BBVA ha hecho balance de su estrategia de sostenibilidad, a la que ha definido como una “prioridad estratégica”. Según ha explicado Lara Marín, directora global de producto de BBVA AM, en este entorno, en el que la sostenibilidad es una de las máximas prioridades para empresas y gobiernos, la banca debe tener un papel central como sector que permite la canalización de la financiación. “Es un rol de financiador de ese futuro”, ha señalado en una conferencia sobre la sostenibilidad de BBVA AM.
Para interpretar dicho papel y ofrecer soluciones a sus clientes, en el catálogo actual de productos sostenibles, BBVA AM cuenta con soluciones en formato de fondos de inversión y planes de pensiones, con más de 2.000 millones de activos bajo gestión, siendo una de las gamas de productos que más interés despierta entre los clientes. Con el objetivo de satisfacer la demanda y ofrecer soluciones sostenibles adaptadas a todos los perfiles de inversión, la entidad ha anunciado que está trabajando en una gama de fondos de renta variable sostenible y está dando los primeros pasos de análisis para ver cómo incorporar la sostenibilidad en la gestión discrecional de carteras.
Asimismo, en términos de reporting y comunicación, BBVA AM está trabajando por incorporar en el reporting de los fondos y carteras información extrafinanciera. La gestora pretende que este objetivo sea una realidad a partir de la segunda mitad del año, tal y como han explicado Alberto Gómez-Reino, director de sostenibilidad de la gestora, y Antonio Hernández, responsable del área de Asset Allocation Institucional.
El rating interno de BBVA AM
Otro de los objetivos cumplidos de la entidad ha sido la elaboración de un rating que les permitiese clasificar sus inversiones. De esta forma, BBVA AM ha diseñado una clasificación que divide a las inversiones en tres niveles: A, B y C. El primero se atribuye a aquellas inversiones que gozan de características sostenibles destacables, con la B se puntúa a aquellas que cuentan con características medias y la C queda reservada para aquellos valores que tienen una mala calificación en materia de sostenibilidad.
Respecto a estos últimos, Alberto Gómez-Reino ha insistido en que son valores en los que no quieren estar invertidos. Si se diese el caso de que una inversión es calificada con esta letra, la entidad tendrá tres opciones. La primera es la desinversión directa, si se trata de un activo de renta fija que vencerá en el corto plazo se valorará mantenerlo, y la última opción sería hablar con la compañía, valorar su estado y evaluarla periódicamente. Sin embargo, este rating no puede aplicarse a todas las tipologías de activos. Según han explicado los expertos de la entidad, tiene diferentes aproximaciones. “Para la parte de gobierno somos capaces de generar un rating igual o mejor que cualquier otro proveedor, pero en la parte de emisores privados nos apoyamos en proveedores externos”, ha aclarado Gómez-Reino.
En 2020 tenían una cobertura de 1.840 instrumentos (principalmente de renta variable), la cual han más que duplicado en 2021 pasando a 4.330, aumentando algunos instrumentos como los bonos corporativos, activos monetarios o fondos y ETFs. En este análisis han surgido 17 activos con categoría C, respecto a los cuales ya se ha actuado. Para evitar que entren nuevos activos con esa calificación la entidad establecerá un triple filtro. Primero realizarán un análisis ESG, después usarán una operativa en los sistemas de gestión que haga saltar notificaciones, el tercer paso sería trabajo del área de riesgo, la cual periódicamente analizará todos los vehículos de la casa para detectar posibles inversiones que se hayan saltado las dos primeras barreras.
La sostenibilidad, un área estratégica para BBVA
Tal y como ha recordado la entidad, BBVA ya llevaba muchos años trabajando en la sostenibilidad con una larga trayectoria, pero fue en 2019 cuando se produjo el punto de inflexión gracias al anuncio de la incorporación de la sostenibilidad como prioridad estratégica. Además, en 2020 se publicó la política de sostenibilidad del grupo que define las líneas de actuación y estableció objetivos reforzando la gobernanza.
Su propósito era crear oportunidades para un futuro más verde e inclusivo; para ello el grupo seleccionó cinco ODS relacionados con el cambio climático, la transición energética y el desarrollo social. “Tenemos una convicción de que la incorporación de la sostenibilidad mejora la calidad de las soluciones que ofrecemos. Nuestra gama de soluciones de inversión es muy amplia y la estrategia de sostenibilidad es global”, explica Lara Marín.
Como gestora, BBVA AM se ha fijado varios objetivos: la integración de sostenibilidad en el proceso inversor; una mayor implicación, incrementando el número de actividades de engagement individual y colaborativo y análisis y adopción progresiva de las recomendaciones de reporting TCFD; y una mejora de la comunicación y reporting, integrando métricas de sostenibilidad en el reporting de productos y carteras.