Los representantes de los equipos de inversión de los family offices de Latinoamérica, y especialmente de Colombia, se han dado cita en el Black Bull Summit que se celebra en el Hotel NH Collection WTC de Bogotá. Para la industria, este encuentro es el foro ideal para identificar y pedir más y mejores ofertas de inversión: real estate, venture capital, fondos de impacto… En este sentido, los administradores de riqueza familiares quieren que los sorprendan.
El 14 y 15 de marzo, a sala repleta, las presentaciones, debates y encuentros se iniciaron bajo el signo de las quiebras de bancos que resonaban desde Estados Unidos. Durante su “panorama económico”, Juan David Ballen, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa- Grupo Aval, describió un mundo con inflación durante los próximos diez años, además del inicio de un super ciclo de materias primas que, teniendo como vector la transición energética, beneficiará a los países de América Latina.
También respondió la pregunta que está marcando esta semana los mercados: ¿la quiebra de Silicon Valley Bank puede contagiarse y cambiar los pronósticos actuales? Juan David Ballen reconoció que el camino hasta la reunión de la Fed de la semana que viene será tenso, e importante. “Esta crisis parece una mezcla de dos anteriores: la punto.com y la de 2018. En principio no está escalando porque estamos hablando de entidades de nicho. Pero uno se pregunta, ¿por qué está sucediendo esto? ¿puede que algo se rompa en la economía o en el sistema financiero después de 10 años de excesiva liquidez?”, dijo el experto.
Durante esta primera jornada, los inversores asistieron a dos charlas paralelas sobre tendencias y oportunidades de real estate y capital venture. Los ponentes eran variados y el espacio para el diálogo y las preguntas muy amplio. Representantes de las firmas Orange Investments, HASTA Capital, Point One Holdings, Alta Real Estate Funds, Participant Capital y Galium Capital hablaron de inversiones en Latinoamérica y Estados Unidos, principalmente. El intercambio giró entorno a la oportunidad que representa el segmento multifamily. Se evocaron citas y datos sobre la pertinencia de invertir en residencias de alquiler en Estados Unidos, México o Chile, además, los profesionales del sector insistieron en que la capacidad de desarrollo, financiación y velocidad de ejecución son primordiales para cumplir con los clientes.
Hubo preguntas difíciles: ¿para qué invertir en real estate si los bonos me dan rendimiento y liquidez? ¿y por qué no hay más oferta en los segmentos industriales, infraestructuras, alojamiento para los seniors etc…? En realidad, los inversores de los family offices latinoamericanos quieren más: más interacción, más clases de activo, mejores y más productos. Y además tienen confianza en sus fortalezas, como demostraba el arranque del seminario sobre capital venture en el que, interrogados sobre las quiebras de bancos en Estados Unidos, los ponentes destacaban que, en Latinoamérica, los inversores saben lo que son la crisis y cómo enfrentarlas.
Capital venture en “latinoamericano”
La inversión en capital venture es un terreno de predilección para los family offices, pero no siempre se declina en “lenguaje latinoamericano”. El Black Bull Summit de Bogotá agrandó el léxico con las ponencias de Partner Legal Nova, Iluminar Ventures, Santa María Investments, Wayra Hispam, Cube Ventures y Endeavor. “Geográficamente, Latinoamérica presenta ahora una oportunidad excepcional para invertir en el ecosistema que empezó a forjarse en la región a partir de 2017. En términos de valoración, está mucho más barato que empresas en fases similares en EE. UU.”, afirmó Cristian Raygoza, Managing Partner de Iluminar Ventures.
“Esta es una razón muy poderosa para que los family offices busquen inversiones en fondos de venture capital que invierten en empresas latinoamericanas. En todo caso, nunca hay que olvidar los beneficios de la diversificación, por lo que, aunque los family offices inviertan buena parte de su portafolio de VC en empresas estadounidenses, siempre deberían mirar las oportunidades en Latinoamérica. EE. UU. y Asia presentan las mejores oportunidades en empresas de tecnología puntera -deep tech-, pero en Latinoamérica hay oportunidades mucho más interesantes en startups que buscan soluciones mucho más básicas del mercado general, como fintechs o compañías de logística. Es necesario buscar las fortalezas del VC en cada región”, añadió Raygoza.
Ahora bien, ¿qué buscan los family offices al invertir en capital venture? Según Santiago Tamayo, CEO de Santa Maria Investment Group (family office), “el family office como inversor en venture capital comparte características con el inversor corporativo, puesto que para las familias es muy importante estar a la vanguardia tecnológica en sus respectivas industrias tradicionales. La innovación tecnológica de las startups es fundamental para no quedarse atrás en sus negocios. Por otro lado, los familiy offices también tienen una responsabilidad para apoyar a las startups en el hueco que va desde el momento semilla y etapas más tardías de la inversión. En estas etapas iniciales entras con tickets menores, pero añades mucho más valor”.
Hay también un factor generacional, ya que los miembros de cuarta o quinta generación de las familias inversoras están muy interesados en el venture capital, pero los de generaciones anteriores son reticentes. Y la división generacional llevó naturalmente a la sesión sobre inversión de impacto, que contó con ponentes de la academia, empresas privadas y organizaciones estatales.
La belleza de los fondos de impacto
Otro de los temas que destacó durante la jornada fue la inversión de impacto. La conversación empezó con una definición: “las inversiones de impacto son inversiones con un sentido diferente sin dejar de lado la rentabilidad”, y con aclaraciones sobre las diferencias entre criterios de inversiones ESG e inversión de impacto. En este sentido, se trató de trazar un mapa de Latinoamérica con Brasil como líder en fondos de impacto, México con la mitad de sus fondos de impacto de origen local y Colombia con fondos exclusivamente extranjeros.
Sobre la rentabilidad, se volvió a insistir sobre las ventajas de la clase de activo, ya que las empresas que miden y generan impactos positivos para la sociedad suelen ser más estables, rentables en el largo plazo y resilientes ante la volatilidad. Pero los inversores se enfrentan a un asset algo diferente, que implica una mayor participación del inversor a la hora de definir qué tipo de impacto se quiere obtener. Políticas de género, medioambientales, agroindustria, finanzas inclusivas, manejo de residuos, energías limpias… hay belleza en los fondos de impacto, y un camino por recorrer.