Tras un 2021 positivo para la gestión de activos europeos impulsada por la recuperación y el fuerte apetito por el riesgo, los analistas de Bank of America consideran que 2022 será «más difícil” debido a los mensajes contradictorios sobre los mercados, el crecimiento, la inflación, los tipos y al COVID-19. Ante este escenario, apuestan por ser defensivos en esta fase del ciclo y favorecer “los valores que se benefician del crecimiento estructural (pasivos, activos privados), así como la exposición a la rentabilidad absoluta/total, entre otros”, según explican en su último informe sobre las perspectiva del sector europeo de gestión de activos.
Los analistas consideran que el sector es procíclico, lo que explica que los rendimientos del mercado sean menores ya que, según los estrategas de la entidad, se prevén vientos en contra para el crecimiento de los activos, de los flujos de inversión y de los márgenes para el negocio de las gestoras.
“La valoración del sector de 14×2022 PE es optimista, ya que está por encima de la media a largo plazo e implica la continuación de las tendencias de 2021. Aunque un rendimiento del 5% es favorable, existe un riesgo a la baja para las valoraciones, dada la correlación a largo plazo entre los mercados, los flujos y la valoración. Preferimos ser defensivos en esta fase del ciclo y favorecer los valores que se benefician del crecimiento estructural (pasivos, activos privados), la exposición a la rentabilidad absoluta/total, las bases de activos estables (patrimonio) y el control de costes demostrado”, señala en informe en sus conclusiones.
Sobre los beneficios en el sector, y tras haber aumentado un 45% a lo largo de 2021, el documento prevé una caída para este año del 5%, ya que los márgenes operativos se reducirán en 1 y 2 puntos por la normalización del crecimiento de los costes tras el cierre de las economías, el menor crecimiento de las comisiones y un menor crecimiento de “dinero nuevo” destinado a las inversiones.
En este sentido, los analistas de la entidad estiman un crecimiento del flujo neto del 3% en 2022, frente al 4%-5% de 2021. “Dado el carácter procíclico del sector y la presión esperada del mercado, también existe un riesgo a la baja para la valoración. Esperamos un amplio rango de valoración entre las firmas que logren unos flujos de entrada sólidos y las que no”, matizan.
De cara a 2022, los analistas destacan cuatro temas clave: el crecimiento estructural de los activos privados de los activos privados, ya que los tipos se mantienen cerca de niveles históricamente bajos y los inversores buscan una mayor rentabilidad a través de una prima de iliquidez; un aumento de la demanda de rentabilidad absoluta/total a través de los hedge funds para preservar el capital y diversificar en función de los riesgos del mercado; la rotación hacia los fondos pasivos (incluidos los ESG) después de un buen año para los activos; y la importancia de la de los costes para mantener los márgenes operativos, dadas las presiones de los ingresos. Identificamos los valores más expuestos a estos temas.
El informe no dibuja un escenario negativo, sino que esperan que los motores de crecimiento estructural superen a los cíclicos en 2022, a medida que aumenta la incertidumbre macro y la beta del mercado se ve presionada. “Preferimos los valores defensivos de alta calidad; nuestras calificaciones de compra tienen un potencial de rentabilidad total medio del 27%. Nuestras principales selecciones son los gestores de activos alternativos y privados, los recopiladores de activos italianos y las empresas diversificadas con mayor exposición pasiva. Nuestras calificaciones de underperform son ABDN, JUP y ASHM, que se enfrentan a la presión de los flujos de salida. Creemos que sus múltiplos están limitados hasta que los flujos se modifiquen. Tenemos calificaciones neutrales para SDR, DWS, N91 y Baer”, concluyen.