralelo en los últimos años, y equilibrado, hasta el punto de que el patrimonio de BlackRock en España es muy similar (cercano a los 10.000 millones de euros en el caso de ETFs y fondos índices y más de 9.000 millones en fondos activos).
En el caso de los ETFs, iShares se centró desde su llegada al mercado español en 2012, en impulsar el negocio con un enfoque muy educativo, haciendo hincapié en los beneficios del producto y desarrollándolo entre clientes institucionales -fondos de fondos domésticos, fondos de pensiones y aseguradoras-, y también en banca privada, sobre todo en las sicavs. Actualmente cuenta con un equipo de seis personas tras las nuevas incorporaciones.
Jauregui explica cómo los inversores están cambiando el uso de los ETFs con el tiempo y también su periodo de tenencia -el periodo medio entre los fondos de pensiones, por ejemplo, se está situando en los 29 meses-. Así, si cuando arrancaron en EE.UU., se utilizaban sobre todo para invertir en renta variable y en mercados nicho, ahora se utilizan para invertir de forma estratégica y no solo táctica (de hecho, la demanda del inversor español se centra en la gama de activos core de iShares) y en cada vez más activos, incluida la renta fija. “El uso más común de los ETFs era la renta variable pero hoy, en España, el 35% de los activos en ETFs están en productos de renta fija, que también han captado este año el 43% de los flujos netos hacia estos vehículos”, dice Jauregui. Entre las razones de haber ganado terreno en el activo están los costes, cada vez más importantes teniendo en cuenta que las rentabilidades ofrecidas por la deuda son ajustadas.
Entre otros usos, el experto explica que los inversores están utilizando los ETFs como sustitutos de sus inversiones directas tradicionales, tanto en renta fija como variable, gracias a su simplicidad, operativa, liquidez y transparencia de costes, y además como herramientas de liquidez, para realizar reembolsos necesarios de forma más eficiente y minimizando costes. También, como herramienta para reducir la duración de sus carteras, a través de ETFs de renta fija con duración corta. De forma que los ETFs cada vez pesan más en las carteras y las previsiones de iShares hablan de que la industria europea doblará su volumen hasta 2019, pasando de los 500.000 millones de dólares actuales al billón, mientras la industria global podría duplicar también su volumen hasta los 6 billones de dólares.
En España, Jauregui explica que la demanda se centra en la gama core de iShares, en vehículos que siguen el EuroStoxx 50, el S&P 500, o la bolsa japonesa, así como índices de crédito europeo con grado de inversión o high yield. Pero, además de esa gama core, la gestora cuenta con nuevos productos, centrados en los últimos tiempos en la beta inteligente (estrategias que no ponderan por capitalización bursátil, sino por otros temas como dividendos, mínima volatilidad o factores de riesgo como el tamaño, la calidad o el valor), la cobertura de divisa (lanzaron recientemente un índice sobre la bolsa nipona con cobertura del yen) o la inversión en las acciones A de China o en universos “cross-over” de renta fija como el BBB-BB. Todos -excepto algunos productos que por ley no pueden hacer réplica física, como los ETFs sobre materias primas-, con modelo de réplica física, que consideran más sencilla y transparente. En 2010, el 50% de los activos en Europa eran de réplica sintética, cifra que ha caído al 20%.
En gestión activa….
Entre los inversores de los productos indexados y ETFs, destacan las carteras mixtas o de los fondos perfilados (con el 50% de los activos), los fondos de pensiones (con el 35%), y quedan más rezagadas las aseguradoras (con el 8%) y en último término las bancas privadas (el ETF se utiliza más en las sicavs, por motivos fiscales). El perfil del inversor en ETFs es diferente al del inversor en los vehículos de gestión activa de BlackRock, donde la banca privada o los asesores financieros –incluidas las EAFIs- tienen una presencia clave, junto a los fondos de fondos, y con una presencia menor del fondo de pensiones, por ejemplo, explica Jauregui. De ahí la importancia de su oferta complementaria, para ofrecer a todo tipo de clientes lo que necesiten.
En la parte de gestión activa, que cuenta en España con un equipo comercial formado por cuatro personas, BlackRock también se beneficia de su carácter global, porque puede ofrecer respuestas tanto a las bancas privadas –que demandan más productos multiactivo- como a los fondos de fondos –que buscan estrategias más puras-. Y además, porque puede ofrecer soluciones diversas en todo tipo de entorno económico: “El mercado es cíclico y es positivo no depender de un blockbuster”, recuerda el experto.
Actualmente, la demanda se centra en fondos mixtos, de renta variable europea, renta fija flexible y renta fija europea tradicional. También destaca el interés por soluciones descorrelacionadas con los mercados que pretenden obtener retornos de alrededor del 3%-4%, que ya no ofrece la renta fija tradicional sin riesgo. En este sentido, la gestora ofrece tres soluciones con perspectiva de retorno absoluto, en renta fija (con duración que oscila entre -3 y 3 años), renta variable (un long/short con exposición al mercado de entre un +20% y un -10%) y multiactivo (un fondo muy flexible), muy demandados tanto por fondos de fondos como bancas privadas (aunque los primeros no suelen optar por el multiactivo). En su opinión, el apetito por soluciones alternativas con liquidez diaria está creciendo.